Ciudades sensibles al agua

La ciudad en este momento enfrenta difíciles retos y desafíos en su relación con el agua, en el más amplio sentido; Así durante la temporada de estiaje o de secas, existe una gran escasez del vital líquido, que impacta fuertemente en la salud de los habitantes.

Jorge Humberto Flores Romero

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Actualmente estamos en la época de estiaje y mayor calor en la ciudad de Morelia, las temperaturas más altas registradas oscilan alrededor de los 29 a 33 grados, según datos climáticos, frecuentemente vemos gente sufriendo las altas temperaturas que se generan en las ciudades, en estas grandes superficies grises y pavimentadas de espacio público sin ningún árbol, se produce un gran aumento de la temperatura, la cual se incrementa con el efecto de isla de calor, al caminar, andar en bicicleta, al utilizar el transporte público o el auto en nuestros desplazamientos cotidianos.

La ciudad en este momento enfrenta difíciles retos y desafíos en su relación con el agua, en el más amplio sentido; así durante la temporada de estiaje o de secas, existe una gran escasez del vital líquido, que impacta fuertemente en la salud de los habitantes, causando además la deshidratación de la vegetación y del suelo, así como la sobreexplotación de los mantos acuíferos, al aumentar considerablemente la demanda; Y durante la temporada de lluvias, ciertos sectores de la urbe padecen repentinas inundaciones que traen consigo una serie de daños y peligros, causadas principalmente por la topografía del paisaje, la urbanización descontrolada y la falta de espacios verdes, que generan grandes superficies impermeables al subsuelo.

Históricamente nuestra ciudad de Morelia desde el s XVI ha presenciado muchos eventos de inundaciones y sequías, sin embargo, en estas últimas décadas se han magnificado a tal grado que ciertas comunidades no han podido revertir sus efectos perjudiciales en la ciudad como lo aseveran investigadores del CIGA de la UNAM. Estas crisis del recurso, se hacen más evidentes en la época de estiaje, porque es mucho mayor la demanda del vital líquido viéndose agravada con la problemática social causada por las condiciones de inequidad en su distribución, dado que en el periurbano en muchos asentamientos irregulares solo reciben el recurso para su supervivencia a través de pipas, mientras en el sur y el poniente de la ciudad sirve para riego en verdes campos de golf, inequidades del recurso en una ciudad de casi 850 mil habitantes, de los cuales el 50% viven en la periferia en condiciones de pobreza, en las cuales prevalece la escasez del agua.

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Las precipitaciones extremas también son efectos del calentamiento global y resultado de las intervenciones producto de actividades humanas extractivas y del crecimiento desmedido de las ciudades, fenómenos que han impactado fuertemente a lo largo del siglo XX y a lo largo del siglo XXI y han ocasionado importantes inundaciones en diversas zonas. Las modificaciones que han sufrido los cauces del Río Grande y del Río Chiquito que atraviesan nuestra ciudad, son evidencia de que a través de la técnica y la ingeniería es posible modificar sustancialmente cauces naturales para ser transformados en vivienda y equipamiento urbano, una planeación más basada en el beneficio económico que en el daño ambiental, esta premisa estuvo siempre encontrada con la naturaleza.

Es necesario entonces un replanteamiento con una visión holística, más sensible al agua, como lo podemos encontrar en la antigua ciudad lacustre de Tenochtitlan y Xochimilco, palimpsestos hídricos de los cuales podríamos aprender mucho de su conexión con el agua, así también “El Canal de la Viga”, en donde se realizaba el transporte de mercancías y personas por siglos, estableciendo inclusive la posición estratégica de los mercados en función de la localización de estos canales en la ciudad de México, la antigua ciudad lacustre con sus cuerpos de agua, sus canales y sus chinampas.

Afortunadamente tenemos un proyecto local de esta naturaleza que fue reconocido por LargeHolcim Foundation, institución que otorga reconocimientos a proyectos destacados en pro de la sostenibilidad, resultando premiado en el 2008, el proyecto de “Los Itzícuaros” en la ciudad de Morelia, del despacho GDU. Proyecto de regeneración sostenible en una de las zonas de recarga acuífera más importantes de la ciudad, con un sistema formado por diversos cuerpos de agua que le dan tratamiento a través de procesos naturales, dotando además de espacio público y sistemas económicos vinculados con el agua, un gran proyecto ahora más que nunca necesario, sobre todo en una zona tan poblada y tan desprovista de equipamiento como lo es el poniente de la ciudad. Desgraciadamente no pudo ver la luz por falta de recursos para realizar el proyecto ejecutivo, durante la administración de Fausto Vallejo, lo cual nos provoca una seria reflexión sobre la aplicación de recursos en la ciudad, debiendo priorizar los proyectos que contribuyan a mejorar nuestra actual relación ciudad-agua.

Ante esta condición hidrológica actual es necesario e imperante explorar diversas alternativas de solución para recuperar nuestro balance hídrico, como una tarea relevante para una nueva ciudad de Morelia sensible al agua, a través de infraestructuras adaptativas y multifuncionales, así como prácticas de diseño urbano que refuercen las conductas sensibles al agua de sus habitantes, las respuestas no están en los tradicionales sistemas técnicos de gran escala y que buscan resolver una problemática específica de manera aislada, que frecuentemente ocasionan más problemas de los que intentan resolver, se trata de aglutinar con un enfoque más integral y ecosistémico en el cual el diseño del espacio público y las estrategias de gestión del agua se convierten en lo medular.

colecciudad@gmail.com