COLECTIVO CIUDAD |Una ciudad bipolar

De cualquier manera, ambos eventos tienen un común denominador, poco visible y de gran importancia; esto es la libertad. Los dos hechos, que pueden definirse en general como “culturales” se expresan en un ámbito de libertad que procuran impactar en su entorno.

Héctor Álvarez Contreras

El manual digital de la Clínica Mayo define al trastorno bipolar como un padecimiento mental “que causa cambios extremos e el estado de ánimo que comprenden altos emocionales (manía o hipomanía) y bajos emocionales (depresión)., Cuando te deprimes puedes sentirte triste o desesperanzado y perder el interés o el placer en la mayoría de las actividades. Cuando tu estado de ánimo cambia a manía o hipomanía (menos extrema que la manía), es posible que te sientas eufórico, lleno de energía o inusualmente irritable”. ¿Es posible pensar en una ciudad “bipolar”, en estos términos?

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La ciudad de Morelia vivió dos eventos notables en un periodo de tiempo muy corto, que pueden ser índices de estos extremos de “estados de ánimo” en la ciudad. Uno de ellos se vivió el 15 de octubre, con la manifestación de un contingente de jóvenes, mujeres y hombres, que se identificaron como estudiantes de la Normal Rural Vasco de Quiroga de Tiripetío y algunos otros grupos como casa de estudiantes de la Universidad Michoacana. La columna de manifestantes se trasladó como usualmente lo hacen, desde el rumbo de Xangari, hasta el centro histórico, a través de la Calzada La Huerta. El nutrido contingente hizo esta marcha a pie, con algunos camiones del transporte público comercial, retenidos en días pasados. En su recorrido, realizaron pintas con latas de pintura en aerosol en los muros de instalaciones de corporativos comerciales, asociados a grandes emporios; o por lo menos, eso parece. Un evento inédito, fue que presuntos integrantes de este grupo vandalizaron y asaltaron un cajero automático de una institución financiera; también rompieron los cristales de otro banco a su paso por el lugar. La manifestación consignaba la protesta por la irrupción de cuerpos policiacos en recintos estudiantiles en el año 2012, los jóvenes protestantes se mostraron joviales y alegres; y como es habitual, los daños a edificios públicos y particulares, la interrupción del tránsito vehicular y peatonal, puso a la ciudad cercana a este evento en un estado de ánimo de euforia e irritabilidad, durante un buen rato. Aunque es casi predecible la dinámica de manifestaciones de este tipo, la ciudad no termina de habituarse a ellas.

Por otro lado, el 13 de octubre se inauguró una exposición de 56 reproducciones fotográficas de gran calidad de obras icónicas del Museo del Prado de Madrid, presentada por el H. Ayuntamiento de la ciudad en convenio con el mismo museo. La muestra es gratuita y dirigida al público en general y   tiene lugar en la Plaza Miguel Hidalgo y la Plaza de Armas. La colección del Museo del Parado es una de las más importantes para el arte europeo, principalmente con obras de los periodos desde la edad media hasta el siglo XIX, y las imágenes expuestas muestran réplicas parciales o totales estas relevantes obras. Esta exposición estuvo aderezada por la presencia de Andrés Úbeda de los Cobos, director adjunto de Conservación e Investigación del Museo Nacional del Prado, quien, entre otros actos, ofreció una amena charla referente a la muestra en la Universidad de Morelia. El Museo del Prado se ha preocupado desde hace algunos años por digitalizar estas importantes piezas artísticas y ahora es posible observarlas desde una perspectiva amplia, de toda la obra, hasta un nivel casi microscópico, en el sitio digital del Museo. La visualización de las técnicas pictóricas de cada autor y sus escuelas, permite un conocimiento más profundo y una experiencia estética más amplia en la materialidad de esas obras; esto rebasa la apreciación presencial de estas obras en el Museo. Permite a los espectadores conocer las obras con un gran detalle, sin necesidad de estar físicamente en el Museo. Las piezas exhibidas en el centro histórico de Morelia son reproducciones de que integran ese grado de detalle y de calidad, lo que hace de la muestra de mayor interés. No es solamente mostrar las imágenes de las obras, es mostrar el tejido técnico de las mismas. La apreciación de esta exposición, en un espacio dignísimo, en medio del -todavía, amable clima de la ciudad, es un enorme privilegio que permite un remanso de tranquilidad y paz a los visitantes. Sería el extremo “reposado” del carácter bipolar de la ciudad.

De cualquier manera, ambos eventos tienen un común denominador, poco visible y de gran importancia; esto es la libertad. Los dos hechos, que pueden definirse en general como “culturales” se expresan en un ámbito de libertad que procuran impactar en su entorno. Y aunque en la manifestación estudiantil hubo claras expresiones de violencia, el carácter de libertad traza un margen de tolerancia para actos como esos. En ningún modo se afirma que deban tolerarse siempre y “normalizarlos”; pero conviven en una misma dimensión social y cultural. Los aspectos ideológicos y políticos de ambos eventos pueden -y deben, someterse a la crítica y a la discusión de los ciudadanos, pero ambos son muestra de una escala, un ímpetu y una intención cultural, dados en el mismo tiempo y en el mismo lugar. Son aspectos característicos e insoslayables de la ciudad y cabe preguntarse: ¿Quiénes generan el ámbito de libertad para que puedan darse estos eventos?, ¿quién los legitima?, ¿cuál es la verdadera importancia de los mismos?

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