Izquierdas y derechas: entre la confusión y el olvido

En el lenguaje político, las izquierdas y las derechas, han sido conceptos fundamentales en la manera de percibir y entender la sociedad.

Marx Aguirre Ochoa

La historia de la izquierda y la derecha ha sido dramática por sus cambios de significado. Desde la Asamblea de la Revolución Francesa en el siglo XVIII, los partidarios de la República y la Democracia acostumbraban sentarse a la izquierda frente a la Presidencia. Los que se sentaban en la derecha eran los defensores del poder de Dios ejercido a través del monarca, para mantener la inclusión y los privilegios. Esos, se sentaban en el otro lado, eran los de la derecha.

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Desde entonces, en el lenguaje político, las izquierdas y las derechas, han sido conceptos fundamentales en la manera de percibir y entender la sociedad, en especial el poder de la sociedad, en uso, objetivos, medios utilizados y sus beneficiarios finales.

La izquierda era la proletaria y la derecha  la burguesa, la de los pobres y los ricos.  Una era la campesina y la otra la latifundista. Una era la humanista y la otra la egoísta. Una la nacionalista y  la otra la extranjerizante. Todo eso durante  300 años.

Hoy es diferente, hay confusión en la ubicación ideológica y política de cada quien. Un mismo discurso es utilizado  por diferentes grupos, partidos políticos  y gobiernos distintos mencionando intenciones  iguales, pero con prácticas y resultados  diferentes. A favor de los pobres están  todos los partidos y todos los políticos. También se coincide en la defensa y apoyo al  desarrollo del campo, de los derechos indígenas, de los salarios justos y elevación de la calidad de vida, la salud, la educación y el empleo. Entonces son de  “centro derecha” ó “centro izquierda”.

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¿Cuáles divergentes? Lo importante  consiste en la identificación de las causas  y no solo en reconocer los efectos. Se puede estar en las palabras contra la desigualdad social, pero en las luchas, en favor de las causas que producen esa desigualdad.

Sin más definiciones explícitas bajo la forma  de propuestas a programa, la política queda vacía de contenido y se convierte en demagogia.

Todo esto a partir de la observación del  ejemplo político en México de la Alianza  “Va por México”, entre el PAN, el PRI y el PRD, con el único propósito  visible de “sacar a MORENA de Palacio” y ganar la mayoría de los legisladores en las dos cámaras.  ¿Para hacer qué y en beneficio de quién?, eso no se dice.

Los hechos históricos relativamente  recientes, explican las razones de la confusión  y del asombro. El PRI nació del proceso de la  Revolución Mexicana. Fue la expresión política  de la izquierda de las fuerzas revolucionarias, los campesinos, obreros y capas medias de la población, destacadamente intelectuales y artistas, se proponían la liquidación del  latifundio,  garantizar los derechos obreros y fomentar  una  vigorosa educación popular.

Por su parte, como partido de derecha, el PAN surgió para oponerse a todo cuanto pretendía la Revolución Mexicana y anular a todos los  revolucionarios. Respecto del PRD, asumió posiciones  de izquierda, frente a las desviaciones anti-democráticas de la Revolución y pretendían volver a los caminos de la democracia electoral. En la práctica, en su alianza con el PAN, el PRI se volvió contrarrevolucionario y el PRD, se tornó anti-democrático y de derecha, al hacer suyo el “bienestar común”, ostentado por las minorías de riqueza y privilegios.

Por tanto, en términos de izquierdas y derechas, ¿Cómo se ubican los participantes en esta Alianza? Parecería que todos son iguales  en sus enormes vacíos ideológicos. Además del poder por el poder, no se sabe que es lo que proponen.

Las experiencias en la realidad, muestran las crisis en las definiciones políticas y un  oportunismo ideológico impresionante que deslegitima  las finalidades y objetivos políticos, cuando conviene se es de izquierda o de derecha, las ideologias politicas al final siempre seran importantes para sustentantar las luchas, identificar las causas y definir los “cómos”.  De otra manera seguiran presentes las divergencias en una  sociedad dividida y con intereses contrapuestos.