Etelberto Cruz Loeza En memoria de Rodolfo Ramírez García. Mi condiscípulo, mi director, mi jefe, pero sobre todo, mi amigo. En el 9° aniversario de su desaparición física. La cultura sísmica es sencilla cuando la tienen los gobiernos. El sismo es un enemigo que se ríe de los simulacros. Primero tenemos que estar protegidos. Nuestra defensa contra el sismo es un buen gobierno. Cinna Lomnitz, citado por Héctor Aguilar Camín. En su columna Día con Día. Milenio diario. 280917 1 De hecho, en toda la franja siniestrada el pasado 19 del pasado septiembre, terminó la fase de rescate de personas con vida a 2 semanas del movimiento telúrico –si existen, sería un milagro - la cifra aun no se determina formalmente, pero se habla de 348 muertos y cifra superior a los 200 de desaparecidos y otra cantidad X de heridos - se entró a la etapa del censo, diagnóstico y dictaminen de las construcciones dañadas, colapsadas=siniestradas. La tarea no será fácil: se habla de más de 140 mil construcciones dañadas en toda esta franja y, también, se dice, pero no oficialmente, que de esta cantidad 40 mil inmuebles están siniestrados. Con todo y que el terremoto del pasado 19 de septiembre no fue de los efectos del de hace 32 años, la estela de muerte y destrucción sí es enorme: Los seres humanos no aprendemos las lecciones dadas por la Naturaleza. Construimos sin respetar los dictámenes de los equipos de técnicos en sismología y demás que realizaron investigaciones en el antiguo vaso lacustre - 5 lagos - en donde se asentó la hoy ciudad de México. Se habla – sin que sea oficial – de altas cifras de casas habitación, departamentos, condominios y cuartos destruidos o que deberán ser demolidos y, cientos que necesitan reparaciones; incluso ya existe una cifra cercana a los 300 edificios escolares que deberán ser nuevamente construidas. Casi todos nos vamos con las imágenes tremendistas de la catástrofe, pero no conocemos los casos individuales, los reales dramas de quienes, teniéndolo todo, a las 13.14, a las 13.15 ya no tenían nada y perdieron, literalmente, todo y ahora tienen una lona como toda propiedad, de quienes en el colapso se quedaron sin casa, sin negocio, sin rentas, sin fábrica, sin talleres, sin equipo industrial de producción y servicios, sin enseres domésticos, sin valores, sin…¡Todo se lo llevó la ¡”#$%&/()=?¡! De quienes siendo ricos, se quedaron en la pobreza, si no es que en la miseria. Muchas compañías constructoras levantaron unidades habitacionales en zona de alta sismicidad y construyeron bajo las regulaciones de construcción anteriores a 1985 y algo hicieron mal y están pagando las consecuencias. Lo más peor es que miles de familias les compraron casas y en un instante se quedaron sin nada, pues es costumbre-hábito-norma que el mexicano no compra seguros contra terremotos, ni siniestros. Ahora, sigue la otra cara: la de la crisis, la de la crisis económica y ¿política? ¿Cuál será el criterio de la presidencia de la República =Congreso de la Unión para distribuir los recursos para la reconstrucción? No se tienen, ni criterios ni modelos de distribución-asignación ni cantidades precisas, pero las cifras hablan de 38 mil millones, de 50, mil millones de pesos, más la ayuda internacional y lo que el sistema bancario está reuniendo más sus aportaciones del 1x1 o del 2x1. Por otro lado y dentro de este asunto: la ayuda – en alimentos, en consumibles, en medicamentos, en material de construcción, en recursos financieros, en material de construcción, es del pueblo de México. No es de algún partido en especial, ni de Zutano, ni de Mengano o de Perengano. No se vayan a lo Graco. En este mismo sector, parece que el sismo=temblor de hace 32 años y los pasados, no enseñó nada; parece que la historia de nuestros desastres, no enseño nada o no tenemos capacidad de aprendizaje: es lamentable la desorganización para la recepción-distribución de la ayuda popular en víveres, insumos, consumibles y demás. A casi 2 semanas, hay áreas en las cuales no les ha llegado ¡Ni agua! Y sin embargo están las bodegas estatales llenas. ¿Cuál será el criterio del jefe de gobierno de la ciudad de México o de la Asamblea Legislativa para la asignación de recursos para la reconstrucción de la ciudad y de las autoridades estatales y municipales para le reconstrucción de las poblaciones destruidas? ¿Cómo será la actuación de las fracciones partidistas en el H. Congreso de la Unión – y en los H. Congresos locales - y, aparte, en la asignación-redistribución de presupuestos para la reconstrucción de las zonas siniestradas? ¿Cuáles serán las normas de la secretaría de Hacienda, en coordinación con la Asociación de Banqueros de México para el otorgamiento de créditos hipotecarios y de apoyo a la pequeña y mediana empresa y refaccionarios para industria y comercio, que no sean muestra de explotación bancaria? No lo sabemos, pero es deseo que todo sea transparente, honesto, honorable y se recupere un poco la confianza y la credibilidad en las instituciones de la República y en sus titulares y en los gobernantes. ¿Habrá nuevos liderazgos locales, regionales que rebasarán a los actuales? ¿Después de los siniestros habrá nuevos valores en los sobrevivientes de las crisis? Lo cierto es que ni la ciudad de México, ni la zona siniestrada, ni la política en esa zona ni los liderazgos en esos lugares ni las elecciones federales del 2018, particularmente en la ciudad de México, serán iguales. Recuérdese lo que pasó en el D.F. después del sismo de 1985, y después: muchos arquetipos se cayeron, callaron y surgieron nuevas formas de hacer política y de políticos. Ya nada volverá hacer igual y menos los liderazgos político-partidistas. A más de una generación del sismo de 1985 pudiera replicarse el modelo que se construyó-configuró posteriormente: hartazgo, coraje=humor social de rechazo a la autoridad y al gobierno, cambio y renovación política. Y si entramos en esas aguas aquí están los años y los hechos generales: 1968: 02 de octubre. A 2 años de la elección de 1970: crisis política. ¿Solución? Apertura del sistema político, reforma política y reconocimiento de los partidos de Izquierda. 1985, 17 años después. A 3 años de las elecciones de 1988: temblor crisis económica – devaluación y política –; hartazgo político: escisión en el PRI, creación del Frente Democrático Nacional – elección presidencial de 1988 en confusión y crisis, nacimiento del PRD, sublevación armada en Chiapas y surgimiento del EZLN, atentado contra candidato presidencial del PRI. Una constante: cambio y renovación. Solución: alternancia política, separación del PRI-gobierno y Partido en el poder, reformas político –electorales, creación del IFE, ciudadanización del IFE. 32 años, y a un año de la elección de 2018 con más electores e incierta: ¿Qué será con los sobrevivientes de las crisis? 2 Demagógicamente, oportunistas líderes (¿?) partidistas han pretendido ganarse la voluntad popular con declaraciones absurdas, como la de desaparecer representantes plurinominales y la de entregar parte de sus prerrogativas partidistas al fondo nacional para la reconstrucción, o como se vaya a llamar. Se nota que no saben que no sabe y no saben nada. Ellos, a través de sus representantes populares en el H. Congreso de la Unión, pueden presentar una iniciativa de reforma político electoral con tal fin y votarla favorablemente ¡Y listo! Funcionaría en la inminente legislatura Federal. Y es el H. Congreso de la Unión el que deberá ajustar los presupuestos y si existe voluntad de los partidos representados en ese máximo cuerpo legislativo del país, ahí hacer las correcciones-ajustes-adecuaciones-asignaciones presupuestales y ¡Listo! EL dinero no es de los partidos. Es del pueblo.