La Voz de Michoacán Faltan 3 meses para que llegue el nuevo gobierno a Michoacán, al que le dejan una gran herencia de aciertos y desaciertos. Si bien los tribunales aún tendrán que calificar los resultados de la elección del 6 de junio, quien sea que llegue, los retos que se le ponen enfrente tendrán que ocupar un lugar privilegiado en su agenda. La violencia que cada vez más se exacerba en Michoacán es quizá la “papa caliente” en donde urgen resultados contundentes que permitan a la población sentirse segura. El próximo gobierno no logrará pacificar al estado de un día a otro, sin embargo, se debe implementar una estrategia que permita caminar hacia ese horizonte. La violencia sube de tono conforme avanza el tiempo. Primero causaban alarma los asesinatos, más tarde, horrorizaban las noticias de personas decapitadas, hasta que llegamos a estos tiempos en donde pueblos enteros son rehenes de intereses particulares de bandas delincuenciales, que sin importar nada, atacan hasta matar. Y así, muy frecuentemente se reproduce información de ataques a mano armada, abriendo fuego en contra de quien sea, despertando el temor y la ira de la población, misma no encuentra otra salida más que callar, pues sabe perfectamente que no existen condiciones para que un gobierno –del nivel que sea- le pueda hacer frente exitosamente. Esto no es un mensaje derrotista, ni mucho menos, sino más bien realista. Lo que ocurre en estos momentos en San Juan Nuevo, una comunidad que ha sabido organizarse internamente, ha sido atacada, y así como este lugar, se han registrado hechos violentos en Buenavista, Aguililla, Uruapan y Zamora, en donde los criminales intentan hacer valer su ley. Ese quizá es uno de los grandes retos que tienen los nuevos gobiernos estatal y municipal, pues conforme pasa el tiempo los grupos criminales van adquiriendo más poder y presencia, que se hace más compleja la atención de su problema. ¿Existe fórmula para acabar con la inseguridad?, ¿es posible pacificar Michoacán?, y muchas otras preguntas más. Por lo pronto, a casi 90 días de concluir la administración estatal, los próximos gobernantes deben tener muy claro que los tiempos de campaña ya transcurrieron, y la sociedad demanda resultados rápidos y expeditos. Las promesas deben dejar de serlo, y convertirse en realidad. La inseguridad, sin duda alguna será tema de mucho tiempo más, llegue quien llegue.