La Voz de Michoacán Cada 7 de junio se conmemora el Día de la Libertad de Expresión, derecho que no es privativo para los periodistas, pero sí es el segmento poblacional que más lo ejerce a través de la divulgación de contenidos periodísticos –cualquiera de los géneros-. Sin embargo, la prensa vive bajo el asedio de la violencia. En 22 años han sido ejecutados 145 compañeros periodistas, pero los últimos años han sido letales, que han despertado preocupación y terror en el país y en el mundo, asumiendo el peligro de desempeñarlo. Resulta todavía más alarmante que el 99 por ciento de los crímenes queden en la impunidad, según lo que documenta Artículo 19. Michoacán es un estado que lamentablemente ha reportado una alta cantidad de asesinados. En 16 años van 18. El primer día de la Libertad de Expresión, conmemorado hace 71 años, fue para rememorar este derecho humano y la necesidad de una prensa “libre e independiente”, a propuesta de editores, periodistas y el gobierno de Miguel Alemán Valdez. La realidad es que la prensa está frente a grandes retos, y no sólo la inseguridad que ha acompañado al paso del tiempo. También, frente a la vulnerabilidad que representa el depender económicamente de los gobiernos, la falta de garantías y derechos sociales… Y habría una larga lista de retos más, pero el riesgo más grave lo corre la sociedad, puesto que un México sin prensa, es quedar en la vulnerabilidad. Ahí sí la derrota sería funesta, y con graves secuelas. Ni México, ni ningún país pueden quedar expuesto así. Se han instaurado en el mundo varias fechas para recordar la labor que realizan los comunicadores, y eso es plausible, está visibilizada, sin embargo, lo que urge mostrar al mundo es la necesidad de que se cuente con una prensa libre y fuerte. El gobierno de México tiene claro que, incluso, más allá del crimen, el principal enemigo que encuentra el periodista está en el gobierno –en cualquier nivel-. No se trata de dar privilegios, simplemente que se den las condiciones para trabajar. Michoacán ha vivido momentos muy complejos y la prensa ha sido fiel testigo. Sin su trabajo, muy probablemente no habrían quedado expuestos tantos episodios que hoy son los que construyen la realidad que vivimos.