Horacio Erik Avilés Martínez / La Voz de Michoacán El control de gestión en la administración pública puede definirse como el conjunto de medidas, normatividad, procesos y acciones gubernamentales empleadas para verificar el ejercicio efectivo de la función pública, evaluando el cumplimiento de los objetivos institucionales, tanto como para generar procesos de mejora continua, como para corregir posibles desviaciones de las metas trazadas al inicio del periodo gubernamental. De la actual administración pública estatal, que tomó posesión el 1 de octubre de 2021, su punto de partida en materia de comprometerse formalmente con los michoacanos se ubica el día 1 de agosto de 2022, cuando se presentó el Plan de Desarrollo Integral 2021-2027 (PLADIEM). En su estructura, el ámbito educativo se subsumió en el Eje 2, Bienestar, en el Objetivo 2.2, denominado “garantizar el derecho de la población a la educación pública, gratuita, laica, obligatoria, humanista, universal, inclusiva, intercultural, equitativa, de excelencia y con perspectiva de género”, el cual comprende cinco estrategias: 2.2.1, “garantizar el derecho social de la educación a toda la población”; 2.2.2,“establecer una educación integral, inclusiva, amorosa y respetuosa de la interculturalidad”; 2.2.3,“garantizar y fortalecer el impulso al magisterio michoacano con una visión inclusiva, equitativa y de calidad en todos los tipos, niveles y modalidades educativas”; 2.2.4,“fortalecer la infraestructura y planeación para la mejora educativa” y, 2.2.5, “asumir la Nueva Escuela Mexicana como un elemento fundamental para cambiar las relaciones sociales escolares y lograr mejorar el desempeño académico y profesional de las y los implicados”; con 17, 20, 6, 11 y 8 acciones por realizarse respectivamente. Si bien, un objetivo y cinco estrategias, con sesenta y dos acciones parecerían definir un punto de partida mínimo para una administración estatal, despierta inmediata sospecha el que se le dotase de un sistema de indicadores para evaluar el avance sexenal muy precario, incongruente con los objetivos, estrategias y acciones e insuficiente por añadidura, ya que, apenas si se colocaron seis indicadores que poco o nada tienen que ver con el proceso de planeación previo. Veamos sus puntos de partida, sus progresiones y el estado que guardan actualmente: Eficiencia terminal en el nivel medio superior, rubro en el cual, durante el ciclo escolar 2019-2020 Michoacán se ubicó en el lugar 28 a nivel nacional. Es decir, en ese periodo, nuestra entidad federativa fue la quinta peor ubicada en el escalafón nacional en cuanto a lograr que los estudiantes inscritos en bachillerato o equivalente concluyeran el respectivo nivel educativo. En aquel entonces, el porcentaje base de referencia fue un 61.6 por ciento de eficiencia terminal, valor que para el 2022 alcanzaba un 64.1 por ciento, mientras que la meta ascendente proyectada para el 2027 se remontaría al 65.59 por ciento. En relación con lo anterior, en el III Informe de Gobierno no obra registro de las cifras vigentes en torno a la eficiencia terminal en educación media superior. Empero, en las fuentes oficiales (SEP, 2024) podemos encontrar que, al cierre del ciclo escolar 2022-2023 ya se reportaba un 70.0 por ciento Es decir, de acuerdo con las cifras que se establecieron, ¡ya Michoacán logró superar la meta establecida para el 2027, con cinco años de antelación! Eficiencia terminal a nivel primaria, en donde el ciclo escolar 2019-2020 se ubicó Michoacán en el lugar 32 a nivel nacional, el peor estado en cuanto a niños inscritos en primero de primaria que lograban terminar este nivel educativo, con apenas el 89.1 por ciento, mientras que para el ciclo escolar 2022-2023 ya se lograba un 90.81 por ciento, proyectándose llegar al 94.54 por ciento en 2027. Igual que en el indicador anterior, tampoco se reportan estas cifras de avance en el III Informe de Gobierno. Al respecto, en las fuentes de la SEP, al culminar el 2022-2023 ya se reportaba un 92.2 por ciento de eficiencia terminal. Con lo anterior, se puede hablar de que se ha logrado avanzar un 3.1 del 5.44 por ciento planteado, lo cual representa un 57 por ciento de avance. Lo cual también estaría por encima de la meta autoimpuesta en 2022. Eficiencia terminal a nivel secundaria, en donde el ciclo escolar 2019-2020 se ubicó Michoacán en el lugar 32 a nivel nacional, con apenas un 78.3 por ciento. Al inicio del ciclo escolar 2022-2023 se menciona como cifra base el 81.01 por ciento. Sin embargo, en el indicador del cierre del ciclo 2022-2023 se reportó un 80.2 por ciento de eficiencia terminal para Michoacán de Ocampo, a reserva de las cifras oficiales que se presenten al cierre del ciclo escolar 2023-2024. Esto quiere decir que, ¡en un año, empeoró un 0.81 por ciento el indicador mencionado! Grado promedio de escolaridad, en donde el ciclo escolar 2019-2020 se ubicó Michoacán en el lugar 29 a nivel nacional, con apenas 8.3 grados. Al inicio del ciclo 2022-2023 se mencionó se obtuvieron 8.73 años de escolaridad, mientras que, al cierre de ese ciclo, se reporta que ya se alcanzaron 8.9 grados de escolaridad, al la vez que se proyectó para este caso la cifra de 9.0 grados de escolaridad para el cierre del ciclo escolar 2023-2024, lo cual es una estimación, no una cifra basada en evidencias. La meta para 2027 es de 9.41 años de escolaridad, por lo cual, se llevaría un avance del 63 por ciento respecto a lo planificado. Porcentaje de población de 15 años y más analfabetas, en donde el ciclo escolar 2019-2020 se ubicó Michoacán en el quinto lugar a nivel nacional, con un 7.07 por ciento poblacional. En 2022 se menciona en el PLADIEM había un 6.49 por ciento, mientras que se proyectó como meta alcanzar el 4.12 por ciento en 2027. Para el cierre del ciclo escolar 2022-2023 ya se hablaba de una disminución a 6.4 por ciento, mientras que en el mismo documento de la SEP se estima una reducción a 6.3 por ciento para el cierre del ciclo escolar 2023-2024, sin que tampoco exista evidencia que soporte esta estimación de escritorio. Asumiendo esa proyección como cierta, tenemos un avance del 26 por ciento respecto a la meta 2027, partiendo del año base. Rezago educativo, en donde el ciclo escolar 2019-2020 se ubicó Michoacán en el tercer lugar a nivel nacional, con un 29.42 por ciento de las personas en esta situación. En 2022, el porcentaje empeoró hasta el 30.15 por ciento. La meta con horizonte 2027 trazada es del 28.72 por ciento. Ahora, de acuerdo con el más reciente reporte de CONEVAL (2024), en la entidad federativa se estima una población de 4 millones 950 mil 601 personas, con cifras de 2023, prevaleciendo 1 millón 430 mil 300 personas mayores de 15 años sin haber concluido la educación básica; lo cual representa un 28.29 por ciento de la población en Michoacán que permanece en situación de rezago educativo. ¡Lo anterior implica que ya se alcanzaron los resultados en este indicador! Juzgue usted al respecto, amable lector; primeramente, si los seis indicadores guardan relación con el objetivo y con las estrategias; además, si las cifras utilizadas reflejan el desarrollo educativo de las escuelas de su comunidad y si son confiables los datos presentados. Es de observarse que no se hayan colocado indicadores ni metas de cobertura educativa, de condiciones de infraestructura, de equipamiento, de conectividad, de número de días efectivos de clases, de abandono escolar, de absorción escolar, entre muchos más. Así tampoco se involucraron a los niveles de educación inicial, de prescolar, de licenciatura, ni de posgrado, mucho menos de educación indígena o de educación especial. Pareciera que se definieron indicadores en donde podría darse manipuleo en cuanto al simple manejo del tiempo en el que se reportan las cifras a la federación: es decir, la eficiencia terminal mejora si nunca se reporta la matrícula que causa baja en los primeros meses del ciclo escolar, lo cual es sumamente plausible retrasando simplemente la entrega de información a la SEP. No olvidemos que, las cifras que se brindan por parte de la SEP están basadas en el Formato 911 que la propia autoridad educativa estatal reporta a la instancia federal. Es decir, no existe la certeza plena de que, la SEE, al ser juez y parte, tenga imparcialidad plena en el levantamiento, presentación y envío de datos. Aunado a lo anterior, se sabe qué constantemente la autoridad educativa michoacana se retrasa en el envío de las cifras, lo cual puede verse en el marco del discurso oficial emitido en el marco del III Informe, donde difundieron como principales logros en el ámbito educativo la repartición de tenis, de becas y la dotación de libros a bibliotecas, acciones no mencionadas directamente en el PLADIEM y que no tienen relación directa con los indicadores estipulados. Es de recordarse que, justo al concluir el Ciclo Escolar 2023-2024 ya se difundía en la entidad federativa que Michoacán había disminuido su tasa de abandono escolar radicalmente, siendo el único dato que se mencionaba en la propaganda oficial al respecto de lo sucedido en el periodo recién terminado, lo cual de inicio despertaba suspicacias. Al verificar lo anterior en las comunicaciones del gobierno federal, se contrasta con la información contenida en el anuario para el Ciclo Escolar realizado por la SEP, el cual fue publicado hace apenas un mes, en donde se exhibe que no obran aún datos específicos para nuestra entidad federativa en el rubro mencionado, ni muchos otros más. ¿Cómo se construyó entonces esa cifra de abandono escolar en la entidad siendo que muchos planteles a la fecha no les entregan siquiera boletas de calificaciones del ciclo escolar anterior a los padres de familia? Finalmente, en cuanto a los derechos educativos de las niñas, niños y jóvenes, desde el capítulo Michoacán de Mexicanos Primero impulsamos que se garanticen los derechos educativos de las niñas, niños y jóvenes en la entidad federativa en un modelo de triple inclusión: que todos estén, aprendan y participen en las escuelas michoacanas. Al respecto, no se involucran metas, objetivos, acciones ni indicadores que aseguren la cobertura, ni que evalúen el aprendizaje de las niñas, niños y jóvenes en la entidad desde el PLADIEM 2021-2027, ni mucho menos la participación escolar. Particularmente, se subraya que, los resultados presentados en el III Informe no hablan una sola palabra del aprendizaje alcanzado. En suma, existe una ausencia de consistencia entre las obligaciones constitucionales del gobierno estatal, los resultados del esfuerzo de planificación, los indicadores definidos para mensurar el avance y lo difundido en el marco del III Informe de Gobierno. Es perentorio que exista control de gestión, tanto por parte de los titulares de la administración educativa estatal, como por parte e los organismos de planeación, evaluación de metas, de fiscalización y control. Más aún, el gobierno, como ya se dijo, no debe de tener conflictos de interés, no puede ser juez y parte en la evaluación de su avance. Debe de haber acceso pleno a conocer los resultados de su gestión, mediante organismos consultivos, de gobernanza, que permitan a los participantes tener información de los procesos educativos, para proponer en aras de la mejora continua de la educación. Es importante que las autoridades tomen en cuenta a la sociedad civil, a la academia, a los investigadores, a los medios de comunicación, a los padres de familia, a los estudiantes, a los maestros que ejercen su vocación docente y a la ciudadanía en general para realizar procesos de planeación integrales y participativos, así como el control de gestión. Asumir la rectoría educativa implica construir gobernanza y ejercer un gobierno abierto.