Antonio Hernández / La Voz de Michoacán Este 10 de Octubre-como cada año-, la OMS ha celebrado una fecha que debería estar en la primera plana de los diarios: el Día Mundial de la Salud Mental. “El objetivo es crear conciencia sobre los problemas de salud mental en todo el mundo y movilizar esfuerzos en su apoyo. El tema de este año: es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”. (OMS, 7/X) La salud mental forma parte de la salud en general. Uno no puede tener salud plena, si sus emociones, su conducta o sus pensamientos le hacen sufrir o hacen sufrir a otros. De hecho, algunas alteraciones emocionales, se pueden manifestar como anomalías gastrointestinales, respiratorias, dérmicas o de cualquier órgano o sistema corporal. No existe una separación entre la mente y el cuerpo, aunque -a veces-, médicos y pacientes olviden que ser una persona significa una unidad biopsicosocial. La Organización Panamericana de la Salud -institución hermana de la OMS-, afirma: “Los entornos de trabajo seguros y saludables pueden actuar como un factor protector para la salud mental. Las condiciones insalubres, como el estigma, la discriminación y la exposición a riesgos como el acoso y otras malas condiciones de trabajo, pueden plantear riesgos importantes que afecten la salud mental, la calidad de vida en general y, en consecuencia, la participación o la productividad en el trabajo.” (OPS-OMS, 7/X) El estigma del enfermo mental es un problema desde hace siglos; la repulsa, el horror y la discriminación dirigida a quien sufre de un trastorno de esta naturaleza, alejaban a las personas del “lunático”. Desde entonces, no se comprendía -ni se comprende suficientemente aún-, que una enfermedad “de los nervios”, es atribuible a situaciones penosas, de la relación familiar (con mamá, papá o los hermanos), que han dejado una huella difícil de manejar. El acoso por su parte, muy frecuentemente dirigido hacia la mujer, impone una carga que rompe el equilibrio entre las personas. Una mujer bonita (o no) se ve obligada a escuchar palabras que no desean y que la despersonalizan; ella deja de ser una persona, para convertirse en un objeto sexual deseado por un hombre. También se da el acoso de mujeres que -por envidia-, le hacen blanco de ofensas e injurias no provocadas por la bella. El lugar de trabajo, donde uno dedica diariamente varias horas, puede contribuir o no, a construir la salud mental de la persona. Una chamba agradable, estimulante, que invita a sentirse útil para la sociedad, promueve el desarrollo personal, tanto como pude hacerlo una actividad recreativa o de esparcimiento. Lo contrario, es el foco de la atención a esta oportunidad del Día Mundial de la Salud Mental: “Los trabajadores están expuestos a riesgos para su salud mental.” (OMS). Esto se puede producir, debido a las exigencias de producción, calidad o precisión; el resultado puede ser el estrés innecesario; al producir ansiedad prolongada por meses, se transforma en depresión. 2) “Consecuencias para la persona. Si no se abordan, los problemas de salud mental pueden minar la autoestima, reducir la satisfacción en el trabajo y limitar la capacidad laboral. Pero estos problemas no solo impactan a la persona afectada, sino también a su familia y a sus cuidadores.” (OMS) Como la pérdida de la autoestima y la insatisfacción son silenciosas, los compañeros, los supervisores o los miembros de la familia, necesitan estar atentos a los cambios en el estado de ánimo del operario. Esas alteraciones pueden ocasionar accidentes en el quehacer, riñas o hasta la pérdida del puesto. 3) “Repercusiones más amplias en el trabajo y la sociedad. Los problemas de salud mental reducen el rendimiento, aumentan el ausentismo y propician la rotación del personal. En todo el mundo, la depresión y la ansiedad hacen que se pierdan unos 12 000 millones de días de trabajo al año, con unos costos sociales y económicos considerables” (OMS) Cuando se habla de repercusiones sociales de las alteraciones en salud mental de los trabajadores, se pone el acento en las consecuencias indeseables que pueden perjudicar a todos: el trabajador, su familia, su empresa, etc. 4) “Formar a los directivos para promover la salud mental. Los empleadores deben formar a los directivos para que reconozcan y gestionen los factores de estrés en el trabajo, de modo que puedan ayudar eficazmente a sus equipos y crear un ambiente laboral más solidario y saludable.” (OMS) En efecto, las empresas y sus responsables deben contar con la preparación necesaria para que los directivos de todos niveles ayuden a crear y mantener un ambiente de camaradería, compañerismo y estímulo a la productividad de los obreros y empleados, que logre tanto el impulso a su creatividad y desarrollo personal, como la producción de bienes y servicios que pretende la compañía. 5) “Las autoridades públicas deben actuar y cooperar. Éstas deben cooperar para formular políticas que prevengan los riesgos para la salud mental, promuevan el bienestar y creen entornos de trabajo favorables que prioricen la salud mental.” (OMS) Lo anterior significa que la salud mental, es tarea de todos; todos estamos en el mismo barco y tenemos la tarea de remar padelante. Estimadas lectoras, lectores: sigo admitiendo con gusto sus opiniones, que enriquecen esta columna, al whatsapp 4431686281 y al jah@ucol.mx