El gobierno bedollista ya se echó el “primer trompo a la uña” al oficializar un reemplacamiento para el próximo año, con la idea de recaudar más de mil 400 millones de pesos. Obviamente tienen presupuestado el saldo rojo que dejará la noticia en la sociedad. Ya nos han dicho que la administración anterior dejó un serio desaseo financiero, y que no quedará en impunidad. También nos insistieron en que dejaron cero pesos en las cuentas bancarias, comprometiendo la operatividad gubernamental. No obstante, también garantizaron un respaldo sin precedentes del gobierno de López Obrador para recomponer ese tiradero que heredó el gobierno silvanista y que llevó a una severa crisis financiera, en seguridad, y en un largo etcétera a Michoacán. Esta administración asumió el poder gozando de rating impresionante de respaldo ciudadano, sin embargo, un reemplacamiento a estas alturas caerá como balde de agua fría, obligando a los operadores a una estrategia de contención. Absolutamente nadie es ajeno de la realidad que vive Michoacán. La crisis sanitaria vino a golpear las ya de por sí debilitadas finanzas personales y familiares, y hasta las gubernamentales, aunque estas últimas atribuidas a un mal manejo. Si bien no habrá nuevos impuestos en Michoacán, la estrategia que utilizan los gobiernos para incrementar su recaudación es lanzando un plan de reemplacamiento. La historia así nos lo dicta con los anteriores gobernantes. No es cuento nuevo. También es conocida esa versión que pregonarán, aunado a que buscarán incrementar la recaudación, que buscarán un “mejor control” vehicular, con la supuesta idea de inhibir la cantidad de delitos, pues se actualizarán las bases de datos. En Michoacán hay una cartera vencida impresionante de contribuyentes que no se ponen al corriente. Especialistas sugieren, y más en tiempos de crisis, que apuesten primeramente a recuperar lo que ha sido incobrable. En las nuevas placas quedará el sello de la administración de la cuarta transformación. Esa será la gran diferencia. Nuevos colores en las láminas. Al final, la política es exactamente la misma. Lo novedoso sería conocer con exactitud a dónde irán esos recursos. La sociedad quedará tranquila si conoce de primera mano a dónde se irá ese recurso recaudado, partiendo de que Michoacán prácticamente está en la quiebra técnica y hay un abanico de áreas de oportunidades. Por lo pronto, si los diputados no disponen de otra cosa, Michoacán quedará reemplacado.