La Voz de Michoacán Silvano Aureoles Conejo reapareció públicamente y era de esperarse que esto causaría todo tipo de comentarios. Hace 10 meses concluyó su gubernatura, en momentos convulsos y con una clara confrontación con el gobierno federal en turno. No se sabía nada de él, sólo lo que el vox populli conjeturaba. En el escenario político hay más dudas que respuestas. Sus detractores le exigen cuentas, sus aliados celebran su regreso, en fin. Recorrerá el país, pues trae bajo una agenda nacional, de la que aún no se conocen sus alcances, pero aclara que no trae ninguna consigna ni golpeteo político. Es quizá el liderazgo más fuerte que tiene en estos momentos el PRD, aliado del PRI y PAN en una alianza que poco a poco se mina. Políticamente hablando estamos cerca del 2024, pero cronológicamente aún le faltan dos largos años, en cuyo periodo muchas cosas pueden pasar. En Michoacán lo esperan temas torales que ha soltado el gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla, quien lo sucedió en el cargo, quien ha adelantado una decena de denuncias penales en contra de la administración anterior. Los especialistas creen que ninguna iría en contra del titular del Ejecutivo, más bien, de quienes firmaron como responsabilidades de las unidades. Ven anomalías en uso de recursos en materia de seguridad, campo y salud. El pueblo de Michoacán necesita muchas explicaciones, mismas que antes quizá tendrán que formalizarse ante los órganos de control, derivado de las denuncias que se han interpuesto. Es más, todo ejercicio de la función pública obviamente concluye en los trabajos de revisión que realizan las contralorías, auditorías o instancias que se encargan de revisar el uso de los recursos públicos. Eso a estas alturas no nos debería de extrañar. Hay muchos mensajes aunque dan en el tintero y que deben clarificarse para comprender los tiempos de esta decisión de reaparecer, a casi un año de que llegó la cuarta transformación al estado de Michoacán.