La Voz de Michoacán Los brotes de violencia que están golpeando a Michoacán no son más que un síntoma de la descomposición social que viene creciendo como “bola de nieve” al paso del tiempo. La disputa por el territorio y la fragmentación de los grupos de la delincuencia organizada antojan una solución sumamente compleja para las autoridades, sin embargo, ni legal ni socialmente está permitido que se excusen con un “estamos haciendo lo que se puede hacer”. El reto en seguridad no es sencillo. Lo saben y lo supieron las autoridades electas, de los tres órdenes de gobierno. La solución, expertos la visualizan a largo plazo, incluso, más allá de los mandatos constitucionales para los que fueron electos. La radicalización de las acciones de violencia está sometiendo a pueblos enteros, sin que nadie pueda escapar, aunque lamentablemente hay pueblos que lo hacen por complacencia, y no porque no haya otra salida. Expertos en materia de seguridad creen que la solución a la crisis que se vive en este segmento es golpeando las estructuras financieras de los cárteles, pues al dejarlos sin financiamiento es poco probable que puedan seguir abasteciéndose de armamento, vehículos y “salarios” para los sicarios, y quienes forman parte de esta cadena. No obstante, el riesgo es que recurran a la sociedad civil recrudeciendo el cobro de cuotas, extorsiones, y otras. Hay por lo menos una decena de gavillas, cárteles o células criminales plenamente identificadas en Michoacán, a quienes se les atribuye la generación de la violencia. El pleito por el control, el tráfico de drogas, y el cobro de piso, entre otros delitos, son las fuentes de financiamiento que pelean al costo que sea. En algunas regiones como en tierra caliente se ha unido un bloque de grupos a fin de hacerle frente al que se perfila como el grupo hegemónico, mismo que de manera abismal sigue creciendo. La estrategia del gobierno quizá debe ser regionalizada. No son los mismos grupos, ni dimensiones, ni problemáticas. Cada uno de los conflictos debe atenderse de manera focalizada a fin de que se alcance lo más cercano al éxito. Expertos también aseguran que se debe emplear la inteligencia a fin de desarticular todas las redes de apoyo que existan, y así, ir minando las estructuras que hacen fuerte a estas organizaciones delincuenciales. No tiene solución pronta. Aunque se quiera. Es un problema con el que seguiremos conviviendo por una larga temporada, y con varios capítulos.