La Voz de Michoacán Las próximas horas en el Congreso de Michoacán serán cruciales por el reparto de posiciones. Los legisladores tienen claro que el poder es para ejercerse, por tanto, el jaloneo político que se avecina advierte un clima de riña e incertidumbre. En el fondo, los partidos políticos tienen claro que los números cuentan, y cuentan mucho, y más en la consolidación de acuerdos. El bloque opositor a Morena-PT tiene una clara mayoría que les permitirá avanzar de manera tersa y sin aspavientos. Morena-PT no está en condiciones de imponer, más bien de construir, como lo ha externado el propio gobernador electo. La primera gran prueba de fuego es la asignación de comisiones y comités, que suponen el gran músculo de cada partido. El PRI-PAN-PRD tiene todo para construir una mayoría y quedarse con los mejores espacios, pero buscarán conciliar con las otras fuerzas políticas a fin de que no haya mayoriteo, a excepción de que la cuarta transformación no tenga actitud de negociar. Así, con este escenario queda claro que nadie es dueño del Congreso. Si se quiere transitar sin fricciones, es fundamental que las estridencias se dejen para las tribunas o para los comunicados de prensa, pero en la práctica legislativa se le apueste a la negocia. El bloque opositor está preocupado por la línea discursiva de la 4T y suponen momentos álgidos, que a nadie le conviene, mucho menos a ellos pues no cuentan con los números para imponer una mayoría. Están en alerta, y advierten que no habrá sometimiento. Las comisiones de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública; Hacienda y Deuda Pública; Gobernación; Puntos Constitucionales; Inspectora de la Auditoría Superior de Michoacán, son las más atractivas, en donde todos querrán estar, pero no todos podrán. Lo que viene, literalmente son los juegos del poder.