La Voz de Michoacán Si bien hay una aparente calma en el mapa epidemiológico en Michoacán debido al control de la enfermedad, a nivel mundial está latente una alerta de una tercera ola de contagios por COVID-19. Las variantes que se introducen al país podrían desencadenar en un brote que provocaría que se retroceda en todo lo avanzado. Dos casos están confirmados de las variantes de Reino Unido y la India, ésta última con una alta capacidad contagiosa, sin importar rangos de edades. El puerto de Lázaro Cárdenas se convierte nuevamente en la principal puerta de ingreso de personas que vienen de otros países en donde se vive de manera exponencial esta pandemia. Si bien se tiene un 14 por ciento de cobertura de la vacunación en Michoacán, de entrada, es insuficiente porque un universo muy amplio de personas sigue vulnerable ante la COVID-19, sin embargo, está demostrado que la vacuna no protege al 100 por ciento, por lo que nadie descarta que se puedan contagiar en cualquier momento. Esta alerta roja fue compartida en el Comité de Seguridad en Salud y obliga a que todos, sin distingo alguno, a reforzar medidas sanitarias, desde las que tienen que ver con responsabilidades personales, hasta las de convivencia. No es seguro acudir a eventos masivos sin ninguna protección, menos cuando no han sido inmunizados. Si bien el sistema sanitario del país y del mundo conoce un poco más de las variantes tradicionales de la COVID-19, las nuevas pondrían en jaque a los médicos, que no sólo están cansados, sino que han sufrido bajas debido a que han estado en el cinturón de fuego atendiendo a pacientes que han convalecido por este virus. El regreso a clases está previsto para el mes de agosto, siempre y cuando las condiciones de contagio no se disparen nuevamente como ocurrió a principios de año, y que llevó hasta el 90 por ciento de la capacidad de atención a los hospitales del estado. Hasta este momento, en semáforo verde, una serie de actividades están permitidas. Aunque nadie garantiza que así siga al paso de los meses, debido a que la contagiosidad y la propagación de nuevas variantes vulnerarían la salud de los michoacanos. Si se pensaba que lo peor había pasado, es probable que en sus dimensiones ya estemos en otro momento, sin embargo, el peligro no ha pasado. Lo tenemos enfrente, muy cerca.