Juan Pablo Ríos y Valles Boysselle Se hizo bolas el engrudo. Afuera de Palacio Nacional siguen llegando multitudes, pero ya no de gente que quiere tan sólo verlo salir, cruzar una mirada, recibir una sonrisa o contar en su colonia que estuvo al lado de Andrés Manuel y no hubo guardaespaldas que lo detuviera; ahora son los bomberos y mandos policiales de CDMX que entienden como orden suya la decisión de Claudia Sheinbaum de haberlos despedido, campesinos que dicen haberse decepcionado a menos de 60 días y no tarda en llegar una comitiva de gasolineros o de gente para dejar su coche varado en la plancha del zócalo y hacer sentir su enojo. El Presidente vive en un Palacio, cual Rey, pero en el discurso y giras sigue dando la facha de un nuevo vecino del Centro Histórico. Se hizo tan cercano que ya no sirven de nada los Secretarios ni los Diputados ¿para qué hablar con Hacienda sobre las reformas fiscales si es decisión de AMLO? O como dice Silvano ¿Para qué marcarle al Director de Pemex si ya ni le contesta? Hasta el Gobernador quiere aprovechar el show e ir a hacer plantón, lo malo es que en la plancha del zócalo sólo se aterriza para el desfile militar del 16 de Septiembre, quién sabe si tenga planeado usar el metro o una suburban blindada que sí tenga tanque lleno. El día de ayer en conferencia de prensa anunció el programa con el cual, todos los jóvenes que quieran ser “aprendices” y recibir $3,600.00 mensuales podrán enlistarse junto con el millón cien mil que ya escribió su nombre en la lista, para que le consigan un “tutor” alguien que esté dispuesto a enseñarle su oficio, transferirle el valioso conocimiento de un taller mecánico o una vulcanizadora como el propio Presidente de los Estados Unidos Mexicanos dijo enfrente de todos los medios del país. Resulta difícil de entender que busque el apoyo del sector productivo del país justo en el momento en que lo tiene estrangulado por el desabasto de combustible, que el encargo de despacho de la Fiscalía de la República se atreva a decir que este programa sirve para que todos los jóvenes que hoy trabajan para los huachicoleros tengan un futuro, lícito, moral y promisorio en alguna de las 360,000 empresas que están dispuestas a recibir mano de obra gratuita. Ni las cuentas ni el discurso cuadran. No hay más oferta de empleo que jóvenes buscando cobrar $3,600.00, tampoco los talleres mecánicos que pueden recibirlos tienen RFC y Acta Constitutiva para darse de alta en el programa; e imposible tener al pueblo contento, a más de dos semanas sin gasolina, con solicitudes de apoyo y promesas de acabar con los huachicoleros cuando ni uno solo está en la cárcel. Quizá Andrés Manuel, como desde joven vive del dinero público, piense que las pequeñas y medianas empresas tienen espacio para una persona más, tiempo para enseñarles y que es en el autoempleo como habremos de alcanzar a los países desarrollados que más bien invierten en universidades y en carreras profesionales tecnológicas que se inserten en la dinámica económica. Sería bueno que ahora que Silvano pase de la puerta de Palacio, le cuente que, por andar prometiendo becas, luego ya no le alcanzó y mejor hasta la nómina de los maestros le regresó a la Federación. El bien común debe sobreponer el interés privado, pero tampoco debe atropellar la vida de millones de mexicanos por conseguir los 60 mil millones de Pemex que le estaban robando y así poder pagar 2 años de sueldo de aprendices. Los gasolineros están vendiendo y ganando menos, los del transporte público tardan más en cargar y ese tiempo perdido en la fila se lo cobran justamente al joven de los $3,600.00 que se sube al uno de los camiones que en desobediencia civil subió su tarifa aprovechando que la autoridad no vigila porque no hay gasolina. Quizá por eso se bajó el sueldo Andrés Manuel, para que no nos costaran tanto sus decisiones. Aún es muy temprano para decir que cavó su propia tumba, pero el sexenio de Peña lo derrumbó la tragedia de los 43, al de calderón una pregunta no contestadas sobre su adicción al alcohol y a Fox haber gobernado queriendo conciliar en vez de mandar. No vaya a ser que los huachicoleros cambien de oficio y el problema de Pemex se perpetúe como un terror que cause daño en el patrimonio de los mexicanos, eso sí le costaría el sexenio y ni la guardia nacional lo contiene. @jpriosyvalles Facebook/jpriosyvalles juanpablo@riosyvalles.org