Horacio Erik Avilés Martínez A lo largo de una década, Mexicanos Primero ha invitado a la sociedad nacional a elevar el nivel de debate en torno a las campañas político-electorales, para pasar del eslogan ocurrente y vacuo al argumento sólido, para transitar de una dictadura perfecta a un sistema democrático cuyo basamento sea una sociedad informada. Actualmente, poco se ha hablado de educación en las campañas, pero de lo que se ha dicho hay exiguas pinceladas, un tanto positivas y a la vez inacabadas, como el pronunciamiento que realiza Andrés Manuel López Obrador respecto a presentar propuestas de reforma al marco normativo vigente y la búsqueda de continuidad en la materia de José Antonio Meade Kuribreña. En contrapunto, además del inaceptable mutis que guardan muchos actores políticos en torno al tema, también somos involuntarios testigos del intento casi adolescente de seducción que ha emprendido la partidocracia y sus candidatos hacia el magisterio nacional, mediante toda clase de tácticas que permitan generar desequilibrios políticos en favor suyo. Parece que se ha puesto de moda buscar granjearse al sector educativo, especialmente a los trabajadores de la educación para obtener de ellos la miel de su apoyo electoral. Los operadores políticos están en perenne búsqueda de sentarse con las cúpulas sindicales de todas las expresiones, para alcanzar ¿Qué se les ofrece a los maestros a cambio de su apoyo político- electoral? Promesas vacías y ambiguas, de las cuales las bases magisteriales obtendrían muy, pero muy poco, ya que quienes obtendrán beneficios a manos llenas serán sus personeros que sepan vender el apoyo gremial a quienes estén dispuestos a pactar con ellos. En el escenario estatal, no parece mejorar la situación, a pesar de que el reporte que señala que el número de comisionados sindicales existentes es de cero, en la práctica aún contemplamos a decenas de líderes de expresiones sindicales y de operadores políticos de tiempo completo que a la vez cobran en la nómina magisterial sin empacho alguno. Más específicamente, conspicuas figuras al interior de las tribus magisteriales, realizan campañas abiertas en favor de uno u otro candidato, un día apoyando a una fuerza política y al día siguiente revelándose como parte de alianzas que parecerían contra natura, pero que tienen como trasfondo las lealtades que los atan con liderazgos fácticos que han operado durante décadas en la entidad, manteniendo convenencieramente un clima de discordia, pero monopolizando el tono de la agitación, como ocurrió en los primeros Congresos Seccionales de Bases de la CNTE en la entidad y a la fecha se preserva la posición en el tablero político-magisterial local, en el cual se realizan los primeros movimientos, siguiendo las instrucciones provenientes del ámbito nacional, en prácticamente en todos los partidos políticos. En suma, en la escena local encontramos que los grupos político-magisteriales simple y llanamente están buscando prevalecer, hacerse de o acrecentar su poder. No hay propuestas educativas hasta el momento en el proceso electoral en la entidad, ya que continúan expectantes los actores clave respecto a lo que se determine a escala nacional. Los ciudadanos continuamos esperando propuestas respecto a la necesaria transformación educativa que se debe emprender en la entidad. El sistema educativo sigue su marcha, colmada de actos intencionales por desarrollar las mejores cualidades de los estudiantes, pero ello no basta para generar el cambio social que requiere Michoacán. Como sociedad, desde el rubro educativo debemos construir soluciones a la situación actual en la que continúan siete de cada diez michoacanos en edad productiva, quienes a lo sumo cuentan nueve años de escolaridad, hecho que explica perfectamente nuestra escasa capacidad como sociedad estatal en rubros como innovación, investigación pura y aplicada, industria de transformación, registro de marcas y patentes. Por supuesto, ello incidiría enormemente en mejorar los indicadores socioeconómicos que nos posicionan en los últimos lugares en materia de competitividad, de desarrollo humano, seguridad, transparencia, participación ciudadana y muchos otros más. Por ello, la educación michoacana debe dejar de ser plataforma de despegue para aspiraciones individualísimas o grupales, ya que lamentablemente quienes deberían de hacer por resolver las situaciones que expresan los indicadores educativos y las padecen millones de michoacanos se encuentran distraídos barruntando su futuro político individual o sectario. En estas campañas debemos sentar las bases institucionales para evitar que siga siendo el sistema educativo un rehén político. Y finalmente, es importante remarcar que, antela lectura de la realidad, en aras de definir colectivamente un horizonte posible, no lo duden, desde Mexicanos Primero muy pronto estaremos presentando públicamente una visión transformadora de nuestro sistema educativo para lograr construir colectivamente la escuela que queremos. Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles