MEXICANOS PRIMERO MICHOACÁN Erik Avilés Martínez Por encima del proceso político-electoral que alcanzará su clímax el domingo 2 de junio, jornada de votación, el ciclo escolar continúa su marcha y los derechos de las niñas, niños y jóvenes a estar, a aprender y a participar en las escuelas michoacanas continúan siendo una obligación para las autoridades responsables. En el marco de las campañas electorales de nuestra entidad, habiendo conocido ya prácticamente todas las candidaturas inscritas ante los organismos electorales, fue una muy buena noticia que, por esta ocasión el gabinete educativo no sufriera mayores modificaciones en Michoacán. Incluso, a escala municipal eso tampoco sucedió. Es un buen precedente el que se sienta, el que se promueva la continuidad de quienes tienen compromisos con el sector educativo por encima de vaivenes, coyunturas e intereses político-electorales. Solamente, algunos trabajadores de la educación e integrantes del sindicalismo, desde candidaturas voluntaristas y a título personal fueron quienes se aventuraron a participar en campañas. Sin embargo, parece que esto no afectará la operatividad del sistema educativo estatal, conjurándose los nubarrones de que se designaran encargados de despacho, muchas veces personajes improvisados sin perfil quienes llegan a aprender y a hacer padecer su curva de aprendizaje. Si bien, hay muchas áreas de oportunidad en la educación michoacana, resulta mucho más fácil que se atiendan las irregularidades y omisiones por parte de responsables que ya están inmersos en sus funciones que esperar a que los nuevos funcionarios conozcan de los asuntos en tránsito, del marco normativo y comiencen a tomar decisiones. Empero, no negamos la inmensa influencia que generará el proceso electoral, ya que se genera expectación respecto al rumbo que podrá tomar la educación, así como se atienden responsabilidades de activación, promoción del voto y movilización del electorado por parte de trabajadores de la educación, representantes gremiales del magisterio, funcionarios, estudiantes y padres de familia, razones de peso para considerar que es altamente posible que existan distracciones en los meses restantes del actual ciclo escolar, por no decir que puedan construirse escenarios donde se suspendan clases, se distraigan recursos humanos y se simule el proceso educativo en aras de operar a favor de los candidatos y fuerzas políticas de cara a la votación. Es un riesgo que no se puede soslayar. Por ello, resulta importante recordar varios de los pendientes más significativos con que nos encontramos en el presente, en el sistema educativo michoacano. Los asuntos sin resolver continúan. Quizás el más emblemático de todos los temas sin atenderse es la consulta, construcción, validación y publicación del Programa Sectorial de Educación para el Estado de Michoacán, el cual es una hoja de ruta sexenal donde se plasman los objetivos, estrategias y acciones gubernamentales, con sus respectivas metas e indicadores. Sin embargo, a pesar de la trascendencia de la planeación participativa para el desarrollo, es momento en el cual no se ha realizado esta estratégica tarea, habiéndose consumido casi la mitad del periodo gubernamental. No olvidemos que, de los 15 estados de la república que tuvimos elecciones para gobernador en 2021, Michoacán de Ocampo fue el último en presentar su Plan Estatal de Desarrollo. Parece que, de continuarse así, seremos los últimos también en conformar un programa sectorial, con las consecuencias inmediatas en la falta de rumbo, sentido, inversión, objetivos, cronogramas, métricas y resultados de las políticas públicas en materia educativa en nuestra entidad federativa. Levantemos la voz y exijamos que las autoridades educativas estatales cumplan con tan alta responsabilidad. Aunado a lo anterior, sigue el incumplimiento-hormiga del calendario escolar 2023-2024. Se continúa sin integrar un reporte detallado, trazable, grupo por grupo y escuela por escuela del impacto de los llamados a parar las labores escolares, así como de las medidas ejecutadas al respecto. Se entiende que, institucionalizar una medida de política pública de esta índole maniataría la discrecionalidad de las autoridades, los márgenes de negociación con las fuerzas movilizadas al interior de la Secretaría de Educación en el Estado y dependencias descentralizadas. Otro asunto que está en curso, el cual suele generar muchas tensiones y movilizaciones es el proceso de ingreso a las escuelas normales, donde se emitieron ya las respectivas convocatorias y se fijó el procedimiento por parte de la autoridad para realizar la obtención de ficha y para presentar el examen de admisión, el cual será vía CENEVAL, por tercer año consecutivo. Generó polémica el anuncio de que se modificarían las cifras de lugares ofertados para cada escuela normal, aunque se sostendría el total de mil 080 lugares disponibles. Esto significaría una adaptación de la matrícula ofertada a las tendencias demográficas de nuestra entidad federativa, ya que, es cierto que la población infantil está sufriendo un decrecimiento. Las tendencias poblaciones son inobjetables y están al alcance de cualquier usuario en el portal electrónico del INEGI. Sin embargo, las tendencias de nacimiento no bastan para determinar la demanda de trabajadores de la educación. Para hacer una proyección de matrícula se deben considerar factores relacionados con la rotación laboral de los trabajadores de la educación. Quienes concentran esa información son las instituciones educativas. Desde el inicio de operaciones de Mexicanos Primero capítulo Michoacán, en 2009 y hasta la fecha, no hemos conocido un solo estudio integral de proyección de necesidades de trabajadores de la educación, el cual a su vez justifique los incrementos y descensos en la matriculación de estudiantes de nuevo ingreso a las escuelas normales públicas de Michoacán de Ocampo. Esto coloca a esa etapa del proceso de ingreso en una situación de opacidad, que posibilita la corrupción, la discrecionalidad y la negociación política a costa del erario educativo y de los derechos a estar, aprender y participar de las niñas, niños y jóvenes en la entidad, a mediano y largo plazo. Desde la sociedad civil organizada hemos hecho un llamado respetuoso a las autoridades a generar máxima transparencia respecto a los criterios técnicos que se emplean para la toma de decisiones de apertura de espacios en las convocatorias de ingreso a las escuelas normales. Así también, hemos invitado a no politizar un proceso de ingreso a educación superior, sino a buscar su mejora continua a través de la máxima difusión de criterios e indicadores, así como del diálogo, la participación ciudadana y la gobernanza, para así sucesivamente recuperar a plenitud y con sostenibilidad la rectoría de las escuelas normales de Michoacán. Es posible que, con base en las evidencias que presenten las autoridades, dados los fenómenos demográficos, se construya un escenario en el cual lo único que suceda es la redistribución de matrícula en las escuelas normales para la atención de estudiantes de niveles educativos con mayor edad; es decir, que crezca en la Normal Superior y disminuya en la Normal de Educadoras, por citar un ejemplo. Una situación así debería de ser posible y no debería de haber protestas al respecto. Sin embargo, ante la presión de los militantes del movimiento normalista, las autoridades estatales optaron por no mover la matrícula por cada escuela normal, lo cual ahora resulta un contrasentido ante los argumentos que los propios funcionarios brindaron a la opinión pública. Lo anterior, solo patentiza más la necesidad de transparentar la toma de decisiones al respecto, así como de generar rutas de gobernanza, diálogo, participación social y construcción de consensos, los cuales doten de legitimidad y argumentos válidos a cada espacio disponible que se oferte para ingresar a las escuelas normales michoacanas. Otro gran pendiente a nivel nacional y estatal es que los candidatos se pronuncien respecto al aprendizaje de las niñas, niños y jóvenes. Es decir, donde se comprometan a resolver la problemática inherente a la pérdida de aprendizajes que data de antes de la pandemia y que se agravó durante el confinamiento. Esta semana, Mexicanos Primero presentó un comunicado donde reseña que, en los que respecta a la titularidad del poder ejecutivo federal, candidatas y el candidato a la presidencia hacen promesas de becas, escuelas con jornada ampliada, más escuelas de nivel medio superior y universidades, entre otras, pero temas fundamentales y urgentes como la recuperación de aprendizajes o la evaluación de logros de aprendizajes en el sistema educativo, están fuera de sus agendas. A pesar de que el rezago en los aprendizajes en las y los estudiantes es un problema persistente desde hace varias décadas que se recrudeció con el cierre de las escuelas por la pandemia del Covid-19, las políticas educativas para evaluar y revertir esta situación con estrategias sustentadas en evidencia están ausentes hasta en las campañas electorales y en las propuestas de las candidatas y el candidato a la presidencia, como fue evidente en el primer debate del pasado 7 de abril. Ninguno de las aspirantes y el aspirante a gobernar México mencionó durante el debate las palabras rezago, pérdida o recuperación de aprendizajes, aun cuando hubo una pregunta específica dirigida a las dos candidatas, quienes prefirieron responder con generalizaciones, falacias, con otros temas y hasta atacándose entre sí, olvidándose de que había 130 millones de mexicanos involucrados en cada palabra que emitieran. Quien gane la elección presidencial deberá impulsar una política nacional de largo plazo que garantice la mejora continua de los resultados de aprendizaje en el sistema educativo nacional, con base en los resultados de pruebas estandarizadas. Esta política debe también garantizar trayectorias educativas completas y exitosas para cada niña y niño, escuelas con servicios básicos (agua, luz, sanitarios y lavamanos) y equipamiento tecnológico (computadoras para uso pedagógico y acceso a internet) y que cada maestro de grupo cuente con el apoyo institucional para fortalecer su desempeño profesional y disponga de las mejores herramientas para hacer frente a los retos del proceso de aprendizaje en el aula. En suma, exijamos a los candidatos propuestas que involucren los requisitos indispensables para el aprendizaje, condiciones dignas para tales efectos y trayectorias completas en el sistema educativo. Pero también, resultados, responsabilidad e integridad a los funcionarios educativos, quienes, aunque estemos en campaña electoral, siguen al frente de las instituciones formadoras de las generaciones jóvenes. Sí, la educación merece estar en campaña como una altísima prioridad, pero mientras tanto, la educación debe continuar en las aulas, generando resultados favorables a los derechos a estar, aprender y participar de las niñas, niños y jóvenes en México y en Michoacán de Ocampo. Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles * Erik Avilés es doctor en Ciencias del Desarrollo Regional y director fundador de Mexicanos Primero capítulo Michoacán A.C