Horacio Erik Avilés Martínez* Las escuelas sin maestros son una cruel realidad para miles de estudiantes en Michoacán, que socava sus derechos humanos a estar, a aprender y a participar en las aulas, al ser incapaz el gobierno de garantizar la presencia de los primeros garantes de sus derechos educativos a las infancias y juventudes en la entidad federativa. Un aula abandonada reduce al absurdo la política social y el discurso de las autoridades, al ser un espacio consagrado a dotar a los estudiantes de movilidad social, de mejores expectativas para su porvenir y de contrarrestar la pobreza, la ignorancia y la desigualdad, gravísimos problemas que generan consecuencias terribles y cuyos orígenes no han sido siquiera suficientemente estudiados aún en nuestro país. La educación es uno de los principales y más efectivos antídotos para los inmerecidos padecimientos de millones de seres humanos que nacen en condiciones de marginación, constituyéndose como el principal atenuador de la desigualdad. Sin embargo, cuando no hay maestros en las aulas, se desconecta el elevador social más justo con el cual contamos en la actualidad, promoviendo las asimetrías, los atajos y la contracultura. En el marco del regreso a clases, en la entrega anterior se comentó acerca de los orígenes y consecuencias de la falta de maestros en Michoacán, así como se mencionó que sobrevendrían circunstancias una vez más, conforme avanzara el calendario escolar. Lo anterior ya sucedió. Si bien, las condiciones de arranque del ciclo escolar no fueron las óptimas por condiciones técnico-pedagógicas, climatológicas, de calendario, así como de usos y costumbres permitieron la gradualidad en el arranque sin mayor objeción de parte de las comunidades escolares. Como se anticipaba la semana pasada, hubo muchos vacíos que no generaron mayor protesta, por la lentitud de este reinicio escolar. Sin embargo, a una semana más, ya varias comunidades escolares perdieron la paciencia, así como se revelaron medidas gremiales y e institucionales como reacción y seguimiento naturales a las ausencias de maestros. Algunas de las causas por las cuales las y los docentes no están en las escuelas de Michoacán son: a) irregularidades en los interinatos, contratando personal eventual para cubrir las vacancias, obligando a maestros frente a grupo a abandonar sus responsabilidades; b) desorden administrativo, como el detectado en el “pase de lista” virtual que realizó la Auditoría Superior de la Federación, en la cual se encontraron 13 mil trabajadores de la educación fuera de sus centros de trabajo, donde oficialmente están registrados y cobran; c) falta de mecanismos de control de asistencia de recursos humanos, a lo sumo se usan bitácoras de asistencia, las cuales pueden alterarse; d) la violencia, la criminalidad y las acciones de la delincuencia organizada; e) la formación inicial docente que no fue pertinente ni logró reafirmar la vocación entre quienes son asignados a comunidades marginadas, alejadas o en contextos complejos, por lo cual abandonan el centro de trabajo a la mínima oportunidad; f) carencia de pagos puntuales lo que hace imposible sostener la estadía en una comunidad alejada, entre otras. Las rutas de solución son múltiples: institucionales, técnicas, políticas, legales, sindicales, de gobernabilidad, pedagógicas, de control de recursos humanos y muchas otras más, las cuales son conocidas y están más que puestas sobre la mesa. No es una crisis de falta de soluciones, ni de ausencia de diseño de políticas públicas, sino que hace falta verdadera voluntad de los tomadores de decisiones para pasar de la agenda pública hacia la construcción de las soluciones integrales y estructurales para esta clase de problemas. Por encima de la razón está el interés. Y definitivamente, gravitan demasiadas ambiciones en torno a los recursos públicos, ya que hay quienes se creen con derecho o con privilegios de desviar los recursos destinados a la educación de las niñas, niños y jóvenes en la entidad, para su beneficio personal o grupal, máxime en periodo electoral, donde se exacerba la búsqueda del poder, así como las intenciones de acumularlo, retenerlo, perpetuarlo y heredarlo; razón por la cual, bajo presión, miedo, ignorancia, omisión o incompetencia prefieren permanecer en la inacción y no deciden pagar el costo resultante por regularizar las actividades educativas en las aulas, que cobrarían con creces los dueños e integrantes de grupos fácticos. Entrando en la casuística del problema; a nivel institucional esta semana se reconoció la serie de irregularidades que están ocurriendo en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, mediante la circular que emite la Secretaria Administrativa de la UMSNH exhortando a los trabajadores de la educación a cumplir con sus horarios laborales y a presentarse a trabajar es emblemática de las circunstancias. Padres de familia, estudiantes y trabajadores de la universidad nos han hecho llegar información acerca de inasistencias prolongadas en diversas facultades de la universidad nicolaíta, donde algunos profesores, abusando de su libertad de cátedra, acomodan horarios a su plena conveniencia, dan temas por visto y manipulan el calendario escolar para evadir asistir a impartir clases. Paralelamente, también, sindicalistas que llevan lustros sin ingresar a las aulas, que generan un proyecto político-gremial tras otro, siempre encabezándolo ellos mismos se hicieron presentes una vez más ante los medios de comunicación. Lo anterior, por supuesto, en horario laboral y sin contarse con evidencias de que no están cobrando nuevamente del erario educativo. En educación básica abundan las denuncias de padres de familia, donde, por ejemplo, en la comunidad náhuatl de Colola, municipio de Aquila, los habitantes de la comunidad, padres de familia y estudiantes cerraron ayer la carretera hacia Colima para exigir la asignación de docentes, ya que llevan un año sin ellos. Misma situación ocurrió con los padres de familia que tomaron la carretera La Piedad – Ecuandureo en demanda de atención para que haya maestros en las escuelas de sus hijos, donde incluso no se ha iniciado el ciclo escolar. Más aún, en Churumuco hay denuncias respecto a trabajadores de la educación michoacanos que partieron en periodo vacacional a Estados Unidos, país donde están trabajando aún, sin haber retornado a las aulas en enero. Así, podemos seguir citando casos. Por lo cual, no resulta difícil vaticinar que, conforme se acumule el paso de los días se elevará la indignación y se suscitarán más incidentes por el estilo. Indignantemente, pareciera ser que, mientras no haya denuncias públicas, las circunstancias no llegan a la agenda de los titulares las dependencias responsables, y mucho menos reciben atención institucional. Lo penoso es que, se haya generado ya esa ruta informal para dotar de visibilidad a la problemática de falta de maestros en las escuelas de Michoacán, por lo cual podemos esperar que continúen estas prácticas hasta que no se sistematicen medidas que permitan denunciar las irregularidades, se generen las respectivas soluciones y se implementen en muy poco tiempo. Si bien, resulta complejo en el sector académico michoacano poner orden en el registro de asistencia, ya que los controles biométricos suelen ser mal vistos, o hasta ser tratados como sinónimo de acoso laboral hacia los trabajadores, pero ya es una necesidad inaplazable, que a su vez merece ser sistematizada y aplicada universalmente en todos los planteles educativos. Sin duda, antes que dotar a las escuelas de computadoras, de pares de tenis o de conciertos musicales, es mucho más prioritario asegurar la presencia de maestros en ellas. Por cierto, recientemente se anunció que se entregarán formatos únicos de personal e inamovilidad laboral a 5 mil trabajadores de la educación en estos días. Lo anterior, puede constituir un acto de justicia laboral, pero también tiene aristas que pueden estar vinculadas con la ausencia de maestros, complicando aún más la problemática, en caso de no blindarse debidamente esta medida. Recordemos que, entre 2020 y 2021, en plena pandemia, con las escuelas cerradas y con la disminución de más 80 mil estudiantes en la matrícula estatal, aún así se contrataron a 5 mil 200 maestros más, como se atestigua en las cifras respectivas oficiales. Se desconoce si ese personal recibió inamovilidad inmediata, pero la cifra es sumamente parecida a la que ahora se anuncia por parte del gobierno estatal. Si faltan maestros frente a las aulas, lógico sería esperar que a estos cinco millares de maestros se les esté premiando por los servicios prestados y no, normalizando irregularidades. Los derechos adquiridos de personal con códigos provisionales se tambalean si han estado fuera de sus centros de adscripción, realizando labores ajenas a las que estipulan sus respectivos contratos de trabajo. Para disipar la duda, resultaría revelador que se hiciese una cruza del listado de los cinco mil aspirantes a la inamovilidad definitiva en el servicio profesional docente y la revisión que realizó virtualmente la Auditoría Superior de la Federación, donde hubo más de 13 mil incidencias donde el personal se encontraba fuera de su centro de adscripción formal, por razones que aún la autoridad educativa en la entidad no ha explicado. El escenario de desastre sería aquel en el cual se esté generando inamovilidad laboral para personajes que no devengan su salario, justo en un periodo en el cual el clientelismo, las dádivas y los compromisos electoreros abundan. Es momento de que la autoridad disipe toda duda al respecto mediante la total transparencia de los respectivos padrones, tanto de incidencias, de su seguimiento hasta su resolución, asi como del de los posibles beneficiarios de la basificación. Lamentablemente, el futuro ya nos alcanzó: ya muchos funcionarios del sector educativo estatal están plenamente volcados hacia las actividades políticas, asistiendo reiteradamente a mítines, reuniones y encuentros al filo del horario laboral y teniendo una gran cantidad de asuntos sin resolver en sus respectivos escritorios. A nivel directivo y de mandos medios eso acontece, mientras que el personal operativo está siendo convocado bajo pase de lista a eventos de carácter electoral. Indudablemente, los intereses político-electorales solamente enrarecerán la construcción de soluciones para una problemática lacerante que data de muchos años y que continúa sin resolverse. Reiteremos la exigencia a las autoridades, tanto educativas como del poder ejecutivo, así como los representantes legislativos, aunados a los aspirantes a un puesto de elección popular para que se comprometan a garantizar la presencia diaria de quienes integran las plantillas completas de personal para las escuelas michoacanas, de tal forma que se aseguren los derechos de las niñas, niños y jóvenes respecto a estar ciclos escolares completos en las aulas, aprendiendo y participando en ellas. Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles *Doctor en ciencias del desarrollo regional y director fundador de Mexicanos Primero capítulo Michoacán, A.C