Horacio Erik Avilés Martínez Septiembre será un mes decisivo para la educación estatal, por la gran cantidad de procesos que se encuentran en marcha y los grandes temas estructurales que continúan irresueltos, pero ante los cuales puede haber novedades. El primer día de este mes escuchamos el tercer informe de gobierno de AMLO. No pasó desapercibido que Michoacán no fue mencionado en una sola ocasión en el mensaje presidencial. También, que respecto al ámbito educativo hubo pocas referencias, un recuento somero de lo sucedido en cuanto a lo que denominó “el sistema de educación por Internet, radio y televisión”, la realización de exposiciones artísticas, la entrega de becas, la basificación de 400 mil trabajadores de la educación, programas de becas y la construcción de universidades públicas. En cuanto a cultura, se habló de la edición de libros clásicos y la construcción del Tren Maya, de centros culturales y parques temáticos. Mientras que, en cuanto al deporte respecta, se habla de la formación de atletas y de maestros de educación física, sin especificarse más al respecto ni adentrarse en las disciplinas deportivas, ni de deporte social, activación física o deporte selectivo, pasando directamente al deporte de alto rendimiento, al mostrar los resultados obtenidos en los Juegos Olímpicos de Tokio, así como los apoyos brindados a los seleccionados nacionales. En cuestiones de ciencia, la única referencia directa que hizo fue respecto a su permanencia en el cargo hasta 2024, cuando mencionó que “estoy seguro de que la gente va a votar a finales de marzo del año próximo porque continúe mi periodo constitucional hasta finales de septiembre de 2024. Desde luego no solo es esto lo único que necesito para cumplir mi misión: falta lo que diga la naturaleza, la ciencia y el Creador, no podemos ser soberbios”. Las becas de posgrado también se mencionaron. Sin duda, hay temas que se priorizan más en el discurso presidencial y otros que no tanto. Asimismo, aunque se esperaban indicios, realmente hubo muy poco en el mensaje respecto a una transformación que se haya suscitado a fondo en Michoacán durante los últimos tres años y es aún más difícil encontrar en lo realizado predicciones respecto a un posible efecto revulsivo para el desarrollo integral de Michoacán a corto plazo. Atempera la situación las declaraciones de Alfredo Ramírez Bedolla, gobernador electo, respecto a su reiterado compromiso con la federalización de la nómina magisterial michoacana y el pago puntual a los trabajadores de la educación, cuyos alcances y seguimiento se notarán muy prontamente. Para ello, tendremos que esperar señales mucho más claras en la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación 2022, el cual a mediados de noviembre manifestará la intención real de hacer por Michoacán o no. Estemos atentos al respecto. Otro aspecto de carácter nacional que puede llegar a modificar la situación del sistema educativo michoacano es la serie de fricciones que ha provocado la local CNTE azul, juntamente con otras secciones estatales contra el presidente de México, toda vez que se ha dirigido a él usando tácticas de presión propias de un manual de tácticas de movilización de bases y no por vías institucionales, lo cual generó un señalamiento público de nuestro primer mandatario respecto a que “existen intereses creados que nada tienen que ver con la base”, lo cual generó intentos falaces y fallidos de parapetarse tras del impago salarial a los trabajadores de la educación con modalidad de sostenimiento estatal, al no poder responder directamente cuál es el origen de los recursos con que cuentan para movilizarse ni las razones por las cuales en Michoacán reciben tantas respuestas positivas a sus peticiones de recursos, a su gestoría, así como a la entrega de puestos directivos y de estructura de mando en la SEE. No se descarta que estas acciones propiciadas por la cúpula azul de la disidencia magisterial estatal, surgida y crecida durante este periodo gubernamental puedan llegar a tener repercusiones negativas para la instrumentación de política educativa en la entidad. Paralelamente, además del escenario nacional hay grandes temas a atender en este mes para el sistema educativo estatal, de los cuales no debemos perder la vista, porque habrá seguimiento y novedades, como es el caso del regreso a la presencialidad escolar, ya que se arrancó el ciclo escolar con, en el mejor de los casos, un pírrico 22 por ciento de estudiantes con posibilidades de incrustarse en un modelo educativo híbrido, lo cual requerirá verificación y comprobación, previo acto de rendición de cuentas de la autoridad, respondiendo al derecho a la verdad y al principio de máxima publicidad. Se realizaron anuncios respecto a que en dos semanas la educación pública básica estaría en condiciones de retornar, pero no se cuenta con evidencias de que existan acciones gubernamentales de la envergadura suficiente como para poder garantizar el ejercicio seguro y pleno de su derecho a aprender a 989 mil estudiantes que estudian preescolar, primaria o secundaria. Simultáneamente, transcurre la transición gubernamental al frente de la administración pública estatal, que incluye el proceso de entrega-recepción, el cual continúa sin tomar la inercia que se requeriría para permitir que los actores clave del sistema educativo, especialmente estudiantes, trabajadores de la educación y sus familias no padecieran las consecuencias del vacío de autoridad y un eventual incremento de la ingobernabilidad, traducida en la falta de resolución de problemática, trámites inconclusos, necesidades irresueltas, falta de ejecución del presupuesto público y muchos males más que ocurren cuando el interés superior de la ciudadanía no se encuentra debidamente priorizado y son las ganancias particulares lo que prevalece en la toma de decisiones. Otro tema que es preocupante es la definición del próximo gabinete educativo en el estado. Se sabe que hay diversos grupos buscando al respecto alguna posición o persiguen algún interés, en donde destacan muchos de ellos por estar encabezados por quienes han sido o son funcionarios en la Secretaría de Educación en el Estado o líderes sindicales. En política no hay coincidencias, sino causalidades y todo actor que tiene peso político está intrínsecamente activo, razón por la cual personajes que habían estado desaparecidos de la escena pública hasta veinte años regresan a primer plano, como fruto de alianzas fraguadas al calor de la campaña electoral. Ahora, el reto específico que debe de ocuparnos es conocer a qué intereses servirán aquellos que sean designados en un cargo, si es que no cuentan con el perfil, la experiencia ni la honorabilidad que requiere la altísima misión de rescatar al sistema educativo estatal de la profunda crisis en la cual se encuentra inmerso. Esperemos se elija con sumo cuidado a cada persona que estará recibiendo una responsabilidad educativa, cuidando sean los mejores profesionistas disponibles en el mercado laboral para desempeñar ese cargo. Simultáneamente, continúa haciendo estragos la crisis financiera en el sector educativo, traducida en el injusto y lacerante impago de salarios y prestaciones a los trabajadores de la educación, en la falta de dotación de materiales, consumibles, conectividad, equipamiento y artículos de limpieza, así como todo lo necesario para contener la pandemia, como oxímetros, termómetros, filtros sanitarios, pruebas PCR y muchos otros artículos que pudieran consumirse. La situación financiera explica por sí sola la ausencia de labores de miles de planteles, por lo que, quienes tienen sobre de sí la responsabilidad respectiva deben actuar inmediatamente para generar soluciones y realizar acciones que manifiesten la solidaridad con la ciudadanía, los estudiantes, los trabajadores de la educación y sus familias. Hasta ahora es claro que es insuficiente lo realizado y se requiere redoblar esfuerzos para que haya control de daños, estabilización de la situación y una ruta de mejora para las finanzas educativas estatales, que resulta indispensable para instrumentar un regreso a clases con las mejores condiciones para las niñas, niños, adolescentes y jóvenes en la entidad. Y también, por supuesto, está una construcción de un proyecto educativo para Michoacán, que deberá pasar por las diferentes etapas que comprende el proceso metodológico que emplea actualmente el equipo de transición para la integración del Programa de Gobierno, que a su vez deberá ser simiente para la conformación del Plan Estatal de Desarrollo 2021-2027, el cual será el instrumento oficial de planeación para el desarrollo de Michoacán, así como del Programa Sectorial de Educación, que no debería de atrasarse como ocurrió en el presente sexenio, por lo que, idealmente debería comprender entre 2022 y 2027 su periodicidad. Todo esto deberá de trabajarse durante septiembre para que, el primer día de octubre se presente la estructura de planeación y el cronograma respectivo conforme a la ley comience a fluir, para que se realice una consulta amplia y participativa que verdaderamente tome en cuenta el sentir, las necesidades, las carencias, las propuestas, las ideas, los reclamos, las opiniones, recomendaciones y proyectos de la ciudadanía y sus diferentes sectores. Por cierto, este mes será también el VI informe de gobierno de la administración estatal. Estemos atentos a los resultados que se mencionen respecto al tema educativo en la entidad. Seguimos esperando se haga público el estado que guarda el sistema educativo estatal y la penúltima escala que tendrá la actual administración pública estatal es precisamente esa, porque después seguirá la entrega-recepción, que seguramente develará muchos detalles, hallazgos y observaciones. Ojalá no se tenga que llegar hasta ello y la rendición de cuentas a los michoacanos en materia educativa sea profusa, prolija y a satisfacción entera de los ciudadanos. Y a usted, amable lector, ¿qué aspectos considera prioritarios para dar seguimiento durante este mes en materia educativa en la entidad? Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles
La Voz de Michoacán
