Aprende de quienes puedan enseñarte. Las experiencias de quienes nos precedieron, denuestros "poetas muertos", te ayudan a caminar por la vida. Walt Whitman(1819 -1892) “La Sociedad de los Poetas Muertos” Horacio Erik Avilés Martínez La historia del sistema educativo michoacano acontecida durante el último cuarto de siglo nos indica que junio es tiempo de acuerdos entre la autoridad educativa estatal y las cúpulas que dicen defender a los trabajadores de la educación. Previamente, mayo es efervescencia, presentación de exigencias, magnificación de las inconformidades -ya sean legítimas o ilegítimas-, protesta y movilización, mientras que un junio aún sin acuerdos equivale a una desfallecida arenga sostenida en falsete, a plantones convertidos en sitios autoimpuesto, en el cual se agotan las fuerzas convocadas mediante la necesidad y la generación de expectativas, siendo el único incentivo acumular puntaje en el ignominioso “marchómetro”, mecanismo producto de la más pura racionalidad instrumental de los dueños de las cuatro letras de la CNTE, mediante el cual reducen al magisterio a puntajes cuantitativos, decidiendo quiénes sí podrán trabajar y quiénes no, a quiénes se les exigirá un soborno o a quienes se les deberá dejar más tiempo en un torcido esquema piramidal acampando sobre el pavimento. El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, en entrevista con Jenaro Villamil, al brindar un balance de la situación que guarda el sistema educativo hoy, el gobernador declaró que “el 99.99 por ciento de los maestros están en clases.” Esto solo puede ser cierto si se toma en cuenta que casi la mitad de las personas que trabajan en la SEE no están frente a grupo, la cual es cifra consolidada partiendo de la nómina magisterial, ya que podemos ver que hay un promedio de 17 estudiantes por maestro contratado, cifra que casi se duplicó cuando el INEGI acudió a las aulas a revisar in situ el número citado, encontrando más de 30 alumnos por docente. Entonces, bien valdría conocer quiénes son las personas que acuden a las marchas y plantones, si realmente son trabajadores de la educación en pie de lucha o son aspirantes a ser contratados. La duda y la sospecha recae sobre los que protestan. Mientras tanto, hasta estas alturas del calendario escolar, la autoridad educativa ha resistido los embates de todos los émbolos de la maquinaria centista para lograr la extracción del erario educativo de más de mil quinientos millones de pesos a valor presente, más una cifra al menos cuarenta veces mayor que generaría a lo largo de medio siglo sostener un eventual acuerdo extralegal, ciego e irresponsable a cambio de dotar de gobernabilidad y acuerdos electoreros a algunos actores políticos empecinados en lograr doblar al gobierno. Como lo sugiere el epígrafe de esta entrega, acordarnos de nuestros poetas muertos en Michoacán implica evocar que en junio de 1861 fue asesinado Melchor Ocampo, uno de los más grandes funcionarios que ha dado nuestra tierra, famoso por su apotegma “me quiebro, pero no me doblo”, que bien vale tener muy visible en una tarjeta en todos los escritorios de la estructura educativa estatal. Sostenerse ante la presión por entregar el erario educativo a grupos fácticos es una habilidad vital para dotar de sostenibilidad a la educación michoacana, justo en un momento histórico en el que parece por fin haber condiciones para revertir las circunstancias que nos embargaron durante décadas. En contrapunto, también es bueno aprender de los funcionarios ya partidos, quienes acordaron alegremente con las cúpulas que les presionaban, llegando a firmar hasta tres minutas anualmente y, a su partida del gobierno dejaron deudas multimillonarias, miles de basificaciones firmadas, más de cincuenta graciosas concesiones a la CNTE y una crisis financiera de magnitudes inéditas en el Michoacán del siglo pasado.La tradición de los políticos estatales los unge como una especie de santones gubernamentales, a quienes les son borrados sus errores, en una especie de “efecto armadillo” del denominado círculo rojo. Empero, su legado queda ahí, para recibir el juicio de la historia. Al final del día, los michoacanos aún seguiremos pagando muchos años lo que nos endeudaron los malos funcionarios del ayer. Por increíble que parezca, por ignorancia, complicidad o normalización, hay quienes quieren darle trato de héroe a quienes dejaron una herencia negra, cuantificable en cientos de millones de pesos por cada una de sus extralegales firmas. Son públicos los hilos de quienes perpetraron esos abusos. Es importante que no se trivialice el abuso tan solo porque ya falleció el perpetrador. Sus actuaciones son de interés público, por ser el origen de auténticas bolas de nieve presupuestales. No hay razón para que en educación sobrevenga un carpetazo. Es justo saber quiénes, en un acto totalmente antiocampista, sí se quebraron y se doblaron para resolver su existencia. Es tiempo de que la verdad salga a la luz, que se conozcan las malas prácticas, quiénes se enriquecieron en el pasado y, con ello se envíe una señal de alerta en el presente, por si alguien desea incurrir en corrupción o incidir en la estructura de mando educativa, restando funcionalidad, coordinación e integración al equipo de trabajo, mediante nombramientos, bloqueos, enroques o despidos. Otra situación que se destapó esta semana fue el hecho de que Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad (MCCI) exhibió un estudio en el cual demostró que en Michoacán el Gobierno estatal realizó 763 pagos por 5 millones 449 mil pesos a 119 trabajadores identificados como decesos durante el ejercicio fiscal 2020, incumpliendo con ello con la Ley de Coordinación Fiscal, de acuerdo con el informe de la ASF. Sin embargo, aunque justificaron y reembolsaron parte del monto, quedaron pendientes por aclarar 1 millón 439 mil pesos, correspondientes a 236 pagos hechos a 52 empleados fallecidos durante ese año. Mientras que en el ejercicio 2019, la ASF le señaló al Gobierno de Michoacán mil 046 pagos indebidos con recursos del FONE a 110 trabajadores muertos, por un total de 7 millones 560 mil de pesos, los cuales no aclararon y generaron un probable daño al erario federal. Es decir, la nómina magisterial michoacana tiene resabios de sostener en formol una sociedad de los aviadores muertos, como lo exhibió MCCI.Más allá de corregir la irregularidad y deslindar responsabilidades, la verdadera sociedad por combatir es la de los aviadores vivos, quienes no permiten que pase la nómina educativa sin que la manoseen. Sabemos de las presiones que al respecto se suscitan, porque se están tratando de incorporar a la nómina magisterial, por diversos frentes, varios batallones de personal de dudosa contratación, perfil, experiencia y labor magisterial ejercida, haciendo un total de tres mil aspirantes a recibir supuestos pagos atrasados y, con ello, prácticamente una basificación. No olvidemos que, la federalización de la nómina educativa sigue pendiente y seguramente las manifestaciones y actos de presión que ordenan las cúpulas de la CNTE están complicando aún más un proceso tan dificultoso e inédito. Se acaba junio y Delfina Gómez Álvarez, titular de la SEP ya tiene un retraso significativo en cuanto a su visita a Michoacán para concretar el proceso prometido para abril pasado. Mientras tanto, quienes si vinieron fueron funcionarios de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), quienes vinieron a presentar un diagnóstico con datos de 2020 y ejercicios anteriores. Aun así, así fue crítico y problematizador, porque se exhibió que miles de estudiantes michoacanos dejaron las escuelas, porque a su vez fueron abandonados por el gobierno que no pudo brindarles apoyos para sostenerlos en lo socioemocional, en lo socioeconómico ni en conectividad. Paralelamente, se mostró que flagelos como el analfabetismo, el rezago educativo, el abandono escolar y la ruptura de trayectorias educativas siguen presentes, siendo declaradas por los funcionarios federales como urgencias a atenderse. Sin duda, los datos presentados servirán de insumo para el diagnóstico del ansiado plan estatal de desarrollo 2021-2027, que urge presentar para contar con una definición certera del rumbo que estará tomando la educación estatal, además de servir de ancla para la pronta elaboración del programa sectorial sexenal, que no debería de tomar sino algunos meses para ser elaborado, a diferencia del anterior, que se llevó un lustro entero su conformación. Hay mucho por hacer por parte de las autoridades: carpe diem, decía la máxima horaciana poetizada por Whitman, es decir, hay que aprovechar el día y avanzar al máximo en todos estos frentes. Al final, será el tiempo un factor con el cual habrán de ser sometidas las actuaciones gubernamentales al veredicto de las masas, como decía el Ché Guevara. Lamentablemente, a pesar de lo invaluable del tiempo para ejercer el derecho a aprender en las aulas estatales, el ciclo escolar 2021-2022 pende de un hilo. Se supone concluirá el 28 de julio. Pero, como muestra, ya hay muchos planteles que están anticipando sus respectivas clausuras. Los teatros y centros de eventos ya tienen reservadas muchas graduaciones. La autoridad debe estar atenta al respecto e informarse acerca de cuándo se están arrendando espacios para esta clase de ceremonias, así como solicitar al personal directivo que se les reporten las invitaciones que reciban que pudiesen sugerir incumplimiento con el calendario escolar. El gobierno no debe cejar en el ejercicio de sus atribuciones. Una de las más importantes es garantizar que se realicen las actividades marcadas en los planes y programas de estudio conforme al calendario escolar. Como ciudadanos, padres de familia y actores del sistema educativo estatal hagamos un esfuerzo por aprovechar mejor el tiempo, máxime que sabemos las inmensas afectaciones que recibieron los tres últimos calendarios escolares, tanto por el confinamiento consecuencia de la pandemia por COVID-19, la irresponsabilidad de las autoridades al incurrir en impagos y el abusivo comportamiento de algunos líderes gremiales, quienes convocaron a paros, movilizaciones y abandono de aulas para satisfacer ambiciones egoístas. No estamos para seguir dejando pasar el tiempo sin que sea debidamente aprovechado en torno al ejercicio de los derechos de la niñez y de la juventud. A pesar de la situación, no cabe duda de que podemos sobreponernos a las circunstancias y modificar lo que algunos pretenden se convierta en el destino de los hijos de los michoacanos. A su vez, apoyemos las acciones que, en pro de brindar más y mejores servicios educativos emprendan las autoridades educativas, sin dejar de mostrar nuestro repudio a los intentos de dejar a los estudiantes sin ejercer sus derechos. Merecemos un gobierno educador. Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles
La Voz de Michoacán
