Horacio Erik Avilés Martínez Está comprobado que la inversión en educación tiene enormes retornos para los individuos, los grupos sociales y las sociedades. Destinar recursos para la educación implica potenciar al principal factor de movilidad social no ligado a las condiciones iniciales de nuestras existencias, así como el eje articulador de la política social. Al elevar sustancialmente el valor agregado del trabajo de la juventud, la educación superior en Michoacán de Ocampo jugará un papel trascendental, tanto en la radicación como en el impacto económico de las inversiones que se realicen en nuestro territorio. Al respecto, esta semana se puso en agenda pública la aspiración del gobierno de nuestra entidad federativa de establecer en Michoacán la giga planta de Tesla, en la cual se invertirá un aproximado de 10 mil millones de dólares. La dotación de factores primarios, como el agua, el suelo y las energías limpias, así como la ubicación con valor logístico que posee nuestro estado fueron los principales puntos destacados en el comunicado oficial. Sin embargo, la competitividad territorial es mucho más compleja y depende cada vez más de factores humanos que de la ubicación o de los recursos naturales. Casos como los de Japón, Singapur o Noruega lo han demostrado durante décadas. Con el sistema educativo con el cual contamos y con los índices de escolaridad, alfabetización, eficiencia terminal, abandono escolar y cobertura educativa que mantienen a Michoacán de Ocampo en los últimos lugares a nivel nacional, estaríamos listos los michoacanos para ocupar las vacantes relacionadas con una empresa de altísima base tecnológica o estaríamos destinados a ser contratados en los puestos que requieran menos cualificación y, por ende, los de más bajo salario. Todo indica que no habría mayor posibilidad de competir contra las entidades federativas del norte del país, particularmente contra Nuevo León, que prácticamente será la recipiendaria de esta inversión multimillonaria. En contraste, mientras aspiramos a obtener dólares de inversión extranjera, obviamos un fenómeno que es un pilar clave de la economía michoacana: el envío de remesas. Los migrantes mandaron 5 mil 286 millones de dólares en 2022. Es decir, el 52 por ciento de lo que promete invertir Elon Musk en México. La diferencia entre el destino de los recursos mencionados es amplia y multifactorial, porque si bien las remesas que llegan a Michoacán en el monto son muy significativas, también es cierto que la inmensa mayoría de esos recursos son destinados a la supervivencia de sus familias; es decir, se van al consumo, no a inversión productiva. Sin embargo, la migración dista de ser un fenómeno eminentemente cultural, para concebirse como uno forzado, dadas las condiciones socioeconómicas, de inseguridad y de ausencia de oportunidades de desarrollo. Entonces, al ser el envío de remesas un fenómeno carente de políticas públicas que permitan maximizar su beneficio social, se queda a la expectativa del dinero que pueda llegar a través de la iniciativa privada, soslayando la obligación del sistema educativo michoacano de brindarles posibilidades reales a las generaciones en formación de contar con los elementos suficientes para arraigarse en nuestra entidad. Entonces, la política educativa tiene que redoblar esfuerzos para garantizar que los estudiantes culminen trayectorias completas al interior de nuestro sistema educativo estatal, que se les brinden las condiciones necesarias para que, en caso de que no existan fuentes de empleo directas para cuando egresen, sean capaces los jóvenes de emprender, autoemplearse y desarrollarse sin verse forzados a emigrar, engrosando el volumen de remesas que envíen para aquel entonces. Por lo anterior, toda vez que nuestra entidad federativa se encuentra en situación de rezago educativo en promedio y considerando que solamente el ocho por ciento del millón 280 mil estudiantes que integran el sistema educativo michoacano cursan educación superior, ante las posibilidades de atraer, radicar y retener inversiones de gran calado en nuestro territorio resulta de trascendental importancia la política pública en materia de educación media superior y superior. Afortunadamente, durante la actual administración estatal tan importante rubro ha hecho eco de propuestas de nuestra organización de la sociedad civil, lo cual es un aspecto que reconocemos, porque son medidas que posibilitan la mejora continua de la educación estatal. Evidencia de ello es la creación de un organismo público descentralizado que regula el ingreso a las escuelas normales, a la educación superior en general, la educación superior, los registros de validez oficial y otras atribuciones más que propusimos en su momento desde hace años Algunos de los retos principales que tiene el organismo, el cual recientemente cumplió un año de creación son garantizar el derecho a estar, a convivir, a aprender y a participar en las escuelas de educación media superior y superior de la juventud michoacana, asegurándoles trayectorias completas educativas en todas sus modalidades y la vivencia plena del humanismo de la Nueva Escuela Mexicana, poniendo a los estudiantes y a las comunidades al centro. Será importante, que, para desarrollarla, se sostenga una sana distancia de los grupos fácticos y sus intereses potenciales que buscan incidir en la escuela pública, alimentarse de sus recursos y colonizar la educación media superior y superior para fines políticos, económicos, empresariales y dogmáticos, buscando usarlos para su beneficio. Entonces, en aras de impulsar la ciencia, la tecnología y la innovación debe sostenerse la laicidad histórica de la educación pública y establecer una sana y respetuosa distancia del dogmatismo y las ideologías, privilegiando la educación científica, la investigación, el humanismo y el pensamiento crítico. También, con miras a alcanzar la constitucional excelencia, deben de reformarse la educación superior en sus planes y programas de estudio, para que éstos tengan mayor pertinencia e impacto en la resolución de la problemática social, empresarial y gubernamental, brindando la posibilidad a los egresados de contar con un medio de vida honesto y que les desarrolle integralmente. Por ello, es importante poseer la rectoría total de la formación inicial docente y el normalismo, para recuperar la centralidad de las actividades académicas dentro de las comunidades normalistas en la entidad federativa, brindando espacios de participación y de gobernanza, pero sin abandonar su misión formadora de formadores. Un paso importante fue la instrumentación de la evaluación externa para el ingreso a las normales, medida que habíamos propuesto desde hace más de una década, ahora es tiempo de lograr definir y controlar los procesos de las normales conforme a derecho. Es también menester regular las escuelas, institutos y universidades “patito”, aplicando estrictamente la normatividad aplicable en la materia, garantizando niveles de aprendizaje, planes y programas de estudio, instalaciones y plantilla docente a satisfacción plena de los estudiantes. En este tenor, debe de entablarse una interlocución digna con el sector empresarial para incrementar los beneficios del servicio social, de las prácticas profesionales, de las estancias, estadías, pasantías, tesis y proyectos productivos a favor de las instituciones educativas públicas, su plantilla docente e investigadora, así como para el estudiantado. Es también momento de establecer diagnósticos e investigación educativa para la toma de decisiones en la materia. Por ejemplo, realizar un diagnóstico en materia socioemocional, socioeconómica y de pérdida de aprendizajes en educación media superior y superior, como consecuencia del confinamiento y del cierre de planteles, así como la modificación de las condiciones de aprendizaje, aún con apertura parcial de las escuelas. Ya pasaron tres años y no se ha acertado a hacer lo conducente por parte de los encargados de hacer investigación educativa en la educación michoacana. Será de toral importancia gestionar en pro del saneamiento y sostenibilidad de las finanzas de las instituciones de educación superior públicas, para dignificarlas y dotarles de autonomía. Y, para ingresar a los índices de competitividad estatal y municipal en mejores condiciones como entidad federativa, resulta imperativo revertir el rezago en indicadores socioeducativos, como la cobertura, la eficiencia terminal, el abandono escolar, la tasa de titulación y otros más, fondeando e instrumentando programas para evitar las terribles consecuencias que truncan miles de historias de vida año tras año en nuestro país. Por otra parte, en este entorno de crisis es trascendente enfocar las políticas públicas en las generaciones en formación que ocuparán a mediano plazo los espacios laborales; es decir, en las niñas, los niños y los jóvenes que no volvieron a las escuelas y por distintas razones abandonaron las aulas. La pandemia dejó a niñas, niños y jóvenes fuera del sistema educativo y la autoridad federal no cuenta con proyectos o planes que permitan recuperar a quienes abandonaron la escuela y mantener a quienes sí volvieron después de pandemia. Durante la pandemia niñas y niños perdieron aprendizajes esenciales en todo el mundo, pero los rezagos mayores se presentan en países en desarrollo como México donde el rezago ha sido mayor al de países de altos ingresos. Las escuelas llevan abiertas ya dos ciclos escolares pero las y los estudiantes no han logrado recuperar aprendizajes. En México, menos de 1 de cada 10 estudiantes de primaria y secundaria pueden resolver una operación con fracciones. Cinco de cada 10 no comprende un texto de cuarto grado de primaria, cifra que sube a 7 de cada 10 alumnos con alguna condición de discapacidad. De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), más de la mitad de las y los estudiantes en México se encuentran en el nivel más bajo en matemáticas y 46.8 por ciento en lectura. En Michoacán, aún no sabemos cuáles son los porcentajes exactos porque no se ha diagnosticado cabalmente al respecto. La única forma de enfrentar la crisis educativa que se vive en las escuelas y de que las y los estudiantes recuperen aprendizajes perdidos por el confinamiento y sean atendidos en su situación socioemocional, es que el gobierno genere políticas públicas que les permita avanzar. Mientras tanto, el sistema educativo estatal vuelve a recibir amenazas de bloqueo. En la gobernabilidad en la educación hay mucho aún por avanzar. Por ejemplo, habrá una marcha este martes 28, convocada por la fracción roja de la CNTE, autodenominada “Poder de Base”, quienes aprovecharán la coyuntura de los procesos de ingreso, promoción y cambios de adscripción para presionar a las autoridades y obtener recursos. Es decir, estando tan lejos de Tesla y tan cerca del rezago educativo, encima sobreviene la presión de grupos fácticos. Es necesario que el gobierno de Michoacán trascienda estos retos, tanto en educación preescolar como en educación superior, para que se planifique realizando de una buena vez el Programa Sectorial de Educación y se fijen metas claras para la mejora integral y continua del sistema educativo estatal, de tal forma que, en algún momento futuro, en la carpeta de inversiones pueda incluirse como fortaleza contar con una educación de excelencia en la entidad, a manera de atractivo para los tomadores de decisiones de establecimiento de empresas. Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles Erik Avilés es doctor en Ciencias del Desarrollo Regional y director fundador de Mexicanos Primero, Capítulo Michoacán, A.C.