Nunca desdeñemos el poder que reside en cada nuevo comienzo. Horacio Erik Avilés Martínez* El próximo lunes 26 arrancará el Ciclo Escolar 2024-2025, inmerso en un ambiente transicional que puede significar tanto incertidumbre y desasosiego como esperanza cimentada en un mejor porvenir para las niñas, niños y jóvenes de Michoacán de Ocampo, entidad históricamente rezagada respecto al promedio nacional en múltiples indicadores que indican el cumplimiento de las responsabilidades gubernamentales en la defensa y materialización de los derechos educativos de las generaciones en formación, respecto a estar, aprender y participar en las escuelas, en un entorno libre de violencia y discriminación, con las mejores condiciones posibles para el aprendizaje y la convivencia en las comunidades educativas, donde se cumplen las garantías constitucionales de impartir educación con inclusión, universalidad, gratuidad, laicidad y excelencia. Es decir, el optimismo transformista y la decepción continuista coexisten entre el discurso oficial y la realidad de la educación estatal. Indignantemente, el ideal que dibujaron los diputados constituyentes para miles y miles de niños michoacanos del ayer y del presente simplemente ha sido letra muerta, ya que han padecido el truncamiento de sus derechos educativos por la falta de condiciones para ejercerlos: no hubo apoyos, programas socioeducativos, desayunos ni comidas escolares, transporte, materiales educativos, cobertura educativa, conectividad, infraestructura, equipamiento, docentes ni la tan discursada gratuidad. La nefasta herencia acumula más de un millón y medio de personas en situación de rezago educativo y casi un cuarto de millón de personas en condiciones de analfabetismo en Michoacán, entre muchos otros indicadores que colocan a menos de la quinta parte de las niñas y niños que ingresan a primero de primaria egresando de una carrera universitaria en tiempo y forma. En contraste con la situación prevaleciente, se ha emprendido una campaña de comunicación social respecto a que se buscará que el siguiente ciclo escolar sea completo. Excelente noticia, porque en caso de ser un compromiso pleno y de realmente perseguir que se lleve a cabo en toda la extensión el objetivo vertido, habrá un punto de inflexión en el sistema educativo michoacano. Para comenzar, hay que proponer el concepto de “ciclo escolar completo”, del cual, de acuerdo con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y a la normatividad aplicable en la materia se podría definir como un periodo escolar en el cual, de principio a fin se hacen valer a plenitud los derechos educativos de las niñas, niños y jóvenes conforme a la ley. En ese nivel de cumplimiento, también se consuman a plenitud las responsabilidades patronales para con los trabajadores de la educación, conforme a derecho, a suficiencia presupuestal, con progresividad y siempre en aras de asegurar y acrecentar la vivencia de derechos de las generaciones en formación. Por supuesto, también se cumple el calendario escolar, respetándose lo programado en él, ya que este cronograma marca la pauta general para las labores escolares y administrativas; solamente se adecúa en casos extraordinarios, bajo situaciones y contextos comunitarios, sociales y medioambientales muy particulares. Así también, en un ciclo escolar completo, la violencia no tiene cabida en forma alguna en el sistema educativo. Hay formación, prevención y cultura de la paz, así como cero impunidades en el excepcional caso de que haya algún hecho aislado. Los planteles educativos están blindados por las autoridades en materia de prevención del delito y seguridad, tanto municipales, como estatales y federales y ya no hay actos delictivos en contra de los planteles escolares ni de los agentes educativos. A los maestros no se les pide cuota, las escuelas no quedan bajo fuego cruzado ni se proscribe la realización de congregaciones de personas en las comunidades escolares por parte del crimen organizado. Entonces, en un ciclo escolar completo, la posesión de la rectoría de la educación estatal se demuestra y parametriza en el ejercicio pleno de las atribuciones para salvaguardar y expandir los derechos humanos de las niñas, niños y jóvenes en Michoacán. Los funcionarios rinden cuentas de todos los actos de autoridad que realizan desde el ejercicio de sus atribuciones, publicando todas las evidencias para la trazabilidad plena de sus acciones, inspirados bajo el principio de transparencia proactiva. En un ciclo escolar completo, se espera que las escuelas estén completas. Así, los planteles son dignos, cuentan con los servicios básicos para hacer sentir confortables y generar las mejores condiciones para que el aprendizaje suceda, sin sufrir inclemencias, incomodidades, riesgos ni vulnerabilidades de índole alguna. En ese tenor, la regularidad de las actividades educativas no estarán sujetas a amenaza alguna. Por ello, las mesas de diálogo con las expresiones gremiales de los trabajadores de la educación en el estado de Michoacán serán eso: espacio de escucha activa y de acceso público, en donde se diriman las necesidades laborales centralizando siempre los derechos de las niñas, niños y jóvenes; es decir, que cada tema y acuerdo que se tome invariablemente beneficie la excelencia de la educación que recibirán. Por ende, en el marco de alcanzar un ciclo escolar completo resultaría impensable considerar el arranque del Ciclo Escolar 2024-2025 como una moneda de cambio, tanto para el diálogo, como para la negociación y la cesión de recursos, procesos, plazas, contrataciones temporales, espacios laborales, planteles y regiones enteras a manera de rescate. Por supuesto, en contraparte, sería inaudito que las autoridades abusaran del ejercicio del poder despidiendo trabajadores de la educación para contratar operadores políticos como pago de favores en campaña, que desmantelaran los derechos laborales e incurrieran en simulaciones, así como se enfrascaran en actos de corrupción disponiendo de los recursos educativos estatales. Recordemos que ya la etapa electoral ha concluido y, si bien, el mal disimulado empleo de los recursos del sector educativo llegó a tal nivel que se volvió del dominio público, es momento de retomar la institucionalidad y evitar que esos votos, que esa operación territorial le cueste a la ciudadanía y más aún, comprometiendo la regularidad educativa de nuestra entidad federativa. Así, en un ciclo escolar completo, también los materiales educativos están en cantidad, calidad, tiempo y forma en donde deben de estar: en las aulas de todas las escuelas de Michoacán, en las manos de las niñas, niños, jóvenes y sus maestros, desde el primer día del ciclo escolar. Previamente, la formación continua y actualización docentes fueron provistas a plenitud, por lo que las discusiones sobre la Nueva Escuela Mexicana habrán sido dirimidas y quedará un ágora permanente para la mejora continua al alcance de cualquier persona que quiera contribuir al respecto. Entonces, los programas sintéticos estarán listos y completos también para arrancar el ciclo escolar, porque los trabajadores de la educación tuvieron el tiempo y la asesoría suficientes para realizarlos, en horario laboral y con cargo económico a la parte patronal. Como el ciclo escolar será completo, la autoridad educativa no dará ápice a cuestionamientos: por primera vez se contará con mecanismos trazables para consultar vía web o app, día tras día, grupo por grupo y escuela por escuela si hay clases o no y, en caso de que haya incidencias, las razones fundamentadas por las cuales se suspendieron labores. Es decir, se implementará el programa que denominamos “clasómetro” cuando lo propusimos, allá por 2009. Sin embargo, no bastará esta información, ya que en un ciclo escolar completo también la transparencia es completa, por lo que tendremos también, a disposición de la ciudadanía los resultados del famoso Formato 911, donde se reportan grupo por grupo las estadísticas educativas del ciclo escolar. No podemos pensar que estará el ciclo escolar completo, sin una amplia participación social en la educación michoacana; donde se retome el funcionamiento de los organismos de gobernanza que posibilitan a la ciudadanía conocer, colaborar, opinar, proponer y cocrear las políticas públicas en materia educativa. Más aún, ahora que la Nueva Escuela Mexicana impulsa a las comunidades al centro de la educación, la autoridad tiene la oportunidad de convocar a un movimiento masivo por la educación estatal, en donde se participe de lleno y además, exista colaboración ciudadana. Hay mucho por hacer, aprovechar y articular. Respecto a la colaboración ciudadana en un ciclo escolar completo, comparto una anécdota personal: recuerdo bien, con mucho cariño y agradecimiento a la Maestra Elisa Barragán, quien, ante la imposibilidad de la maestra titular de cuarto grado de primaria de atender a fondo a su grupo asignado, ella -maestra recién jubilada-, se ofreció para regularizarnos en una reunión de padres de familia. Todos aceptaron. La maestra titular prestó la cochera de su casa para instalar una micro escuela en 1986, un tercio de siglo antes de la pandemia. La Maestra Elisa era abuela de una compañera de clases y también, de uno de mis mejores amigos. Ello me hizo subestimar la exigencia que impondría a las clases vespertinas. Si bien, no eran más de tres horas de clases, el aprovechamiento del tiempo era tal que repasamos contenidos de los ciclos escolares previos y prácticamente cubrimos todo el programa de primaria en unos pocos meses. No le bastó con nivelarnos a todos, sino que también nos brindó conocimientos que ya en esa época escaseaban en la primaria; aprendí raíz cuadrada, raíz cúbica y hasta principios de álgebra. Recuerdo que nos organizaba para competir contrarreloj en la resolución de operaciones aritméticas, así como en el número de palabras de lectura en voz alta. Al concluir, la gran mayoría del grupo sobrepasábamos las 200 palabras por minuto. En suma, junto con mis compañeros, en una micro escuela aprendí a pasos agigantados lo que años después me llevaría a participar en lo que ahora se conoce como “Olimpiada del Conocimiento” en 1989, año de recortes presupuestales y donde la austeridad alcanzó a este noble programa que a la fecha se sostiene, a pesar de los vientos anti evaluativos que soplan en nuestra nación. - ¿Cuántos seguiríamos los pasos de la Maestra Elisa hoy en día? - Considero que muchos, pero no hay políticas públicas que posibiliten sistematizar este tipo de esfuerzos. ¿Cuánta colaboración, participación y aportación ciudadana es capaz la autoridad educativa de convocar? Sí, es indudable que los buenos somos más, pero si no existen rutas viables para que la ciudadanía participe la respuesta negativa está asegurada. En el marco de las atribuciones legales que posee la administración pública estatal está anidada la posibilidad de que se conformen organismos estatales que tengan la posibilidad de llamar a la participación social en la educación dirigida a resolver las circunstancias que nos aquejan. En suma, se debe de aprovechar la oportunidad de contar con un ciclo escolar completo. Debe haber optimismo racional, soportado en evidencias, en actos administrativos que permitan construir mayor confianza en que las instituciones educativas funcionarán mejor en esta ocasión que en ciclos escolares pretéritos. Es momento de pensar cómo se quiere que sea recordado este periodo educativo en la historia de nuestra entidad federativa. Al arribar la segunda mitad de todos los ciclos escolares que habrá de conducir la presente administración educativa estatal, debe de considerarse cómo desarrollar el presente y cómo dejar su impronta. Sí, las niñas, niños y jóvenes en Michoacán de Ocampo merecen un ciclo escolar completo, en las más amplias acepciones y categorizaciones del concepto y a las cuales tienen derecho. Aún hay tiempo de redoblar esfuerzos y corregir esas aristas que requieren pronto desbaste para ofrecer las mejores condiciones. Que esta transición sea el nido de una auténtica transformación donde haya un salto cuántico en materia educativa para las niñas, niños, jóvenes, trabajadores de la educación y sus respectivas familias. Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles *Doctor en ciencias del desarrollo regional y director fundador de Mexicanos Primero capítulo Michoacán, A.C