Horacio Erik Avilés Martínez* Lograr que las niñas, niños y jóvenes en nuestro país se conviertan en estudiantes que logren trayectorias educativas completas es una alta misión del estado mexicano, obligado a cumplimentar los mandatos del Articulo Tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y sus leyes reglamentarias. Sin embargo, la distancia entre el deber ser y la realidad es una brecha inmensa para la enorme mayoría de los mexicanos, quienes se ven obligados a abandonar el sistema educativo antes de alcanzar siquiera una licenciatura, dejándolos prácticamente indefensos ante los retos sociales, culturales, económicos y políticos de su existencia, obligándolos a enfrentar en condiciones desiguales e inferiores problemas como la resolución de sus necesidades más básicas de sustento, vivienda, alimentación y sostenimiento para sus familias. La situación en materia de la inmensa dificultad que tienen las niñas, niños y jóvenes de completar sus respectivas trayectorias en el sistema educativo estatal de Michoacán de Ocampo es gravísima y data de muchas décadas atrás. De acuerdo con la Secretaria de Educación en el Estado de Michoacán de Ocampo, en nuestra entidad existen 12 mil 870 planteles educativos, donde estudian un millón 267 mil 647 alumnos, atendidos por 84 mil 517 docentes, distribuidos en 59 mil 451 grupos, de los cuales 7 mil 002 son multigrado. Es decir, aún no se recupera siquiera la matrícula previa al confinamiento por COVID-19, el cual impactó gravemente durante dos ciclos escolares, perdiéndose 80 mil estudiantes en nuestro sistema educativo estatal. Para comenzar, solamente el 86.6 por ciento de los planteles cuentan con electricidad, mientras que apenas el 75.9 por ciento tienen lavamanos, el 75.3 por ciento poseen agua potable, el 40 por ciento cuentan con computadoras, apenas el 15.1 por ciento de los planteles tienen servicio de Internet, solo el 9.2 por ciento poseen infraestructura escolar adaptada y escasamente el 7.1 por ciento tienen materiales adaptados. Esto habla mucho acerca de las condiciones en las cuales se encuentran las niñas, niños y jóvenes que sí logran estar matriculados en las escuelas con la esperanza de poder ejercer sus derechos educativos. Bajo esa constante situación de precariedad resulta sumamente difícil pensar que los estudiantes tengan condiciones para ejercer plenamente sus derechos a estar, aprender y participar en las escuelas michoacanas. Más aún, por si fuera poca la problemática en materia de infraestructura física educativa, se encuentran las situaciones socioeconómicas que agobian a por lo menos la mitad de los habitantes de nuestra entidad federativa, quienes viven en situación de pobreza y marginación, dado que Michoacán es uno de los estados más ricos en dotación de factores y en valor bruto de la producción del sector primario, pero cae por debajo de la media nacional en el valor agregado de la producción total. Los estudios sobre causales de abandono escolar suelen mostrar a la situación socioeconómica de los estudiantes y sus familias como la principal razón por la cual el sistema educativo no les genera las condiciones adecuadas para continuar ejerciendo sus derechos educativos, razón por la cual se explica por sí misma la posición de nuestra entidad federativa como uno de los estados más rezagados en cuanto a la permanencia de los estudiantes en el sistema educativo estatal. En contraste, elevando el nivel de escolaridad y permitiendo que los estudiantes ejerzan sus derechos educativos para cursar trayectorias educativas completas se generarán círculos virtuosos que posibilitarán se acelere el desarrollo integral de nuestra entidad federativa y de cada uno de sus habitantes en particular: mayores ingresos, mayor valor de la producción, más recaudación, más y mejores servicios públicos, mayor innovación, entre muchos otros factores que se detonarán a favor de Michoacán. De educación inicial a bachillerato hay una gran cantidad de problemáticas relacionadas con la falta de cobertura, de programas socioeducativos, de inversión en infraestructura física, de cuestiones de violencia e inseguridad, la contracultura que gravita a favor de que los estudiantes no culminen una carrera universitaria, dedicándose a trabajar, emigrando o casándose, mientras que el costo de oportunidad respecto a la puerta falsa de la delincuencia organizada permanece ahí latente, esperando o presionando para que los jóvenes caigan en sus redes. En cuanto a educación superior respecta algo que está ocurriendo que aleja oportunidades equitativas para los estudiantes es la inmensa desigualdad en el costo promedio por estudiante que existe entre las instituciones de educación superior de nuestra entidad federativa. Es decir, a pesar de que su modalidad de sostenimiento es pública, hay diferencias abismales en el gasto público, convirtiendo a algunas universidades en privilegiadas y otras en marginadas, lo cual culmina disminuyendo la cobertura educativa en Michoacán, ya que los recursos que podrían emplearse para dotar de espacios para muchos más jóvenes que se quedan al margen de la educación superior son inyectados para instituciones consentidas por el régimen en turno, obligando a cortar sus trayectorias educativas a quienes simplemente no alcanzaron espacio en alguna institución, por no haberse creado éstos por falta de recursos. Un estudio de caso que debe ser tomado en cuenta es el de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, para construir políticas públicas incluyentes y equitativas que permitan acceso universal a la educación superior en nuestro país y en Michoacán de Ocampo en particular. Al ser escasos los recursos destinados al sistema educativo nacional y al encontrarnos muy por debajo del presupuesto recomendado internacionalmente para el erario educativo, la política de gasto educativo debe ser altamente eficiente, característica de la cual adolece el modelo financiero de la UACM. El costo de oportunidad en un país con escasa cobertura educativa a nivel superior es muy alto. Toda vez que, con el mismo recurso destinado a un estudiante de la UACM se podría fondear la educación superior de 29 estudiantes de la UNAM. Incluso, en modalidades abiertas y a distancia, podrían ser hasta 80 estudiantes que tendrían la oportunidad de ejercer sus derechos educativos. En cuanto a la eficacia del sistema educativo también nos encontramos con problemas serios, ya que solamente 31 de cada 100 egresados de la UACM logran titularse, lo que implica un costo al erario educativo por profesionista titulado de 7 millones 420 mil pesos, cifra que, además de ser exorbitante, exhibe el derroche financiero en la citada institución de educación superior, lo cual lleva inmediatamente a sugerir una revisión a fondo del modelo educativo y del gasto, en aras de transparentar a fondo el ejercicio presupuestal y estar en condiciones de comprender las causales de la bajísima eficiencia terminal de profesionistas titulados, la escasa matriculación y el desproporcionado costo por estudiante que tiene la UACM, muy por encima incluso de las instituciones de educación superior con modalidad de sostenimiento privada más caras de nuestra nación. Sí, por supuesto que es un gran momento de transparentar la operación de la UACM y generar procesos de mejora continua para evitar que los pésimos indicadores de matriculación, eficiencia terminal y de costo por estudiante se perpetúen, para que realmente contribuya la UACM al desarrollo educativo nacional. Y, por extensión, que se realicen procedimientos análogos en las instituciones de educación superior en Michoacán de Ocampo, de cara a la conformación del Presupuesto de Egresos del Estado para el ejercicio fiscal 2025, en aras de igualar oportunidades entre los jóvenes que están en edad de realizar una carrera universitaria. Si bien, por contarse con derechos, programas socioeducativos y gratuidad, todas las niñas, niños y jóvenes deberían de ser estudiantes en Michoacán y, por ende, de cursar desde educación inicial hasta una carrera universitaria. Pero, más aún, ya hay quienes piensan que, mientras no se alcance una maestría o un doctorado, no se tienen las herramientas suficientes para ganarse el pan de cada día, ni para sostenerse competitivos en un entorno cada vez más complejo. La problemática es inmensa y compleja. Respecto a la situación socioeconómica hay una gran cantidad de indicadores que señalan la crisis en la que nos encontramos, por lo que se requiere contar con condiciones extraordinarias para que los jóvenes aseguren su futuro. Paralelamente, también se requiere contar con factores en la política pública educativa para tener éxito emprendiendo una política integral contra el abandono escolar, la cual no está definida como tal hoy en Michoacán de Ocampo. Se requiere, por principio de cuentas, la definición de un Programa Sectorial de Educación para el estado de Michoacán 2024 -2027 en donde se enuncien con claridad los objetivos, metas, estrategias, acciones y montos de inversión para tales efectos, fijando con claridad los alcances que se tendrán para, al menos sí contar con metas para la segunda mitad de este sexenio educativo en la entidad federativa. Deben de tomarse en cuenta factores como: Transparencia Rendición de cuentas Gobernanza y participación social Investigación Mejora continua en las políticas públicas Inversión Centralidad en las niñas, niños y jóvenes, con seguimiento personalizado. Y no podemos dejar pasar al respecto lo que se ha dicho por parte de las autoridades educativa estatales respecto a la disminución del abandono escolar, ¿es realidad o discurso? Al respecto, es importante mencionar que ya se señala que este ciclo escolar que acaba de terminar se redujo el abandono escolar hasta apenas un 4.4 por ciento. Lo inusual en este anuncio es que ya se cuente con el cien por ciento de la estadística educativa capturada a estas alturas del año. Así también, se requeriría contar con la base de datos para revisar la consistencia de los resultados obtenidos. Por supuesto, aunado a lo anterior sería de gran utilidad contar con un estudio de regresión, así como un análisis cualitativo para conocer los causales del abandono escolar. Desde hace muchos años se ha hablado de la importancia de reducir los indicadores más álgidos en materia educativa, para generar trayectorias completas, pero no se ha podido realizar un salto disruptivo al respecto. Desde la sociedad civil organizada estamos en plena disposición para darle seguimiento al tema y, además de comprobar por propios medios las evidencias que la autoridad educativa presente para sostener las cifras emitidas, también estaremos para contribuir en el seguimiento a las cifras e indicadores educativos, así como para visibilizar la trascendental importancia que tiene la educación para el desarrollo y evolución de nuestra sociedad. ¡Vayamos juntos por trayectorias educativas completas para cada niña, niño y joven! Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles *Doctor en ciencias del desarrollo regional y director fundador de Mexicanos Primero capítulo Michoacán, A.C