MEXICANOS PRIMERO MICHOACÁN|Panorama educativo nacional

Aunque una cualificación de bachillerato es a menudo el logro mínimo necesario para una participación exitosa en el mercado laboral, algunas personas de 25 a 34 años todavía abandonan la educación sin esa calificación.

Erik Avilés Martínez

Esta semana la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicó el reporte denominado Panorama de la Educación (Education at a Glance 2023), el cual realiza anualmente para mostrar al mundo el estado que guardan los sistemas educativos de las naciones participantes.

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Además del informe completo, la OCDE emite notas informativas para cada país participante, las cuales ofrecen una visión general de las características clave de cada sistema educativo, en este caso, del de México. Por supuesto, lo que se menciona en cada nota-país se basa en datos de Education at a Glance 2023, el cual, para la edición de este año, hace hincapié en la educación y formación profesionales (EFP), al tiempo que abarca otras partes del sistema educativo. Los datos de la presente nota corresponden al último año disponible, por lo cual no todos los datos pudieran ser frescos.

En cuanto al resultado de las instituciones educativas y el impacto del aprendizaje, la nota-país menciona que la formación profesional de alta calidad permite integrar a los educandos en los mercados laborales y abrir vías para un mayor desarrollo personal y profesional. Sin embargo, la calidad y la importancia de los programas de EFP difieren mucho de un país a otro. En algunos países, la mitad de todos los adultos jóvenes (de 25 a 34 años) tienen una cualificación profesional como su nivel más alto de nivel educativo, mientras que la proporción es de un solo dígito en otros países. En México, el 2% de las personas de 25 a 34 años tienen una calificación de FP como su nivel más alto de logro, 1% en el nivel secundario superior y 1% en el nivel terciario de ciclo corto.

En toda la OCDE, las tasas de desempleo para las personas de 25 a 34 años con nivel de bachillerato profesional son más bajas que para sus pares con nivel bachillerato general o postsecundario no terciario. Este no es el caso en México, donde el 4.5% de los adultos jóvenes con nivel de bachillerato vocacional están desempleados, en comparación con el 4% de aquellos con logro de bachillerato general.

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Aunque una cualificación de bachillerato es a menudo el logro mínimo necesario para una participación exitosa en el mercado laboral, algunas personas de 25 a 34 años todavía abandonan la educación sin esa calificación. En promedio en toda la OCDE, el 14% de los adultos jóvenes no han alcanzado una calificación secundaria superior. En México, la proporción es mayor que el promedio de la OCDE (43%).

Los trabajadores en México de 25 a 34 años con nivel de secundaria superior profesional ganan un 17% más que aquellos sin nivel de secundaria superior, mientras que la ventaja de ingresos para los trabajadores con nivel de secundaria superior general es del 16%. Sin embargo, en casi todos los países de la OCDE, los títulos terciarios proporcionan una ventaja de ingresos significativamente mayor. En México, los trabajadores de 25 a 34 años con logros de licenciatura (o equivalente) ganan 61% más que sus pares sin logro de secundaria superior, mientras que aquellos con logros de maestría o doctorado (o equivalente) ganan 143% más.

El nivel terciario sigue aumentando entre la población en edad de trabajar. En promedio en toda la OCDE, el logro terciario se está volviendo tan común como el de bachillerato. En México, el 21% de las personas de 25 a 64 años tienen logros terciarios, una proporción menor que aquellos que tienen un logro en bachillerato o postsecundario no terciario (23%).

En promedio en los países de la OCDE, el 14.7% de los adultos jóvenes de 18 a 24 años no están en educación, empleo o capacitación, mientras que en México la cifra correspondiente es del 20%. Reducir la tasa de adultos jóvenes que no estudian ni trabajan es un desafío particularmente importante en todos los países porque este segmento poblacional enfrenta peores resultados en el mercado laboral más adelante en la vida que sus compañeros que permanecieron en la educación o la capacitación a esta edad.

En cuanto al acceso a la educación, participación y progreso, la participación en la educación de la primera infancia de alta calidad tiene un efecto positivo en el bienestar, el aprendizaje y el desarrollo de los niños en los primeros años de vida. En México, sólo el 8% de los niños de 2 años están inscritos. Esto aumenta al 39% de los niños de 3 años, al 81% de los niños de 4 años y al 75% de los niños de 5 años.

La educación obligatoria en México comienza a la edad de 3 años y continúa hasta la edad de 17 años. Los estudiantes suelen graduarse entre las edades de 17 y 18 años de los programas generales de secundaria superior. El rango de edad para completar los programas de formación profesional es igual de amplio, y los estudiantes suelen graduarse de los programas de formación profesional de bachillerato también entre los 17 y los 18 años. Esto es diferente de la mayoría de los países de la OCDE, donde los graduados de los programas de bachilerato vocacional tienen un rango de edad más amplio, lo que refleja la mayor diversidad de vías hacia estos programas que para los generales.

La gran mayoría de los jóvenes de 15 a 19 años en toda la OCDE están matriculados en la educación. En México, el 26% de este grupo de edad está matriculado en bachillerato general y el 16% en la educación superior vocacional. Otro 5% está matriculado en el primer ciclo de bachillerato y el 12% en los programas terciarios. Esto se compara con el promedio de la OCDE de 37% matriculados en programas de bachillerato general, 23% en programas de bachillerato vocacional, 12% en programas de secundaria inferior y 12% en programas terciarios.

Los programas de licenciatura son los programas más populares para los nuevos ingresantes a la educación terciaria. En promedio en toda la OCDE, atraen al 76% de todos los nuevos estudiantes en comparación con el 93% en México. Los programas terciarios de ciclo corto son el segundo nivel de educación más común para los nuevos ingresantes.

En cuanto a recursos financieros invertidos en educación, todos los países de la OCDE y sus socios dedican una parte sustancial de su producción nacional a la educación. En 2020, los países de la OCDE gastaron en promedio el 5.1% de su producto interno bruto (PIB) en instituciones educativas primarias y terciarias. En México, la participación correspondiente fue del 4,5% del PIB, de los cuales el 36% se dedicó a la educación primaria, el 19% a la educación secundaria inferior, el 17% a la educación media superior y el 28% a la educación terciaria.

La financiación de la educación está fuertemente influenciada por los niveles de ingresos de los países. Los países con un PIB per cápita más alto tienden a gastar más por estudiante que aquellos con un PIB per cápita más bajo. En todos los niveles, desde la primaria hasta la terciaria, México gasta 3 mil 239 USD anuales por estudiante equivalente a tiempo completo (ajustado por poder adquisitivo), en comparación con el promedio de la OCDE de 12 mil 647 USD. El gasto por alumno equivale al 18% del PIB per cápita, inferior al promedio de la OCDE de 27%.

La pandemia de COVID-19 ha creado sin precedente desafíos para los sistemas educativos de todo el mundo. En promedio, en toda la OCDE, el gasto en instituciones educativas primarias y terciarias por estudiante equivalente a tiempo completo (incluido el gasto en investigación y desarrollo) creció un 0,4% de 2019 a 2020 (el primer año de la pandemia y el último período con datos disponibles). En México, disminuyó un 9.6%. Este cambio en el gasto por estudiante es el resultado de que el gasto total en instituciones educativas disminuyó en un 10.7% y el número total de estudiantes equivalentes a tiempo completo disminuyó en un 1.3%.

En México, el 10% de todo el financiamiento para instituciones educativas se gasta en educación secundaria superior general y el 7% en educación secundaria superior vocacional (11% y 10% respectivamente en promedio en toda la OCDE).

Las fuentes gubernamentales dominan la financiación de la educación no terciaria en todos los países de la OCDE, mientras que el sector privado contribuye con el 9% del gasto total en instituciones educativas en promedio. El financiamiento privado en México representó el 13% del gasto en los niveles primario, secundario y postsecundario no terciario.

En la mayoría de los países, las fuentes privadas representaron porcentajes similares del gasto en programas generales y profesionales en el nivel medio superior. Sin embargo, en algunos países las diferencias en la proporción de financiación privada entre los programas generales y profesionales eran mayores. En México, el sector privado es responsable del 17% del gasto en programas de bachillerato general y del 21% del gasto en programas de bachillerato profesional.

En promedio en los países de la OCDE, más de la mitad del gasto gubernamental en educación primaria a postsecundaria no terciaria proviene de gobiernos subnacionales. En México, el 27% del financiamiento proviene del gobierno central, pero después de transferencias entre niveles de gobierno, 73% del nivel estatal.

En promedio en todos los países de la OCDE, en términos equivalentes a tiempo completo, hay 14 estudiantes por cada docente en educación media superior general y 15 estudiantes por miembro del personal en los programas de educación media superior vocacional. En México, en términos equivalentes de tiempo completo, hay 27 estudiantes docente en los programas de bachillerato, cifra mayor que el promedio de la OCDE. En los programas de formación profesional de educación media superior, en términos equivalentes a tiempo completo, hay 16 estudiantes por maestro.

En suma, los hallazgos en torno al sistema educativo mexicano nos siguen colocando en una posición de rezago respecto al promedio de las naciones que conforman la OCDE. Lo anterior, en entidades sumidas en el abandono y alejadas de la media nacional como Michoacán de Ocampo puede llegar a ser mucho más dramático, sobre todo a escalas municipal y comunitaria. El mundo no nos va a esperar y nuestros estudiantes merecen las mejores condiciones posibles. Debe de construirse un panorama de la educación michoacana para poder transformar la realidad.

Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles

*Erik Avilés es doctor en Ciencias del Desarrollo Regional y director fundador de Mexicanos Primero capítulo Michoacán, A.C.