CUARTO PODER | Conservador autócrata

Somos una sociedad, país, nación y Estado de leyes. Vivimos y disfrutamos un sistema de gobierno democrático, con 3 poderes. Poderes representativos y el pueblo, origen y fuente del poder, en base a leyes, reglamentos y procedimientos elige a quienes entregarle el poder…

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Etelberto Cruz Loeza

“¡Al diablo con sus instituciones!”

Andrés Manuel López Obrador

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El pasado domingo cantidad indeterminada de ciudadanos mexicanos acudieron a las mesas receptoras ubicadas por el Instituto Nacional Electoral  en todos los municipios y ejercieron su derecho contenido en la fracción VIII y sus incisos del artículo 35° Constitucional, de participar en encuesta nacional para que – quién sabe quién – se tenga base popular y vinculatoria y  en su caso, enjuiciar a actores políticos del pasado por sus decisiones tomadas y que pudieron/tuvieron generar víctimas y que, en su momento, o en éste, claman, justicia.

Algunos escenarios de este ejercicio serán motivo de mi siguiente colaboración, porque llamó mi atención la insistente saña con la que el titular del Ejecutivo federal urdió toda la tramoya política, partidista, legislativa y jurídica para que se realizara esta consulta nacional y hago mías las preguntas que se hace Luis Spota en alguna de sus novelas de la Costumbre del Poder:

¿Cuánto dura el coraje, el resentimiento y el afán de venganza?

¿Toda la vida?

Aunque esta administración federal lo reescriba, el pasado no se puede cambiar.

Haciendo a un lado este hecho, me detengo en el repetido afán, persistente acción y la intencionalidad del titular del poder Ejecutivo Federal en este tipo de ejercicios de la llamada Democracia Directa, Democracia Participativa, a mano alzada, que en algunas ocasiones, al inicio de su sexenio utilizó para tomar decisiones, con base en esas prácticas, como fue el hecho de la consulta popular para cancelación, o no, de la instalación y construcción de la planta de la empresa embotelladora de cerveza en el estado de Baja California, hecho que ilegal y anticonstitucionalmente utilizó, pero su poder - ¿quién pudo oponérsele al presidente de la República en el centro de su Luna de Miel?, lo validó y legitimó.

Somos una sociedad, país, nación y Estado de leyes. Vivimos y disfrutamos sistema de gobierno democrático, con 3 poderes. Poderes representativos y el pueblo, origen y fuente del poder, en base a leyes, reglamentos y procedimientos elige a quienes entregarle el poder, que es finito y tiene límites. 

Andrés Manuel López Obrador hace a un lado la Constitución y con este tipo de ejercicios está haciendo realidad sus palabras, mandando ¡Al Diablo…las instituciones!

Me pregunto si su 4t, en su afán revolucionario y transformador pretenderá mandar al diablo las instituciones para que de ese caos salgo el Nuevo Orden, el suyo.

La llamada democracia participativa/ democracia directa fue utilizada en las ciudades estado de la Grecia clásica, mas tenía reglas: comparativamente con el hoy, había poquísimos pobladores, mas no todos podían votar y sí los ciudadanos/patricios, los que acudían al ágora y levantaban la mano para que los tiranos tomaran las decisiones. Andrés Manuel López Obrador muestra, con su persistencia en esta práctica, que es conservador, con ropaje y vocabulario revolucionario. 

 El republicano imperio romano no la utilizó, pero sí el poder de la masa, del populacho, al que le ofrecía pan y circo. Toda semejanza es simple y pura coincidencia. 

Ejemplo de esta democracia fue el arribo al poder Ejecutivo federal de Andrés Manuel López Obrador, mas el ejercicio cotidiano de las conferencias diarias en palacio nacional, con el agregado del enorme e integral poder presidencial, han derivado en autocracia patológica – de Hybris – arremetiendo contra todo lo que esté en su contra y/o considerado como adversario-oponente a su idea de ejercicio del poder.

La carta al presidente de la República, de 88 articulistas y columnistas del diario El Universal, edición del 28 del pasado julio, es bastante clara en defensa de la opinión pública, piedra angular de cualquier democracia: Los siguientes son algunos de sus juicios: El presidente de México ha mencionado en varias ocasiones a El Universal y a sus articulistas y columnistas sembrando la idea de que toda crítica a su administración tiene un interés ajeno al periodismo. Esto no tiene fundamento alguno. La libertad de expresión no es fruto de una venganza ni de una conspiración, es un derecho arduamente conquistado en nuestro país.

El Universal no da línea a sus colaboradores, que encarnan un registro saludable y variado de posturas y opiniones políticas, ni les pide que formen parte de campañas de ningún tipo. Quienes aquí escribimos somos dueños de nuestras voces, de nuestras plumas, de nuestras opiniones, y cada uno nos hacemos cargo de éstas anteponiendo nuestros nombres y movidos, no por intereses políticos, ni económicos, sino por la búsqueda de un periodismo independiente, riguroso y crítico. 

Presidente: lo que hacemos se llama periodismo, no añoranza por supuestos privilegios perdidos. Y en ningún caso nos mueve otro interés que no sea el de la información y el análisis de la realidad para nuestros lectores. 

Como dice su director Juan Francisco Ealy Ortiz: la libertad de prensa no se agradece. Se ejerce.

(Giovanni Sartori, en su libro Homo Videns afirma:  La democracia representativa no se caracteriza como un gobierno del saber sino de un gobierno de la opinión, que se fundamenta en un público sentir de res publica. Lo que equivale a decir que a la democracia representativa le es suficiente, para existir y funcionar, con el hecho de que el público tenga opiniones suyas; nada más, pero, atención, nada menos).

El presidente de la República, reiterada, dolosa y perversamente, está violando los artículos 6° y 7° constitucionales, bases de nuestra libertad de pensamiento, ideas y publicación.