ETELBERTO CRUZ LOEZA En memoria de Rodolfo Ramírez García, mi maestro, amigo, jefe y, sobre todo, amigo, en el XIV Aniversario de su fallecimiento. En los medios de comunicación de masas, tradicionales y contemporáneos, así como en las redes sociales, analistas, comentaristas, presentadores de noticias y muy particularmente en loa espacios de la H. Cámara de Senadores – en donde permaneció, aparte del secretario de la Defensa Nacional, Gral. Crescencio Sandoval, que sostuvo reuniones con diputados y Senadores - , el secretario de gobernación federal, Adán Augusto López Hernández, para presionar o en una habitación del hotel frente al Senado, se informó sobre el resultado en las H. Cámara Alta del resultado final de la sesión del miércoles 5 del presente, en la que, con modificaciones, sobre mecanismos de evaluación, y detalles operativos que nadie seguirá ni vigilará, se votó favorablemente la iniciativa ya autorizada por la H. Cámara de Diputados, a donde fue regresada para su valoración, modificación o votación que la ratificaría para continuar con su proceso jurídico y tenga vigencia, a partir de su publicación en el Periódico Oficial . El alud informativo, fue constante, apabullante, permanente. Para mí, fue un falso debate, tiempo y, sobre todo, dinero –seguramente bien utilizado, para los fines del poder Ejecutivo, porque como bien lo señalan las conceja: problema que se resuelve con dinero…deja de ser problema. Y nadie aguanta un cañonazo de $ 50,000.00 pesos, o la ética de El Príncipe: Importan el fin, no los medios. Salvo el presidente de la República y un grupo sumamente selecto, nadie sabe porque el titular del Ejecutivo Federal, Andrés Manuel López Obrador, desea, quiere, exige y demanda la presencia, permanencia de las Fuerzas Armadas más la Guardia Nacional continúen en las calles en respaldo a la vigilancia social. La realidad nacional muestra que los ríos de sangre continúan bañando a la sociedad nacional. Cuando no es Guadalajara, o alguna población de Jalisco, de Sinaloa, Michoacán, Tamaulipas, Oaxaca, Guanajuato, Morelos, etc. Y esto es con todo y las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional en las calles, fuera de los Cuarteles. Llegó a mi dispositivo publicación de El Universal, - Cito, textualmente: “Si siguen manchando al Ejército, retiro a los militares de las calles y a ver qué hacen”. Ésa fue la advertencia que soltó el secretario de la Defensa Nacional en reunión del gabinete de seguridad del presidente López Obrador, en palacio nacional, hace aproximadamente dos semanas. Los asistentes quedaron congelados. Las palabras del general secretario tuvieron como destinarios inicial a Alejandro Encinas, subsecretario de gobernación encargado del caso Ayotzinapa y al fiscal Alejandro Gertz Manero, encargado de procesar las órdenes de aprehensión contra militares por la desaparición de los 43 normalistas, Pero, principalmente, el destinatario fue el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien no estaba presente en la reunión, pero recibió el mensaje a través de quien encabezó el encuentro, el secretario de gobernación, Adán Augusto López. En su caso, ¿Qué habría pasado? Lo que está pasando actualmente. En realidad, existe una cortina imposible de desvanecer en relación con la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles y sus funciones de vigilancia: ¿Quién les paga: ¿La Federación? ¿El estado? ¿El Ayuntamiento? ¿Quién cubre sus gastos alimenticios? ¿En los cuarteles que se construyeron, ¿quién paga los servicios? ¿Por qué no se permite que sean los H. Ayuntamientos, que por mandato Constitucional, sean los responsables de estas acciones de seguridad y protección? Hace unos 15 o más o menos años, se firmaron acuerdos nacionales mediante los cuales a los Presidentes de los H. Ayuntamientos se les entregaría dinero para la compra de equipo, armamento el más moderno, de chalecos antibalas, material rodante y que, además, TODOS los elementos de los cuerpos policiacos – mandos y jefes incluidos - participarían en programas de entrenamiento, de acondicionamiento físico, se les aplicarían exámenes de laboratorio para conocer su grado de adicción y, como complemente habría una revisión a sus perfiles de ingreso – se dijo con toda la boca …se exigiría bachillerato - y, de formación profesional, actualización, superación profesional , capacitación y como complemento, mejora sustantiva de sus ingresos, prestaciones sociales de ley y hasta seguro de vida. ¿Qué sucedió? Fue para la foto, nada más. Ningún municipio tiene la cantidad de elementos policiacos necesarios para atender la población municipal y, como complemento, ¿Qué porcentaje de H. Ayuntamientos estatales y/o nacionales, cubren puntualmente los seguros de vida y cuotas del IMSS de los elementos de sus corporaciones policiacas? Solamente Morelia, ¿Cuántas corporaciones policíacas funcionan en Morelia? ¿Cuántos policías hay en nómina? ¿Cuántos elementos policiacos realizan trabajo, funciones de vigilancia de la sociedad? ¿Cuántos están destinados a cuidar edificios públicos. ¿Qué les puede pasar a esos testimonios? ¿Cuántos, están asignados como escoltas de los Jefes? ¡Ni el presidente municipal lo sabe! Los gobernadores y los H presidentes municipales se aprovecharon de la disponibilidad presupuestal e hicieron su agosto: lo desviaron, no cumplieron ninguno de los compromisos firmados, empezando por los exámenes de laboratorio – médicos y de adicciones -, los de educación física, prácticas de tiro, de equipamientos, de armamento. Nada. No es extraño que las cosas estén como están. ¿Cómo revertirlo? Desarrollando las policías municipales: equipándolas, exigiendo su perfil de ingreso, por lo menos secundaria completa y condición física, mejora salarial, prestaciones de ley, seguros de vida y actualizar y equipar sus laboratorios – pero que sea cierto, no vacilada -; ampliar los servicios profesionales policiacos y científicos para atender las demandas de seguridad ciudadana.