¿O silencio o exigencia?

“No me preocupan los gritos de los deshonestos, de la gente sin escrúpulos y de los delincuentes. Más me preocupa el silencio de los buenos” Nelson Mandela

CUARTO PODER

Etelberto Cruz Loeza

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Atrajo mi atención reenvío recibido en mi móvil. Su tono doliente y demandante generó en mí reflexiones; al texto y espíritu le di vueltas y decidí presentar fragmentos y, al final, mis reflexiones.

Una sensación de impotencia, de frustración y abatimiento me noqueó.

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Parece no quedar nada del orgullo de ser mexicano y no es por la economía.

El problema no es el tren, ni el aeropuerto, ni la refinería de Dos Bocas, etc.

Estamos perdiendo en silencio a nuestro México.

La metamorfosis es brutal.

El país que tenemos hoy no es el que imaginamos, y el país de mañana será mucho peor de lo que imaginamos.

No hay respeto.

No hay educación.

No hay diálogo.

La búsqueda de la excelencia se abandonó por completo.

Nos acostumbramos al atropello del poder político, al resentimiento social de AMLO.

Al corto plazo sin una visión de país que nos ilusione, que nos enamore.

¿Qué queremos?

Volver a sentir el orgullo de ser mexicanos.

Viajar seguros.

Ver un desarrollo cultural sostenido.

Transitar por las calles libremente y sin miedo.

Escuchar a un presidente conectado con el mundo.

Decidir con libertad qué comprar.

Qué libros leer.

Respetar a los maestros.

Ver presos a los delincuentes.

Estadistas conduciendo al país.

Economistas manejando la economía.

Calma y Paz

No al odio y a la crispación.

Los tres poderes funcionando.

Recibir cosas del mundo y poder enviar cosas al mundo

 ¡México…Te quiero en paz!

Y no quiero perderte.

En cualquier momento hay visiones y percepciones de nuestro país y todos las podemos tener. Desconozco si usted que me lee coincidirá con esta visión de mexicanos vencidos, pero que se rebelan a ser destruidos y, supongo, que por esto son estas palabras de desesperanza, ¿optimismo?

La realidad es, circunferencial y esféricamente, inocultable.

Los escenarios nacionales y estatales – federales y Michoacán - indican que el país – sus gobiernos - 3 poderes e instituciones -, su sociedad, su administración, poco a poco, pero con cierto ritmo, o irregularmente, se está(n) desmoronando, son fallidos.

AMLO no ha precisado en qué consiste la 4ª. Transformación: sus banderas están desplomadas: la corrupción es mucho mayor - se ha desbordado – lo mismo la impunidad; Lo más grave es que no hay detenidos. La tal difundida moral republicana es un librito que nadie lee, menos respeta. Por ese lado, y por éste, ¿cuál es la ubicación ideológica de AMLO? ¿O liberal o conservador o neoliberal o materialista? ¿O utilitarista o ecléctico o socialdemócrata o centro izquierda o centro -derecha? ¿o como Pancho Madero, espiritista o le leen las cartas en la mañana, antes de salir al escenario de la Mañanera?

Acaso tenga visión catastrofista, lo desconozco. Para mí sería muy lamentable que tuviera razón en mi visión y en mi percepción; comprobaría que a nuestra sociedad, por la razón que sea - hartazgo, cansancio, desilusión, frustración, rabia, coraje y desesperanza – le sucedió-repitió lo de las sociedades alemana e italiana del 1930-1945 que, democráticamente – en función de sus reglamentos legislación constitucional y electoral y sus prácticas político electorales, Adolfo Hitler arribara al máximo poder político alemán; algo parecido en Italia con el ascenso de Benito Mussolini y su fascismo.

Cierto, relativamente, Hitler sacó a Alemania de su frustración del fondo de la economía y fortaleció el orgullo y espíritu alemanes, mas después, negociando con minorías, apoyado en efectivo programa de manipulación de radio y cine – mucho más que en los periódicos -, aceptaron todo lo que – manipuladamente, los Medios – y cine - y las tácticas de comunicación e información, diseñadas y dirigidas por su Ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, les comunicaba e informaba. Aceptaron resignadamente lo que siguió, todos los excesos, porque, finalmente, constitucional, política y electoralmente – la oposición era mínima -, carecían de recursos para resolver ese escenario: dejaron que las circunstancias político-sociales lo condujeran a su final.

Las democracias tienen sus éxitos, sus abusos; con frecuencia tienen excesos, zánganos, hongos, insectos, malformaciones, mas las mismas democracias, tienen soluciones, curas antibióticos: o vacuna o la medicina: el voto o la revolución.

Nuestra sociedad nacional tiene en el horizonte una fecha que ofrece la posibilidad de corregir el error de 2018. ¿Para qué esperar que el gobierno, que la administración, que las instituciones sigan derrumbándose, que la corrupción-impunidad-ineficiencia-descuido-icompetencia-impreparación-deshonetidad- distracción, sean la norma y no la excepción? ¿A qué esperar que nos sigamos confrontando-polarizando, distrayéndonos y que las fuerzas sociales de México sean centrífugas y jalen hacia otro mesías?

En varios países se deshicieron del populismo; otros, los llevaron a prisión. ¿Y nosotros?