Sembrar vientos y cosechar… los frutos podridos

Transcribo algunas líneas de lo escrito por Otto Granados Roldán: Todos los gobernantes acarician la fantasía de que su legado permanecerá para la posteridad, cualquier cosa que esto signifique.

CUARTO PODER

Etelberto Cruz Loeza

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Releí en varias ocasiones colaboración de Otto Granados Roldán publicadas en diario de circulación nacional y, al terminar de hacerlo invariablemente tuve como escenografía el mundo de Don Luis Spota en la serie llamada ‘La costumbre del poder’, que describe y hasta analiza el mundo de nuestra política de poder formado por los títulos (para mí) ‘El tiempo de la ira’, ‘Retrato hablado’, ‘Palabras mayores’, ‘El primer día’, ‘La Víspera del trueno’ y, acaso, ‘Mitad oscura’.

Transcribo algunas líneas de lo escrito por Otto Granados Roldán: Todos los gobernantes acarician la fantasía de que su legado permanecerá para la posteridad, cualquier cosa que esto signifique.

Pero en la historia moderna pocos lo han conseguido.

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Antes bien, como lo advierte el proverbio bíblico, si “sembraron vientos, cosecharán tempestades” …

Por eso cuando el próximo primero de octubre tome posesión la nueva presidenta de México -Xóchitl Gálvez o Claudia Sheinbaum- se encontrará con una herencia envenenada y su antecesor empezará a recoger lo que con sabiduría un expresidente llamó “Los frutos podridos de la estación”.

Es el ciclo misterioso del poder: la ambición de alcanzarlo, la obsesión de conservarlo y la angustia de perderlo.

Esta vez no será diferente. 

Sobre todo, en ‘El primer día’, Luis Spota recrea un poco el mundo interior de Aurelio Gómez Anda y sus recuerdos llenos de obsesión para mandar, conservar y tener algo que es una pasión: el poder.

En nuestro país, que recuerde, todos los expresidentes de la República, todos los titulares del Poder Ejecutivo hayan realizado lo que hayan hecho, para muchos enormes, grandioso, siempre habrá esos llamados los frutos podridos de la estación sexenal…Un evento que mancha toda la administración:

Adolfo López Mateos: el asesinato del líder campesino guerrerense Rubén Jaramillo y a su familia, en 1962.

Gustavo Díaz Ordaz: el 2 de octubre

Luis Echeverría Álvarez: el 10 de junio. La Guerra Sucia (contra la guerrilla)

José López Portillo: La Nacionalización de la Banca. El último Presidente de la Revolución.

Miguel De la Madrid Hurtado: el inicio del ciclo devaluatorio de nuestra moneda. El arribo en la política y en la economía mexicanas, del Neoliberalismo.

Carlos Salinas de Gortari: la entrega a particulares-privatización del Estado. Las muertes de Luis Donaldo Colosio Murrieta y de Francisco Ruiz Massieu

Ernesto Zedillo Ponce de León:  el Fobaproa. El surgimiento de EZLN. Aguas Blancas

Vicente Fox Quesada: nada, la más absoluta de las nadas.

Luis Felipe Calderón Hinojosa: Sacar a los militares de los cuarteles-Guerra al Narcotráfico y la Estela del Bicentenario (o de la Luz). 

Enrique Peña Nieto: La Casa Blanca de la Gaviota. Enorme Corrupción – sin detenidos.

Andrés Manuel López Obrador…Ha sembrado muchas tempestades…mostrando su obsesión por conservar el poder…

Y si eso pasa en el poder Ejecutivo Federal, sucede los mismo en los Ejecutivos estatales y acaso, en los poderes de los ayuntamientos y en todas las posiciones de poder político, aunque haya reglas, hasta el momento, rígidas e inmutables

Me regreso: Muchos no logran resolver la contradicción entre ser el puritano que pretendía salvar a un país de pecadores o el dictador que quiso imponerse sobre los demás con furia y sin límites.

Esa es la finitud del poder a la que los actores de la política de forma consciente o subliminal se resisten hasta el paroxismo.

El Día Después, sin embargo, comenzarán a vivir los síntomas naturales del desembarco: engaños, abandonos, delaciones, ajustes de cuentas, cobro de facturas, venganzas y rencores o la peor de las patologías, la que los humilla: reconocer favores recibidos que deben pagar. Robespierre, recuerda Gregorio Marañón – el más trágico de los resentidos de la Historia, tenía esta frase, capaz de hacer correr escalofríos al que la oye: sentí desde muy temprano la penosa esclavitud del agradecimiento.

Así ha sido desde los principios de los tiempos y sobran precedentes, la mayor parte penosos.

A esa ceremonia del Adiós, sigue la travesía del desierto.

Nadie que ha estado en el poder regresa a lo que da por llamarse la vida normal. No es que no haya vida después; la hay, pero es otra, distinta –a veces anodina, a veces grotesca y trágica-, pero es distinta… ¿De qué depende lo que venga? De las circunstancias, del viento sembrado, de poder descifrar, como querían los antiguos, que una cosa es el tiempo y otra la vida.

El actual titular del Ejecutivo Federal, Andrés Manuel López Obrador, aunque se ha obsesionado en conservar el poder, ya debió pensar en ese primer día…Ha sembrado muchos vientos y, de acuerdo con la vida y las circunstancias, acaso le esperan muchas tempestades.

Don Luis Spota la presenta y recrea muy bien en ‘El primer día’.