LA NUEVA MÚSICA CLASICA

“Dylan es aún más importante como poeta”

Gustavo Ogarrio

“El título de este libro es una exageración”, así comienza José Agustín una de las obras más relevantes para la narrativa mexicana y la crítica cultural, cuyo misterio ha quedado atrapado ya en la decisión del escritor de no volver a publicarlo: “La Nueva Música Clásica”, editado en 1968. José Agustín matiza sus consideraciones sobre la emergencia del rock: considerada como música popular, esta “nueva forma” es ya una “búsqueda musical digna, revolucionaria y compleja”. La música de los Rolling Stones y de los Beatles son asumidas como experiencias artísticas e incluso motivo de cursos de apreciación estética en la Universidad de California. El rock no le pertenece únicamente a los Estados Unidos, aunque haya nacido en ese país, afirma José Agustín; por el contrario, se “aclimata” a cada sociedad desde sus propias expresiones cultas y populares. Tempranamente, José Agustín ve en la figura de Bob Dylan una “evolución” que va de la música de protesta al folk urbano; identifica con suma precisión las primeras claves de la poética de Dylan: una sencillez lírica cuya tensión básica está entre una tonada simple que se desenvuelve sin agotarse y una compleja articulación entre sílabas, rimas y juegos rítmicos; “Dylan es aún más importante como poeta”. Una poesía que llegaría a ganar en 2016 el Premio Nobel de Literatura. Dylan es la expresión más lograda de esta nueva música clásica: “un factor determinante en la música actual: en todos los ámbitos, de The Mothers of Invention a Beatles y Rolling Stones…Y es, por último, el músico más completo en esencia que existe en la actualidad, el más profundo sin pretender música trascendente entre comillas. Es uno de los personajes más complejos del siglo. Creo, sinceramente, que sólo se podrá comprender a Dylan hasta dentro de algunos años: por el momento se halla muy por delante de todos”.

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