Etelberto Cruz Loeza El Presidente de la República nunca se equivoca, Marat. En apariencia se contradice a veces. No le quitemos su valor al tiempo, doña. La selección que haga será la adecuada, y el hombre habrá de ser exactamente el que el país necesita para que lo gobierne. Aurelio Gómez Anda. El primer día, de Luis Spota. No ha dejado de hablarse y de escribir sobre las llamadas coaliciones y cuando no es uno es otro aquél, bien sea protagonista político, miembro de la comentocracia nacional o de los muertos-hederos dinásticos-nobiliarios que aun viven y que desean candilejas, sin importar que su tiempo ya haya pasado, los que tratan el asunto y hasta se toman la molestia de organizar espacios para comentar y demostrar que son las guías y los estandartes y hasta oráculos de la política nacional. Los pasados 16 y 17 del presente mes, Cuauhtémoc Cárdenas organizó el foro Prioridades para un Programa de Gobierno, participaron Arturo Núñez, gobernador de Tabasco y ex priísta, Rolando Cordera, Alfredo Figueroa, Carlos Heredia, Alejandro Chanona y José Woldenberg, ex consejero ciudadano presidente del ahora Instituto Nacional Electoral quien presentó una visión y percepción bastante clara sobre el asunto de las llamadas coaliciones y fue sumamente claro; sus ideas centrales fueron las siguientes: 1ª El próximo presidente de la República tendrá dos opciones: A .-Encabezar un gobierno de minoría y B: Echar mano de un gobierno de coalición, cuya posibilidad se abrió con la reforma electoral del año 2014. Y sobre otros temas relacionados con las cuestiones electorales, añadió: 1° Aunque ya no hay tiempo de aprobar la segunda Vuelta electoral para la elección del próximo presidente, a partir del 2019 debería de analizarse por quien resulte ganador no tenga más aversión que apoyos. 2° La fragmentación política llegó para quedarse por un buen tiempo y preocupa la construcción de gobiernos con presidentes que tuvieron una votación muy precaria. Se permitiría la construcción de una mayoría en el H. Congreso de la Unión y la Segunda Vuelta Electoral cobra sentido en el 2019. Para el sistema parlamentario no está preparada la sociedad; primero debe procesarse dentro del circuito de la política. Ahora bien, en este espacio y en colaboraciones anteriores, sostuve, y afirmé: Se equivocan los que afirman que el Sistema de gobierno mexicano – Republicano, representativo y Federal – está mal y pretenden cambiarlo por un sistema-formato Parlamentario. Pretenden crear una coalición social, dicen como panacea de todos nuestros males actuales: corrupción, impunidad, pobreza, baja, y casi nula, eficiencia en gobernabilidad y procuración y administración de justicia. Desean dividirse-distribuirse la administración pública Federal desde antes, y repartírsela como botín, con el señuelo de un proyecto-programa-plan de gobierno pluripartidista. Eso es un gobierno de los pocos, oligarquía. Los que están mal son los políticos que forman parte del poder Legislativo y Judicial y hasta Ejecutivos – Federal, Estatales y municipal - y quienes dirigen las instituciones republicanas: NO han sabido estar en congruencia con las circunstancias de este momento. No saben que no saben que los tiempos cambian, que están en constante cambio y evolución. Y que primeramente deben cumplir la moral pública natural: cumplir la ley y respetar el Estado de Derecho. Tenemos problemas, sí, son los mismos de siempre, pero no los resolveremos con la misma gente y las mismas caras. Una vía, las más vigorosa, es el cambio en los equilibrios de poder en los H. Congresos – locales y las dos H. Cámaras del Congreso de la Unión - y sus pesos y contrapesos eligiendo-llevando el mayor número posible de diputados – locales y federales – y Senadores de la República, independientes. Éstas son mis objeciones a la coalición partidista, y de la “sociedad”: A.-Es distribuirse el país – los espacios de la administración -, parcelarlo partidistamente, entre ellos; así continuarían las cosas – corrupción, impunidad, pobreza, baja eficiencia administrativa en la gobernabilidad, procuración y administración de la justicia. B.-La sociedad nacional votaría por lo que desea y si desea fragmentación, pues que sea, finalmente, esta administración propuso un plan-pacto para gobernar y fue firmado; la diferencia ahora es que ya sería ANTES DE LA TOMA DE POSESIÓN y el Pacto fue ya en funciones el nuevo gobierno de la minoría más grande. No pasaría nada grave que la sociedad nacional no pueda resolver y sería menos grave si se funcionaran las figuras de Revocación de Mandato, Plebiscito, iniciativa ciudadana y la Segunda Vuelta, que sería la Gran Solución, aunque todo quedaría estructuralmente como está, si los partidos y los protagonistas políticos usaran la política política para eficientar el gobierno y a sus instituciones. Llegar a un acuerdo entre partidos, en el seno del H. Congreso de la Unión, sería una traición al pueblo, a la sociedad nacional, y hasta un golpe de Estado. C.-Este formato, la coalición - que no es la única vía política, ni la recomendable dadas nuestra Historia y circunstancia - significa un completo cambio en la forma de Estado, de administración. Sería un cambio político de 180° y la maquinaría del Estado sufriría una detención que se llevaría un buen tiempo – acaso el sexenio -. Pregunto a los impulsores de esta figura ¿estamos preparados para ese cambio? ¿Con el sistema parlamentario mejoraría la administración pública, sería mucho más eficiente, ya no habría corrupción ni impunidad, ni pobreza? Estos benefactores de la patria, ¿por qué promueven este cambio? ¿Quieren continuar siendo considerados parteaguas de la política nacional y Padres del Cambio político de Gran Calado? ¡No pretendan descomponer aun más nuestro mundo! D.-Todo este vendaval conversatorio-discursos sobre las coaliciones es una distracción del Ejecutivo Federal para ganar tiempo, y, como complemento, aplicación de la máxima política divide y vencerás. Para terminar, sin ser oráculo, ni ser Walter Mercado, ni originario de Catemaco: aunque podría no gustarnos, no están dadas las condiciones del 2000, año de la alternancia político-partidista, cuando el partido revolucionario institucional perdió la presidencia de la República y triunfó el PAN, con Vicente Fox Quesada y la mayoría natural en el H. Congreso de la Unión. No está Ernesto Zedillo Ponce de León, fingido priísta, como titular del Ejecutivo Federal y no existe la Sana Distancia y sí el partido en el gobierno. Ahora está como titular del Ejecutivo, un priísta 100% priísta y tiene la obligación natural, y hasta histórica, de entregarle la Banda Presidencial a un candidato priísta triunfador, inobjetable, irrecusable, en la disputa por la titularidad del Ejecutivo Federal 2018. Para eso está trabajando. Un hecho complementa mis juicios: en el PRI existían nubarrones de indisciplina, se realizó la XXII Asamblea Nacional Ordinaria, se procedió política y partidistamente, todo se calmó, el presidente ganó tiempo, todos tranquilos esperando el banderazo, se mostró disciplina=unidad - que no se ve en el PAN, ni en el PRD – indicador de un PRI hegemónico, poderoso y fuerte, listo para la campaña 2018. Me recuerdan algunas palabras de Aurelio Gómez Anda, en El primer Día: la política si no se respetan sus reglas, trastorna a los hombres al hacerles perder el sentido de la proporción, al desquiciarlos interiormente…No recuerda que el poder sólo se alcanza con paciencia y obediencia… ¿Se equivoca el partido cuando señala candidato a la presidencia de la República? ¿Verdad que no? Su selección es siempre la correcta. La Historia demuestra sus aciertos No ha fallado nunca antes. Tampoco fallará ahora.