Miguel Ángel Martínez Ruiz ¿Qué cualidades o características personales debe reunir un líder o gobernante? Desde la antigüedad clásica, los más notables filósofos se ocuparon de este tema. Por ejemplo, el gran Arístocles, más conocido como Platón, afirma: “A no ser que los filósofos sean los reyes en los Estados o los que actualmente llamados reyes y soberanos sean filósofos en verdad y con suficiencia, y no se vea unidad de una cosa y otra, el poder político y la filosofía, y a no ser que una ley rigurosa aleje de los asuntos públicos a esa multitud de individuos a los que sus talentos les llevan exclusivamente a una u otra, no habrá remedio, querido Glaucón, ni para los males que devastan los estados ni incluso, creo yo, para los del género humano.” (La República, Necesidad de un rey filósofo). Este pensador consideraba que en la “Politeia” (lo concerniente al Estado) deben comprenderse tres conceptos clave: Poder Político, Filosofía y Funcionamiento del Estado. Acerca de la misma cuestión, Aristóteles, discípulo de Platón, sostenía que “El hombre de Estado tiene que reunir tres cualidades: amor al régimen, competencia en lo que atañe a su cargo y virtud y justicia adecuadas al régimen. Como no es fácil que estas tres cualidades confluyan en una misma persona, debe mirarse la cualidad del cargo.” En un ejercicio por definir las cualidades que deberá poseer el próximo presidente de México, se podrían mencionar como prioritarias las siguientes: 1) Una honestidad, tanto intelectual como económica, a toda prueba, lo cual implica no haber cometido ningún acto ilícito, y, por tanto, haberse mantenido al margen de cualquier acto de corrupción o fuera de la ley. 2) Tener una formación académica muy consistente, pues ya la época en que bastaba ser licenciado en derecho ya pasó, estamos en un nuevo momento histórico que requiere conocimientos profundos de economía, administración pública, corrientes del pensamiento filosófico y político de todos los tiempos, teoría general del estado, historia universal y de México, historia de las instituciones diplomáticas, ciencias naturales, pero esencialmente conocer a fondo las tradiciones, costumbres, lenguas, religiones, pensamiento mítico y folklor de nuestro pueblo, así como el modo de ser del ser del mexicano, del que se han ocupado varios pensadores, entre otros, Samuel Ramos con El perfil del hombre y la cultura en México, Octavio Paz con su Laberinto de la soledad, Santiago Ramírez y su aportación, el libro intitulado Motivaciones psicológicas del mexicano, etc. 3) Tener capacidad para expresarse en forma oral y escrita. Los grandes líderes de todos los tiempos han tenido facilidad de palabra, es decir, han sido buenos oradores; desde el México prehispánico, se le llamaba tlatoani al emperador, palabra que significa el que habla. Se requiere un hombre o mujer que tenga pensamiento ágil, pero también que posea la habilidad de expresarlo en términos adecuados, con una voz agradable, ademanes apropiados, que pueda transmitir al oyente las emociones de que está poseído o poseída, según el sexo, y esto no se logra si no se tienen un entrenamiento especial y convicciones firmes. Por otra parte, el conocimiento de la sintaxis, la ortografía y otras disciplinas que son esenciales para escribir bien, no se está pidiendo que sea un literato, un escritor o un poeta, simplemente que conozca su propio idioma y sepa emplearlo con propiedad y corrección. 4) Tener una cultura aceptable, no se pide que sea un sabio, que sería lo ideal, pero sí haber leído por lo menos las obras esenciales de la cultura humana, las cuales se pueden reducir a unas quinientas. Solo así se evitaría la vergonzosa situación en la que se vio nuestro actual presidente cuando era candidato y asistió a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde le preguntaron: ¿Cuáles son los libros que más le han impresionado o le han dejado un sello? A lo cual no pudo dar un solo título de algún libro. Esto provocó que la prensa nacional y la crítica le dedicara muchos artículos, menciones en la televisión, las redes e incluso caricaturas burlonas calificándolo de ignorante. 5) Poder hablar dos lenguas extranjeras, entre las cuales podrían ser inglés, francés, alemán e italiano, principalmente, pues las otras lenguas romances no están tan difundidas en el mundo y las lenguas eslavas son mucho más difíciles, además las orientales tienen mayor complejidad en su pronunciación, estructura y expresión gráfica. A este respecto, el presidente Peña no sabe inglés y se ha visto en serios problemas para expresar sus ideas en los foros internacionales, pues no basta con llevar un traductor, es necesario establecer la comunicación directa, además la lengua inglesa es muy sencilla, exceptuando sus dificultades con la pronunciación que no corresponde a la escritura y el uso de algunas palabras que cambian su significado con el simple hecho de aumentarle una preposición u otro vocablo para cambiar su sentido, todo lo demás es muy fácil de adquirir, pues bastarían seis meses para aprender lo básico. 6) Tener experiencia en las lides políticas, esto solamente se adquiere habiendo ocupado cargos en la administración pública o como representante popular: presidente municipal, diputado, senador, gobernador, secretario de estado, etc. Esto guarda una relación directa con la toma de decisiones, la cual debe fundamentarse en la evaluación, cuyos aspectos más relevantes son: diagnóstico, planeación, ejecución, supervisión, etc. 6) Ser carismático (de la palabra griega χάρισμα [járisma], de χαρίζεσθαι ), que consiste en la capacidad para motivar y suscitar la admiración de sus seguidores gracias a una supuesta cualidad de "magnetismo personal", o sea, la habilidad de atraer a la gente. Y como el carácter se desarrolla, también el carisma se puede cultivar a través de una educación política, filosófica, ética, sociológica, económica, etc. 7) Compromiso, lo que separa a los hacedores de los soñadores: la gente no sigue a líderes no comprometidos. El compromiso puede mostrarse en un amplio rango de aspectos que incluyen las horas de trabajo con dedicación de tiempo completo, cómo trabaja para mejorar las condiciones de sus compatriotas y cómo dedica su tiempo para atender a las personas en forma expedita, cordial, incluso afectuosa. 8) Acendrado amor a México, sin este requisito de primerísimo orden, no es posible gobernar a nuestro país que está urgido de un verdadero líder, un presidente patriota que ame y sienta que los intereses de la patria están primero y que nunca se sentirá satisfecho con los resultados de su trabajo, porque la etapa que atraviesa México requiere mayor esfuerzo y redoblados ánimos en las tareas constructivas. 9) Conocer palmo a palmo la geografía mexicana, incluyendo sus regiones, desiertos, montañas, lagos, lagunas, ríos, océanos, mares y todo lo que se considera como humedales; pero este aspecto incluye el potencial en aspectos como la minería, la agricultura, la industria, el turismo, bosques, selvas, puertos, aeropuertos, ciudades importantes y todo tipo de asentamientos, incluyendo los irregulares, playas, grutas, sitios arqueológicos, instituciones educativas de los diferentes niveles educativos, hospitales, asilos de ancianos, carreteras, puentes, etc., etc. Se dice a manera de broma, pero tiene mucho de cierto que algunos candidatos a los diferentes cargos lo primero que hacen en contratar a un guía de turistas. 10) Capacidad para discutir sobre los diferentes problemas nacionales. Para esto la primera exigencia es el conocimiento de los mismos, además de mucha habilidad para la controversia, pues en los debates muchas veces se decide el voto de la ciudadanía a favor de tal o cual candidato. Para esto por lo menos se debió haber leído el tratado de Dialéctica erística o arte de la controversia, escrito por el filósofo Arthur Schopenhauer, y que consta de 38 estrategias. Si no se tiene esta habilidad difícilmente se podrá discutir con éxito. 11) Autocontrol, basado en el conocimiento de sí mismo, sus reacciones y actitudes, puesto que si no es un ser humano equilibrado, su influencia puede ser muy nociva. 12). Buena salud física y mental, no depender del alcohol, el tabaco u otras drogas. Estar siempre disponible para cumplir con sus obligaciones, y lograr desempeñarse en su trabajo con eficiencia, eficacia y efectividad. La primera guarda una estrecha relación con la productividad, es decir, la economía de los costos que se realicen en la organización de todas las actividades. En otros términos, es el aprovechamiento de los recursos humanos, materiales, técnicos y financieros de manera óptima. Tiene que ver con la idea de cantidad. La segunda es la capacidad para prestar un servicio útil y necesario. En el gobierno sería la aplicación inteligente de los elementos humanos con que se cuenta para que cumplan satisfactoriamente las tareas que se les encomienden. La tercera se refiere a los efectos, es decir, los resultados que correspondan a los objetivos. 12) Ser un buen actor, pues está ampliamente demostrado que las actitudes, los gestos y las frases son más convincentes que todos los demás aspectos, de otra manera no se podría explicar la razón por la cual ganó las elecciones Trump en los Estados Unidos. Él no tenía nada que ofrecer a los ciudadanos norteamericanos; sin embargo, fue el más convincente con su discurso antirracista y xenofóbico, inculpando a México de todas las desgracias que vive su país, pero además con actitudes antifeministas, repudió a las minorías, exaltación de los blancos. Todo esto caló muy hondo en la conciencia colectiva y su triunfo fue arrollador ante una respetable dama que reunía mayor formación académica, mejor carrera política y el apoyo del presidente Obama. Se debe tener presente que el votante decide más por motivaciones de carácter emocional que por una reflexión basada en un análisis de los candidatos. Con los recientes acontecimientos en los partidos políticos PAN y MORENA, la moneda sigue en el aire y nadie puede anticipar cuál será el resultado en las elecciones presidenciales del 2018.