LA CASA DEL JABONERO | AMLO, el ‘cash’ y la exesposa de su amigo

Jorge A. Amaral

Inicio esta entrega con estos versos de “Gangsters”, de la banda británica de ska The Specials: “No se puede luchar contra la corrupción con trucos, usan la ley para delinquir. Y temo, temo pensar en lo que traerá el futuro cuando estamos viviendo en tiempos de gángsters” (“Can't fight corruption with con tricks / they use the law to commit crime / and I dread, dread to think what the future will bring / when we're living in gangster time”). Y es que un grupo de hackers le filtraron a Carlos Loret de Mola información de las Fuerzas Armadas que desvelan el estado de salud del presidente, quien ya tuvo que aceptar varios padecimientos.

Claro que, dados los antecedentes, yo tomaría con pinzas todo lo dicho por el periodista, quien ya ha sido instrumento de montajes gubernamentales, y además, dada su demostrada escasa imparcialidad en el manejo de la información sobre AMLO, lo que se suma al enfoque sesgado que siempre tienen las notas de su portal Latinus, preferiría dudar de lo que el periodista escriba, a menos que se pueda verificar. Ya ve usted que lo de la “casa gris” estuvo más forzado que los botones de la camisa después de comer. Pero en fin, sabemos cómo se comporta la mayoría de los detractores del presidente y cómo el mandatario a veces los ha mandado a volar con un cinismo brutal, como sus carcajadas al decir “ahí están las masacres”.

Esto, cosa curiosa, coincide con el pre lanzamiento de “El rey del cash”, un libro que se anuncia como el relato de 18 años de “traiciones, corrupción e infidelidades” en el círculo cercano de López Obrador.

Por medio de este libro, dicen las reseñas, la periodista Elena Chávez González hace el relato de su cercanía al presidente durante 18 años, y en ese relato promete evidenciar el supuesto gran amor que el presidente le profesa al dinero y al poder, y cómo es un sujeto alimentado por el resentimiento y el odio.

Cabe señalar que Elena Chávez fue esposa de César Yáñez, uno de los hombres de confianza de AMLO desde el año 2000, ya que fue su vocero cuando el tabasqueño gobernó la Ciudad de México, además de haber estado con él en sus campañas electorales en busca de la Presidencia de México. Este libro es sobre el presidente y el hoy subsecretario de Gobernación, quien antes del inicio de este gobierno ya estaba en la polémica por su fastuosa boda con la empresaria Dulce Silva, a la cual acudió AMLO y hasta apareció en la portada de la revista de sociales ¡Hola!, lo que le valió críticas por ser contrario a su prédica de la austeridad.

La exesposa de César Yáñez dice que en su libro saldrán a la luz las traiciones, abusos, corrupción y autoritarismo imperantes en el círculo cercano al presidente. “Cuento aquí a detalle cómo los operadores del presidente consiguieron durante mucho tiempo miles de millones de pesos para cumplirle a su jefe, y de paso también se sirvieron con la cuchara grande. No busco denostar a ninguno de los personajes que aquí aparecen, sino tan solo romper un pacto de impunidad”, detalla la autora.

Tal ha sido la expectativa que “El rey del chash” ha causado, que incluso antes de salir a la venta ya es el más vendido en preventa de Amazon. Y es que el libro se promociona muy bien, tanto en medios como en redes sociales, donde los detractores del presidente estuvieron jode y jode toda la semana, y entonces, sembrado el encono y la polarización de siempre, es lógico que genere interés.

Lo que me salta a la vista es que hasta ahora lo esté publicando, porque si fue esposa de Yáñez durante 18 años, en los que atestiguó cómo la gente alrededor de AMLO movía millones de pesos y se servía con la cuchara grande, algo tuvo que haberle salpicado a su entonces esposo y, por ende, a ella, quien a partir de ese matrimonio tuvo diversos cargos públicos.

No digo que el libro contenga falsedades. Primero hay que leerlo y ver de dónde saca sus datos y si son verificables. Lo que sí es que este libro, aunado a las sesgadas revelaciones de Loret de Mola y la leña que la derecha le meta al fuego, serán golpes mediáticos para el presidente, lo que puede enturbiar los procesos electorales venideros. Recuerde usted que la derecha está tan débil, que tiene que aguantar una relación tóxica con el PAN y a esa garrapata llamada PRD a fin de mantener algunas posiciones en los siguientes comicios.

Pero tampoco hay que cerrar los ojos. La ventaja de no ser lopezobradorista ni afín a los partidos de oposición es que se puede ver todo desde el palco, notar los aciertos pero también las imbecilidades (que son las más), y darse cuenta de que no hay blancos ni negros, sino toda una gama de grises y juegos de sombras que dan pie a las corruptelas, negociaciones y pactos de impunidad en todas las esferas. Así que no demos por hecho que lo narrado en “El rey del cash” es falso o verdadero, sólo leámoslo y ya veremos. De entrada creo que si Anabel Hernández escribió el prólogo del futuro best seller, es porque algo vio, ya que ella es muy rigurosa en sus trabajos y no creo que se preste a un simple golpeteo.

De todos modos, el que se hable de corrupción en la esfera política lamentablemente no sorprende, porque uno puede esperarse cualquier cosa del gobierno y los políticos. Por desgracia ya estamos curados de espantos. Pero en fin, son tiempos de polarización, de mucho encono, y este tipo de sainetes no se detendrá. Al tiempo.

Por cierto, si el Ejército se perfila para estar a cargo de la seguridad de este país, es lamentable que cibernéticamente sea tan vulnerable e inseguro.

Muertos bajo la alfombra

Si se compara la cantidad de muertos que la Secretaría de Seguridad Pública reporta a los medios a través de sus distintas vocerías y los que en realidad se registran, veremos que hay muertos que la dependencia esconde bajo la alfombra, pues sólo así logran bajar los índices delictivos y la percepción de inseguridad entre la ciudadanía.

Le comento porque ha habido hechos en los que la dependencia reporta sólo detenidos cuando en realidad hubo muertos, y son cosas de las que luego uno se entera por suceder en lugares conocidos, donde hay gente que lo conoce a uno y le cuenta las cosas como sucedieron.

Eso mismo se dio durante la pandemia de COVID-19: nunca se contabilizaron todos los contagios y decesos como ocurrían, siempre se reportaban menos de los que eran, porque, por ejemplo, en dos semanas podía haber 5 mil contagios, pero en caos activos, que son los contagios de justamente esas dos semanas, se reportaban 3 mil, entonces uno se preguntaba dónde habían quedado los otros 2 mil, si se habían curado milagrosamente, si se habían muerto y no los consignaban o se los llevaba el viejo del costal. Por eso las cifras de COVID del gobierno del estado siempre han sido dudosas y cuestionables, porque además nunca han explicado su metodología, así que es un misterio.

Así pasa en seguridad, tema en el que cada día tenemos boletines destacando que ahí anduvo el secretario, blindando territorios aquí y allá, pero los muertos a veces no cuadran.

Justicia para Emmanuel

Emmanuel, de entonces 17 años, fue atropellado por una patrulla de la Policía Morelia en marzo de este año y es hora que la corporación y el gobierno de Alfonso Martínez no han respondido por las afectaciones a la salud del muchacho, hoy de 18 años y con daño permanente debido a un traumatismo craneoencefálico.

Esta semana se publicó la nota en la que los abogados no piden otra cosa que la reparación del daño, ante la indiferencia de los mandos policiacos, que no se han dignado a atenderlos. Esa nota, según supe, como que les molestó a los mandos de la Policía Morelia. Sorry, but not sorry.

Con esa nota no se pretendió “agüitar” a los mandos de la Policía Morelia, sino denunciar una omisión en la atención a víctimas. Nunca se ha pretendido difamar a nadie, tan es así que tengo copia de los documentos que acreditan lo que la nota señala.

Ahora bien, si no les gustó la nota, bien fácil, tienen forma de contactarme a través de su personal de comunicación y con gusto hacemos la réplica, o lo que es mejor: atender a la familia de Emmanuel y que se le haga la reparación del daño. Verán que con eso Morelia brilla más que si se andan “agüitando”. Es cuánto.