Jorge A. Amaral A fines de esta semana, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, presentó su renuncia al cargo para ir en busca de la gubernatura de Sonora. En una carta dirigida a su hoy exjefe, Andrés Manuel López Obrador, Durazo Montaño destacó lo que, según él, son logros en el combate a la violencia; claro, recalcando que “recibimos un país oliendo a pólvora”. El ahora exfuncionario señala que en 2019 se redujo la cantidad homicidios dolosos, pero no es así: El año 2018, el último del sexenio de Enrique Peña Nieto, salvo el mes de diciembre, cerró con un saldo de 33 mil 341 personas asesinadas, lo que representó un aumento de 15 por ciento en el total de personas ultimadas en 2017, año que ostentaba hasta ese entonces el récord de violencia. A las 33 mil 341 personas asesinadas en todo 2018 hay que sumar 861 a mujeres víctimas de feminicidio. Estos datos indican que durante ese año fueron asesinadas, en promedio, casi 91.3 personas todos los días, un aproximado de 3.8 personas asesinadas violentamente cada hora. Con esos datos se confirma que hubo un aumento de los homicidios dolosos por cuarto año consecutivo, pues mientras en 2014 la tasa de homicidio doloso era de 12.96 casos por cada 100 mil habitantes, para 2015 pasó a 13.32, en 2016 ascendió a 16.49, en 2017 se disparó hasta 20.27 casos y 2018 cierra con 23.1 casos. Así, si sumamos a los muertos por homicidio doloso y a las mujeres víctimas de feminicidio, tenemos un total de 34 mil 202 personas asesinadas. Ya durante 2019 se registraron 34 mil 582 víctimas de homicidio doloso, de acuerdo con el SESNSP. Esto representa un aumento de más de 2 por ciento con respecto a los homicidios dolosos que se cometieron en 2018. Las cifras del SESNSP confirman que 2019 es, hasta ahora, el año más violento en la historia reciente de México con 35 mil 588 víctimas en total (34 mil 582 de homicidios dolosos y mil 006 feminicidios). El 2018 era el año más violento con 33 mil 341 víctimas de homicidio doloso. En cuanto a feminicidios, los datos revelan que en 2019 hubo mil 006 víctimas, hechos relacionados con 976 carpetas de investigación. Es decir, dicho ilícito tuvo un alza del 10.3 por ciento con relación a la cifra de 2018, cuando se registraron 861 víctimas de feminicidio. Ya en 2020 iban, hasta el mes de septiembre, 26 mil 231 personas asesinadas. Si tomamos en consideración que en los primeros 9 meses de 2018 se registraron 25 mil 282 personas víctimas de homicidio doloso, y para el año pasado, en el mismo periodo se contabilizaron 25 mil 890 homicidios en nuestro país, 2.4 por ciento más que el año anterior, no hubo la reducción que el exsecretario le presumió al presidente. Este año ha sido también de los más violentos a nivel nacional y no hay muchas variaciones en cuanto al número de víctimas, pues en el rubro de homicidio doloso, en enero se registraron 2 mil 994; en febrero, 2 mil 773; en marzo, 3 mil 038; en abril, 2 mil 933; en mayo, 2 mil 925; en junio, 2 mil 873; en julio, 2 mil 987; en agosto, 2 mil 927, y en septiembre, 2 mil 729, para cerrar los primeros nueve meses de este año con 26 mil 231 víctimas de homicidio doloso. En materia de secuestros, este año suman 796 carpetas de investigación, en tanto que en el delito de extorsión, pese a ser de los menos denunciados por el temor que los delincuentes infunden en las víctimas, en los primeros 9 meses de este año ya se acumulan 6 mil 368 carpetas de investigación a nivel nacional. Así que Alfonso Durazo le mintió a su exjefe, nos mintió a los mexicanos y posiblemente se mintió a sí mismo, si es que estaba seguro de lo escrito en su carta de renuncia. Ahora se va a Sonora a hacer campaña y seguramente allá también les va a mentir, allá ellos si le creen, pues seguramente no faltará quien, como su servidor ahora, en plena campaña le saque a relucir las mentiras y eufemismos con que trató de engañar al país entero. Al tiempo. Silvano, el demócrata Esta semana una de las notas la dio el gobernador Silvano Aureoles Conejo al llamar a los mexicanos que pueden votar en Estados Unidos a emitir su sufragio por el demócrata Joe Biden, tanto que hasta la secretaria de Gobernación lo regañó. Cierto, el discurso de Donald Trump desde su campaña no ha hecho sino fomentar el racismo en Estados Unidos, y por ello se entiende el enojo del gobernador michoacano. Además, de los dos personajes que este 3 de noviembre habrán de disputarse la presidencia del vecino del norte, el demócrata es quien ha presentado una agenda más benévola (por así decirlo) con los migrantes no sólo mexicanos, sino de otras nacionalidades, como restablecer el DACA, que ha beneficiado a los hijos de migrantes que llegaron allá siendo niños; acabar con la separación de las familias, esto al suprimir los largos juicios por felonías y poner un alto a las redadas en hogares y centros de trabajo; rescindir las prohibiciones de viaje contra países de mayoría musulmana, hacer cambios en el sistema de visas temporales para personas altamente cualificadas, facilitar la legalización de trabajadores agrícolas, conservar el sistema de lotería de visas de diversidad, restablecer el límite anual de admisión de refugiados a 125 mil personas y abordar temas migratorios con los gobiernos de Canadá, El Salvador, Guatemala, Honduras y México. En cambio, Donald Trump continuaría con su agenda, que incluye continuar con los vetos migratorios para personas de origen musulmán, a quienes cataloga como grupos de riesgo para la seguridad nacional; seguir con las deportaciones hasta llegar a los 11 millones de indocumentados deportados, la construcción del muro en la frontera con México sigue en pie y lo sigue usando para convencer a los votantes, crear un sistema de méritos donde las personas que quieran migrar a Estados Unidos tendrán que comprobar que lo merecen o que harán un bien al país, incrementar el precio de las visas y acabar con la ciudadanía por derecho de nacimiento, para lo que pretende modificar la Constitución para que pese a nacer en Estados Unidos, la ciudadanía se obtenga por otros mecanismos. Trump asegura que muchas mujeres embarazadas van a Estados Unidos para dar a luz y que sus hijos se conviertan en estadounidenses. A esto le llama los “niños ancla”. Esas son a grandes rasgos las propuestas de ambos candidatos en el tema migratorio, pero lo que sí es cierto es que el mandatario michoacano ha violado el principio de la doctrina Estrada que señala la no intervención en los procesos internos de otros países, ya que no hay que olvidar que no lo dijo un columnista o un ciudadano equis; el llamado lo hace un gobernador, es decir, un funcionario del Estado mexicano y que, como tal, debe abstenerse de tratar de incidir en procesos políticos de otros países, así como un extranjero no tiene permitido interferir en los comicios que se celebran en México. El gobernador señala que el llamado lo hizo porque le preocupan los más de 4 millones de migrantes michoacanos radicados en Estado Unidos, y eso está bien, pero su calidad de gobernador y los demás cargos públicos que ha tenido también han significado oportunidades para apoyar a los migrantes desde acá, ¿cómo?, evitando que se conviertan en eso, migrantes. El estado de Michoacán tiene un nivel económico que se podría considerar, en términos de economía pedestre, amolado, son muy pocas oportunidades de empleo, y las que hay muchas de ellas son mal pagadas. Entonces, a un padre de familia que aquí no tiene un trabajo que le permita dar una calidad de vida suficiente a su familia no le queda sino la migración, ya sea a otro estado del país o a Estados Unidos, porque en muchas ciudades, pueblos y comunidades, o te vas al norte o no tienes casa, tus hijos padecen hambre y demás estragos que causa la pobreza, y esto no es opinión mía, pregunte a cualquier migrante y le dirá eso mismo. Así que lo que el gobernador debe hacer no es proselitismo en favor de los demócratas de Estados Unidos, sino trabajo en favor de los michoacanos para que no tengan que irse del estado. Pero en ese mensaje en video que el gobernador emitió hay otro entre líneas: reprochar a López Obrador, por ejemplo, el haber ido a Estados Unidos, y mire usted que esa visita le salió cara al presidente frente a la opinión pública, pues para los detractores del presidente, que son muchos, entre ellos el gobernador michoacano, esa visita fue como irse a poner de tapete para el gobierno de Estados Unidos, olvidando que sólo fue una visita de Estado, como tantísimas que hicieron presidentes anteriores alrededor del mundo. En fin, la política exterior mexicana ya también es carne política y así seguirá siendo, todo ello al tiempo que Silvano Aureoles sigue en pleito casado con el gobierno federal, y mientras, los michoacanos sufren por las escasas oportunidades de desarrollo que los orillan a buscar nuevos horizontes. Postdata: destápate, a ver qué cae Por cierto y en otros temas, me pregunto a qué cargo aspirará Antonio Soto, el diputado local perredista que esta semana se destapó para buscar la candidatura a la gubernatura. Es claro que no aspira tanto al Solio de Ocampo, pues no cuenta con el capital político para ser un contendiente serio, así que más bien hay que ver a qué le va tirando porque, lo sabemos, la clase política está llena de gente que no sabe trabajar en otra cosa que no sea en la función pública, pues bien entienden aquellos viejos preceptos priistas: vivir fuera del presupuesto es vivir en el error, y quien se mueve no sale en la foto. Es cuánto.