Jorge A. Amaral Esta semana falleció un referente del periodismo en México, un icono de la fotografía periodística: Enrique Metinides. Este hombre tuvo tal genialidad, que logró hacer de la nota roja un arte. A simple vista su lente retrató muchas tragedias, pero en esas imágenes siempre hay algo más: la idiosincrasia del mexicano ante los hechos trágicos. En las fotos de Metinides casi siempre hay un elemento que no se debe pasar por alto: las personas que atestiguan los hechos. Estas personas bien pueden estar ayudando, bien pueden ser no más que curiosos de esos que se acercan como diciendo “quiúbole qué”, lo mismo que víctimas o acompañantes de estas. No importa, Metinides los retrató de tal forma que muchas veces terminan robando cámara, posicionándose como el centro de la imagen. El fotógrafo captó eso: las tragedias son humanas y por eso llaman la atención de otros humanos, al grado de que, en muchas de esas imágenes, los mirones y policías hacen una pausa y se cuadran para salir en la foto, o cuando menos voltean a ver la cámara. En estas fotos sucede algo curioso: sabemos que hay uno o más muertos, que acaba de ocurrir una tragedia, pero no necesitamos ver al despanzurrado para dimensionarla, sino que basta ver la cantidad de gente que se congregó o los destrozos que quedaron para darnos una idea de lo duro que fue el trancazo. En el trabajo de Metinides no hay ese zoom pornográfico que se empeña en mostrar sangre, tripas y pelos; aunque el maestro sí muestra la crudeza de los hechos, se esmera por hacerlo más sutil pero igual de dramático, y por eso retrata el entorno: no el balazo en la cabeza, sino dónde terminó tendido ese hombre baleado, con quién estaba, cuánta gente se dio cuenta. Quizá esa infancia viendo películas de gánsteres influyó en su manera de hacer fotografías. Dirá algún abusadillo que qué tiene eso de artístico, siendo que hay fotógrafos que sí hacen arte. La cosa es que muchos artistas tienen tiempo para preparar sus fotos: la luz, los elementos, la disposición de todo ello, y pueden repetirlo y editarlo las veces que sea necesario. Quizá tomen 500 fotos y terminen quedándose con 10 de ellas. Pero en el fotoperiodismo no hay esas facilidades. La mayoría de las veces el fotoperiodista tiene unos segundos, y si duda un poco, ya perdió la imagen. Ahí no se puede repetir la escena, y aunque el muerto no se mueva, el policía no se va a quedar quieto; y aunque el mirón se cuadre para la foto, se verá precisamente posada, fingida, y tampoco se le va a pedir al familiar de la víctima que voltee o haga cara como de que sufre mucho o se limpie el moco. En fin, es difícil lograr una obra de arte cuando la cámara es lo único sobre lo que se tiene control. Con Enrique Metinides se va una era en el fotoperiodismo, una forma de retratar la tragedia, una manera de contar historias, pero como su estilo a muchos ha influido e inspirado, sin duda el legado permanecerá vigente muchísimos años más. Trece, y contando México sigue siendo uno de los países más letales para el ejercicio del periodismo. ¿Recuerda que la semana pasada hablábamos de los lentes rotos de Vicente Serrano y la presteza de las autoridades para apoyarlo?, bueno, pues esta semana de nueva cuenta la violencia hace víctimas a periodistas, ahora dos mujeres en Veracruz, con lo que ya suman 13 periodistas asesinados, y eso es mucho más grave que los lentes rotos de un porrista del régimen: El 10 de enero se halló el cadáver de José Luis Gamboa en la ciudad de Veracruz. El cadáver presentaba, como mínimo, siete heridas de arma blanca, según medios locales. Gamboa era fundador y editor del portal de noticias Inforegio y era uno de los fundadores y editores del medio digital La Noticia. En esos medios digitales y en sus redes sociales, informaba y opinaba sobre temas de seguridad ciudadana, como la incapacidad del gobierno de Veracruz para actuar frente a la delincuencia organizada. Margarito Martínez, reportero gráfico freelance, murió víctima de disparos a manos de un sujeto no identificado frente a su casa, en Tijuana, Baja California, el 17 de enero. Era un veterano reportero gráfico con más de 20 años de experiencia en Tijuana. Sus fotos aparecieron en el semanario Zeta Tijuana, en el periódico La Jornada de Baja California y en el sitio web Cadena Noticias, entre otros medios informativos. Lourdes Maldonado fue asesinada la tarde del domingo 23 de enero en Tijuana, frente a su casa en el fraccionamiento Las Villas. En 2019, Lourdes Maldonado acudió a la mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, donde expresó su temor debido a la demanda que presentó contra el exgobernador Jaime Bonilla. “Temo por mi vida”, aseguró en ese entonces. Lourdes Maldonado cubría temas de corrupción y política en la entidad y había sido víctima de agresiones previas por su labor, por lo que contaba con medidas de protección del mecanismo de Baja California que se activa cuando un periodista pide ayuda por haber sido amenazado. Roberto Toledo, camarógrafo y editor de video del medio digital Monitor Michoacán, fue muerto a tiros el 31 de enero de 2022 en Zitácuaro. Al mediodía, Toledo estaba en la oficina del abogado Joel Vera, también editor de Monitor Michoacán, para grabar un video, cuando sonó el timbre de la puerta. Cuando abrió, los atacantes le dispararon desde la calle. Desde el Ayuntamiento hasta el gobierno federal desestimaron que Toledo fuera periodista y lo catalogaron como auxiliar de un despacho de abogados, incluso se trató de relacionarlo con un cártel, pero ante la presión de la prensa tuvieron que recular y reconocer que sí se dedicaba al periodismo. Marco Antonio Islas Flores, de 31 años, fue asesinado en la madrugada del 6 de febrero en Tijuana, Baja California. En el lugar del crimen fue dejada una supuesta narcomanta, cuyo mensaje no se dio a conocer, pero tendría que ver con que “llegó la nueva administración”, en referencia a un grupo delictivo. Herber López Vásquez fue asesinado a balazos la noche del 9 de febrero al interior de su estudio en el puerto de Salina Cruz, Oaxaca. Era director del portal Noticias Web Oaxaca, donde desde hace años documentaba casos de corrupción. El 21 de febrero, el cuerpo de Anahí Michell Pérez Tadeo fue localizado en el kilómetro 32 de la carretera Picacho-Ajusco, en la alcaldía de Tlalpan, de la Ciudad de México. También conocida como Michel Simón, era conductora de deportes y modelo. Jorge Camero, quien dirigía el portal de noticias El Informativo, recibió varios disparos el 24 de febrero, cuando se encontraba dentro de un gimnasio en la colonia Libertad, del municipio Empalme, Sonora. En el lugar se recolectaron ocho casquillos de bala calibre 9 milímetros. El periodista había sido secretario particular del alcalde de Empalme, pero solicitó una licencia al Ayuntamiento el 9 de febrero luego que se difundiera en las redes sociales un video en el que se le señalaba por participar en una estructura criminal, situación que estaba siendo investigada por las autoridades. El 3 de marzo fue asesinado en Fresnillo, Zacatecas, Juan Carlos Muñiz, reportero del portal de noticias independiente Testigo Minero. Muñiz también se desempeñaba como taxista y vivía con mucho sigilo por los contactos de alto nivel que sostenía en la zona, entre ellos, elementos del Ejército y de la Guardia Nacional. El reportero firmaba sus reportajes sobre crimen organizado con los pseudónimos “Rigoberto” y “El TX”. En su casa, en Zitácuaro, el 15 de marzo fue asesinado el director de Monitor Michoacán, Armando Linares López. Linares López denunció que había recibido amenazas de funcionarios del Ayuntamiento de Zitácuaro por denunciar actos de corrupción. “Exhibir corrupción de funcionarios llevó a la muerte a uno de mis compañeros”, aseveró Armando Linares en un video difundido en Facebook el 31 de enero. Luis Enrique Ramírez Ramos fue encontrado muerto el pasado 5 de mayo, después de haber sido privado de la libertad un día antes cuando salía de su domicilio en Culiacán, Sinaloa. El periodista estaba bajo la protección de la organización Artículo 19 después de que asesinaron a cuatro personas relacionadas con él porque publicaba notas comprometedoras de la política sinaloense. “Yo no escribía del narco, sólo de política”, decía Luis Enrique Ramírez, y agregaba que el gobierno de Sinaloa a veces es intolerante a la crítica. El 9 de mayo, la reportera Yessenia Mollinedo Falconi y la camarógrafa Sheila Johana García Olvera fueron asesinadas en el estacionamiento de un Oxxo en Cosoleacaque, Veracruz. Lamentablemente esto no se ve para cuándo termine si desde Palacio Nacional se fomenta el desprestigio, el acoso y las agresiones a los medios de comunicación. A tener en cuenta Hay cosas que debemos anotar por ahí, donde no se traspapele, para ver qué curso siguen: Se rumora que el Cártel de Sinaloa habría financiado la campaña de López Obrador a través de Manuel Bartlett, quien es viejo conocido de los capos sinaloenses desde sus años al servicio de los expresidentes Luis Echeverría y Miguel de la Madrid, así que no suena inverosímil. El crimen organizado le acomodó tremenda y vergonzosa corretiza al Ejército en Nueva Italia, pero dice el presidente que se cuida también a los delincuentes y sus derechos. Por lo pronto sólo vemos una sombra y no sabemos quién es el árbol y quién recibe el cobijo. No se descarta postular a Silvano Aureoles para senador. ¿Tan jodido está el PRD que no hay a quién más poner?, ¿tan buenos amarres dejó el exgobernador que sus correligionarios están así de comprometidos con él?, ¿seguirá pensando que puede ser un buen candidato presidencial?, ¿tan mal pagan en gobierno del estado que tiene que seguir chambeando? Quién sabe, los políticos son insaciables. Es cuánto.