LA CASA DEL JABONERO | Morena o neoPRD, ya ni se sabe

Como elector, no es muy grato que digamos ir a votar por un partido distinto al que gobierna y de todos modos ver los mismos nombres y las mismas caras en cada cambio de administración

Jorge A. Amaral

Por fin se dio a conocer cómo está integrado el equipo de transición del gobernador electo, el morenista Alfredo Ramírez Bedolla. Entre los integrantes del equipo hay algunos jóvenes en la política, no porque estén chavitos, sino porque no tienen mucho camino andado, al menos no por la senda pública. Pero hay otros de amplia trayectoria, y entre ellos destacan los que han sido funcionarios estatales en administraciones perredistas, desde Lázaro Cárdenas Batel hasta Silvano Aureoles. Otros provienen de otros partidos, como el PRI y el Partido Verde.

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Tal pareciera ser que la composición de este equipo implica que el PRD no ha perdido Michoacán, ya que, con tanto amarillo de nacimiento que ya figura para integrar la administración de Ramírez Bedolla, quien también tiene un pasado perredista, el sol azteca, o al menos su aura, se mantiene con los reales bien sentados en Michoacán.

En la lista hay personajes ampliamente conocidos por su militancia perredista más que por la morenista, como Carlos Torres Piña, Mariana Sosa Olmedo, Claudio Méndez, Elías Ibarra Torres, Giulianna Bugarini Torres, Víctor Báez Ceja y otros que han sido presidentes municipales, líderes estatales de partido, diputados o secretarios en el gobierno del estado, todo bajo los colores amarillo y negro.

Entre esos personajes está Gabriela Molina Aguilar, quien con Silvano Aureoles fuera directora del Sistema Michoacano de Radio y Televisión.

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Abro paréntesis anecdótico: La uruapense se vio envuelta en la polémica en 2015, cuando fue despedido el corresponsal del SMRTV en Uruapan, Lamberto Hernández, a quien su entonces jefe inmediato, Sergio Cortés Eslava, le avisó de la suspensión de la relación laboral. Al reportero, con amplia experiencia, al cuestionar el motivo, el funcionario le dijo que el argumento era la reestructuración de la Subdirección de Noticias, pero que en realidad, la directora Molina Aguilar se había expresado de una manera “muy majadera, discriminatoria y prepotente”.

Entonces, Lamberto Hernández solicitó a su entonces jefe que le expidiera una versión escrita del incidente, que fue anexada a la queja presentada ante la Visitaduría en Uruapan de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, documento en el que se asentó: “Quiero hacer constar que la directora en cuestión, frente a mí y dirigiéndose a mi persona mientras veía el televisor donde salía la imagen de Lamberto Hernández Méndez, me dijo textual: ‘No es que sea racista, pero mira nada más…, dile que nos vamos a aguantar por el momento, que vamos a reestructura Noticias”. Se cierra el paréntesis.

Pero no sólo hay experredistas en el selecto grupo del gobernador electo, también hay perfiles como Eustolio Nava Ortiz, egresado del PRI, o Roberto Monroy, muy cercano a Fausto Vallejo y hoy morenista converso; Marx Aguirre, de estirpe priista pero hoy comprometida con el Partido Verde; el que fuera secretario de Educación estatal con Víctor Manuel Tinoco Rubí, David Alfaro Garcés, o Yarabí Ávila González, también con pasado tricolor.

Aclaremos un punto: no estoy diciendo que sea malo, al contrario, es bueno que el gobernador electo se rodee de pluralidad, eso evitará las visiones unilaterales y el fanatismo gubernamental, pero que no se les ocurra venir a enjaretarnos a Morena hasta en la sopa, porque más de alguno de ellos tiene su pasado de observaciones, auditorías y demás.

Algo que se le reconoce a Ramírez Bedolla es que en ese equipo no figuran personajes como Juan Carlos Barragán. Que lo deje allá, en el Congreso, donde le saldrá caro al erario, pero al menos no andará tan ocupado en Morelia jalando reflectores para posicionarse en busca de su anhelado sueño de ser candidato a presidente municipal de la capital del estado.

Por otro lado, no podemos exigir que el equipo de transición y eventual gabinete alfredista, ramirista o bedollista (habrá que ponernos de acuerdo para ponerle etiqueta) esté conformado por morenistas de pura cepa, porque por ahora es imposible que eso ocurra, a menos que en las secretarías y demás dependencia tengamos amenores de edad. No hay que ser tan puristas en ese sentido porque, a final de cuentas, los políticos sólo cambian de color, y el que tiene malas prácticas las va a tener siempre. Claro, la mayoría son hoy morenistas, pero tampoco hay que exigirles que se comprometan con su partido, que no hagan lo que el presidente, sino que su compromiso sea con la sociedad michoacana, que tan malos gobiernos ha tenido, y muchos de los integrantes del equipo de transición lo saben porque han estado en esas administraciones.

Una cosa sí es cierta: como ciudadano, como elector, no es muy grato que digamos ir a votar por un partido distinto al que gobierna y de todos modos ver los mismos nombres y las mismas caras en cada cambio de administración, pero así es la política, recordemos que el que se mueve, no sale en la foto, y que vivir fuera del presupuesto es vivir en el error. Es cuánto.