Jorge A. Amaral Para nadie es nuevo que en este país la inseguridad es uno de los mayores problemas y que para el siguiente gobierno será uno de los retos más grandes, por eso llama la atención que las candidatas y candidato presidenciales no traen en el folder nada realmente sólido para enfrentar este tema, puras vaguedades y obviedades. Pero veámoslo con detenimiento para entender mejor, porque este tema está en la agenda del primer debate que se realizará el 7 de abril próximo. Ya en el camino lo vamos comentando. La estrategia de seguridad trazada por el presidente López Obrador y que en la campaña de Claudia Sheinbaum lleva por bonito nombre “República segura y con justicia”, gira en torno a cinco ejes de continuidad: 1. Honestidad y atención a las causas: como es de esperarse, atender las demandas de los jóvenes con inclusión, sin estigmatizar ni criminalizarlos, algo ya hecho desde el inicio del actual sexenio, cuando, luchando contra el estereotipo de los “ninis”, se crearon becas para jóvenes para irlos insertando en el campo laboral. A la par de esto, la candidata retomaría un programa que ya implementó en la Ciudad de México, “Jóvenes unen al barrio”, que consiste en acciones de corte social y educativo para alejarlos de las calles y la violencia. 2. Consolidar la Guardia Nacional para, según esto, evitar que se corrompa, pero también que tenga más presencia, por lo que no se descarta reclutar más agentes. Así que ya sabe: seguiríamos viéndolos paseándose por las ciudades. Quizá en otros puntos del estado realizan detenciones, espectaculares operativos y acciones contundentes contra la delincuencia, en Morelia sólo los vemos paseando y acordonando escenas del crimen. ¿Exagero? Su cuartel está en Villas del Pedregal, que sigue siendo considerado uno de los asentamientos más inseguros de Morelia. 3. Fortalecer la inteligencia y la investigación; es decir, integrar labores de inteligencia en todas las instancias de seguridad para mejorar la coordinación a la hora de resolver crímenes y prevenir la violencia. ¡Ah chingá! ¿Que no se supone que eso ya debería estarse haciendo? ¿quiere decir que cuando atrapan a un objetivo delincuencial prioritario no es por las cacareadas labores de inteligencia, sino por dedos y cuatros? 4. Coordinación entre policías estatales y las fiscalías pues estas últimas, a decir de la candidata, con su carácter autónomo trabajan fuera de las instrucciones del gobierno, de ahí la iniciativa de que trabajen más estrechamente con el gabinete de Seguridad. ¿Y si mejor no se refuerza la parte de la judicialización para que los delitos realmente sean investigados? Recordemos que en Guerrero, por ejemplo, no se esclarecen asesinatos y nadie va preso por esos delitos. 5. Seguir con la reforma que AMLO le quiere hacer al Poder Judicial para que los jueces de la Suprema Corte sean elegidos mediante el voto popular, además de hacer una serie de modificaciones a la ley que le quitarían recursos, a fin de evitar conflictos de interés. O sea, sí se gasta un dineral en el Poder Judicial, pero en cuanto a sus nombramientos por la vía del voto ciudadano, algo me inquieta: si el electorado muchas veces no sabe elegir ni siquiera un buen presidente municipal, ¿podrá votar por el mejor juez? Xóchitl Gálvez, aprovechando que la violencia es uno de los mayores problemas a enfrentar, lo ha puesto como parte importante de su agenda a fin de sacarle provecho. Veamos algunos puntos: 1. Toda la fuerza del Estado contra el crimen organizado y para atender las demandas de justicia de las víctimas: o sea, guerra contra el narco. 2. Que el Ejército deje de hacer tareas administrativas y de obra pública y se enfoque en labores de seguridad: o sea, guerra contra el narco. 3. Destinar a las policías más presupuesto, tecnología, equipo y mejoras salariales, y que los hijos de los agentes reciban becas. Crear la Universidad Nacional para la Seguridad y duplicar el estado de fuerza: más policías mejor preparados y con mejores sueldos para que no deserten ni se corrompan cuando se desate la guerra contra el narco. 4. Establecer un acuerdo entre los tres órdenes de gobierno, legisladores y sociedad para analizar, aprobar y evaluar las estrategias contra la delincuencia organizada: o sea, crear un cuarto de guerra contra el narco. 5. Duplicar el número de fiscales y juzgadores locales, mejorando los marcos jurídicos para mejores procesos y proteger a las víctimas: es que, de verdad, de nada sirve que un policía o soldado se arriesgue atrapando delincuentes en el sistema judicial está la puerta giratoria, aceitada por fiscalías que no integran bien las carpetas de investigación. 6. Pasar de 150 mil a 300 mil agentes de la Guardia Nacional pero ponerles un mando civil, algo así como un Genaro García Luna 2.0, ya ve usted que eso fue una genialidad en la guerra contra el narco. 7. Un mejor uso de la tecnología para combatir al crimen y mejorar las labores de inteligencia, con lo cual la candidata y su equipo demuestran que han encontrado la receta del agua tibia. 8. Edificar una megacárcel como la de Bukele y que los penales federales puedan recibir a personas de alta peligrosidad. Creo que no es necesario hacer más cárceles, basta con que no haya corrupción en las que ya existen, que no se den los autogobiernos, que un narco no pueda seguir operando desde adentro. 9. Consolidar equipos policiales de reacción en cada estado para combatir al crimen organizado y hacer una lista de objetivos principales para debilitar a cárteles. Nada nuevo, porque eso ya existe desde que inició la guerra contra el narco. 10. Que la búsqueda de desaparecidos sea prioridad, proteger a las organizaciones de personas buscadoras, periodistas y defensores de los derechos humanos. A la par, crear un fondo nacional de atención a víctimas para atender a los hijos de personas desaparecidas y víctimas de violencia. Este tema es urgente, ya que los gobiernos federal y estatales han quedado a deber en materia de derechos humanos. 12. Establecer una “agencia binacional de aduanas” para evitar la entrada de armas de Estados Unidos a México y la llegada de precursores químicos de fentanilo. En este punto la candidata no tiene que crear nada, porque la infraestructura y el andamiaje están, sólo es cosa de que quien tenga que activarse se ponga a trabajar. Finalmente, Jorge Álvarez Máynez no ha presentado una estrategia de seguridad en forma, pero ya dejó ver algunas de sus intenciones: 1. En lugar de la megacárcel de Xóchitl, mejor una academia nacional para policías. Aunque ya hay academias por todo el país, al menos en el caso de los municipales sí hay que darles una formación más amplia y sólida para que no anden haciendo tarugadas. 2. El emecista dice que hay que poner un alto a la militarización del país y que la vía civil sea la respuesta. Eso suena padrísimo, tanto lo que él como lo que Xóchitl dicen, pero si vemos los niveles de corrupción en las corporaciones, no hay mucho para dónde hacerse. De nada sirve que pongan al frente al papa, Superman o el Gallo Bartolito si son tan corruptos como sus agentes. 3. También propone regular sustancias para restar poder al narco. Esto incluye terminar de despenalizar la marihuana y otras drogas. Tiene lógica: si es legal ya no es negocio para el narco, lo malo es que el tráfico de enervantes no es el único delito que financia a los cárteles, que tienen toda una gama de actividades, ¿o qué?, ¿también va a regular la trata de personas? 4. Combatir la impunidad, mejorar la operación de los Ministerios Públicos, resolver conflictos con la justicia alternativa y no con la penal en la medida de lo posible y quitarle al crimen organizado poder sobre la estructura del Estado para poder desarmar los esquemas de corrupción. Como vemos, muchas buenas intenciones, cada candidato según lo que considera conveniente o según lo que le marcan en la agenda sus superiores. La idea de resumirlo aquí es que lleguemos más enterados al debate del 7 de abril, porque estoy seguro de que ese día más bien será un circo entre dimes y diretes, señalamientos, pifias y ataques entre candidatos, pero, como suele suceder, nada serio que pueda servir a los electores. Por lo pronto yo me voy de vacaciones: tengo mucha música por escuchar, mucho por leer, mucho por comer y mucho por hacer con los míos; nos leemos en unas semanas. Es cuánto.