Juan Pablo Ríos y Valles Se acercan las elecciones, ya todo sabe a campaña, los movimientos de los políticos tienen estrategia, los mensajes dedicatoria y los colores de las corbatas no pueden dejar de observarse. Aún no queda claro quién se junta con quién para ganarle al otro, primero estaban todos contra MORENA, luego el PRD se sintió gallo y aprovechó que el PAN se desinfló para convocarlo en coalición, pero el del milagro fue el PRI. La elección del Estado de México demostró que, lo que bien se aprende nunca se olvida y que la educación a nalgadas rinde fruto. Lo digo porque Alfredo del Mazo desempolvó la maquinaria, movilizó, golpeó, compró y hasta pagó con tal de ganar y ganó; mientras que AMLO recordó que denunciar robos electorales, tomar calles y descalificar la elección le salió muy caro en 2006 y 2012 y ya mejor dejó que le quitaran la victoria. Lo que no me queda claro es si los ciudadanos aprendemos del pasado: de algunos escucho que lo que nos alecciona es la decepción de laalternancia, que los gobiernos de antes eran autoritarios pero mantenían el orden, corruptos pero no escandalosos, rateros pero repartían; de otros que se nos olvida, que no recordamos lo que significa la censura, que menospreciamos la dicha de elegir democráticamente, que antes era imposible prosperar si se estaba mal con el de arriba. Pero ellos sí saben leernos, entienden que no pensamos, que aceptamos lo que nos den y que puede más un copete bien peinado que una idea estructurada; por eso caemos una y otra vez, porque el hartazgo político genera ciudadanos que prefieren hacer suya la primer “buena razón” para votar por alguien que tener que razonar las propuestas e ideologías de uno y otro. En 2012 el tricolor armó la estrategia para sacar de los Pinos al que prometió que a Michoacán le iba a ir muy bien. Leyó perfecto al electorado, había que mostrar imágenes frescas, candidatos con menos de 50 años, que tuviesen elocuencia al hablar, se dejaran abrazar y saludaran de beso, que les gustaran las selfies y negaran sus nexos con el pasado, les denominó El Nuevo PRI. Lograron carro completo en varias entidades, retapizaron la silla de águila, ofrecieron nuevos cojines en las Curules y Escaños de la oposición para que cómodamente firmaran el Pacto por México y así comenzaran a gobernar sin contratiempos. Pero el maquillaje se corre con el tiempo y tanto dinero entre sus manos hizo que Javier Duarte, Roberto Borgey César Duarte demostraran que el Nuevo PRI era la sofisticación del robo. A Peña le ha tocado la difícil tarea de crear una nueva cortina, una que nos vuelva a hacer creer que se han reformado, que esta vez no necesitan el Madrazo que los llevó a tercera fuerza para resurgir. La nueva estrategia es la de incorporar ciudadanos como candidatos. En tiempos de mi abuelo les decían títeres, hoy el adjetivo es “candidato ciudadano” o simpatizante, para que los que llevan años formados en la cola del hueso no sientan tan feo al ver que se les meten, pero la definición real es la misma. Este mes el Presidente de la República viajó a Campeche para atestiguar que la estructura se alineara, con gran capacidad para leer el telepromter, tono de voz alzado y copiosas interrupciones por aplausos, se fraguó el plan. Se eliminó la restricción que obligaba a los aspirantes a cumplir con 10 años de militancia y con este cambio se dibujó la estrategia Presidencial. José Narro aparece como un hombre culto, experimentado y de edad con capacidad para arrebatarle al grupo de intelectuales a AMLO y simpatizar con los jóvenes por haber sido Rector de la UNAM; Si se llegase a requerir a un Estadista, a quien demuestre capacidad tecnocrática y conciliadora está José Antonio Meade, quien ya se hace llamar Pepe Meade por si alguno lo sintiera lejano y frío; Finalmente se habilitó a Aurelio Nuño, sólo por si el modelo de 2012 se vuelve a necesitar, él también sabe de imagen, es un guapo para las señoras y un duro para los traidores, tiene buena exposición mediática y su peor error ha sido premiar a una niña que le corrigió por decir “ler” en vez de leer. Todos tenemos puesta la vista en la presidencial, pero este contrato tiene letras chiquitas, la restricción se eliminó para todas las candidaturas del país. Tener buenos candidatos sin experiencia política, permitiría al PRI utilizar su potente maquinaria, evitar el desprestigio de sus dinosaurios y tomar el control de cámaras, gobernaturas y alcaldías con gente bien intencionada, emocionada y lo suficientemente controlada como para que detrás de ellos sea el partido el que opere. Difícil pensar que quien lleva 10 años formado y pintando bardas acepte que le quiten su lugar en la boleta y la oportunidad de hacer negocios, a menos que la segunda sea tan grande que esté dispuesto a enriquecerse sin que su prestigio se ensucie y sin riesgode ir a la cárcel; aceptar la oferta será cuestión de ego. Juan Pablo Ríos y Valles Boysselle juanpablo@riosyvalles.org facebook.com/jpriosyvalles @jpriosyvalles