La casa del jabonero

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

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Zapatistas fifí

Jorge A. Amaral

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Dice José Manuel Mireles, a la letra, que “Dudo d la autoridad moral del mov. zapatista; después del 94 jamás estuvieron ahí -ni de dicho, ni de hecho- donde se derramó sangre en el país. En Mich ni su solidaridad recibimos. Una lástima que líderes lucren pretendiendo hacer ver que los indígenas están en contra del cambio”, así, textual, escribió el médico en su cuenta de Twitter, en clara referencia a la oposición mostrada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional a la construcción del Tren Maya, el proyecto más ambicioso de la administración lopezobradorista para el sureste.

La crítica del médico, lanzada como petardo, se entiende hasta cierto punto: hombre afín al presidente, asesor de AMLO en cuanta cosa le pidan (salud, derechos humanos, seguridad, así lo dijo), obvio que tiene que defender la camiseta del nuevo gobierno y pugnar, como sujeto mediático que es, por que la Cuarta Transformación avance pese a la resistencia.

El punto a debatir sobre la construcción del Tren Maya parte de tres situaciones muy básicas: se definió en una consulta llevada a cabo a nivel nacional, sin considerar estudios de impacto ambiental ni ponerlos sobre la mesa para que los votantes tomaran una decisión bien informada; en segundo lugar, quienes decidieron en esa consulta, como en el caso del aeropuerto de Texcoco, si acaso una reducida minoría son especialistas en el tema, el resto son admiradores del presidente o detractores que con base en filias y fobias se decantaron por una opción; y tres, nunca escuchamos la respuesta de la Madre Naturaleza cuando el presidente le pidió permiso de iniciar la obra.

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El señalamiento de Mireles es el que pudo haber hecho cualquier admirador del presidente: si uno dice que AMLO está haciendo todo bien, que es un gobernante justo y sabio, es uno progresista y quiere el bien de México, pero si lo critica, si señala los errores en los que incurre el Ejecutivo federal, se es mezquino y neofascista.

En fin, creo que el médico Mireles debería informarse un poquito más sobre la historia del movimiento zapatista, sobre sus fines y propósitos. No fue creado con el mismo fin que Mireles creó las autodefensas, eran momentos y contextos muy distintos. El EZLN se conformó para luchar por los derechos de los pueblos indígenas, por visibilizarlos, por mostrar la marginación y olvido en que han vivido y luchar contra ello a través de la organización comunal, el buen gobierno. Sus fines han sido muy distintos de los perseguidos por lo autodefensas, por ello no había que esperar apoyo o solidaridad del EZLN a los autodefensas de Michoacán. Pudo ser que haya habido empatía, pero los zapatistas no iban a mandar elementos a Michoacán a luchar contra los templarios a lado de Mireles.

Sobre lo que ha hecho el EZLN en estos 25 años, sobre todo después de que pasó lo más álgido del conflicto en Chiapas, el comunicado lo dice, y cualquiera que conozca, aunque sea de lejos, el trabajo en los Caracoles, puede dar cuenta de ello: “Cuál es eso que decimos que estamos demostrando, ahí está, lo tenemos a nuestro frente; el pueblo aquí es el que manda, tiene su propia ideología, tiene su propia cultura, va creando, va mejorando, va corrigiendo, va imaginando y se va practicando. // Eso es lo que somos, eso. Aquí el mal gobierno no manda, mandan las mujeres y los hombres, las que están organizadas y los que están organizados. Los que no están organizados, siguen creyendo a esa desesperanza que se dice, no es esperanza”.

Los zapatistas, en su comunicado del 1 de enero, celebrado los 25 años del alzamiento armado, dicen que simple y sencillamente no confían en el nuevo presidente pues la consulta sobre el Tren Maya y el pedirle permiso a la Madre Tierra no fue sino pura simulación:

“Aquel que está en el poder, es mañoso, ¿y cuál es la maña que hace? Que hace de que está con el pueblo de México y engañando a los pueblos originarios y demostrando que se hinca en la tierra pidiéndole permiso Aquel que está en el poder, es mañoso, ¿y cuál es la maña que hace? Que hace de que está con el pueblo de México y engañando a los pueblos originarios y demostrando que se hinca en la tierra pidiéndole permiso como creyendo de que todos los pueblos originarios lo creen y aquí nosotros le decimos, no lo creemos eso, al contrario.

“¿Cómo es eso que al contrario? Eso de que disimula que agarra nuestros modos, nuestras costumbres, que pide permiso a nuestra madre tierra; nos está diciendo, dame permiso madre tierra para destruir a los pueblos originarios, eso es lo que dice eso, le hace falta entender a esos otros hermanos pueblos originarios. Eso es lo que está haciendo ese señor, nosotros no lo creemos. Sólo porque la madre tierra no habla, si no se lo dijera ¡Chinga tu madre! Porque la tierra no habla, si fuera, ¡No, vete a la chingada!”.

Claro, hay quienes dicen que de algunos años para acá el EZLN no hizo nada, que no actuaron cuando la violencia se volvió más cruenta en el país. Revisando la base de datos de sus comunicados, han estado muy ocupados manteniendo lo logrado en Chiapas: la organización comunal, el sistema educativo, sus modos de producción, la defensa del entorno natural, etcétera. Claro que desde algún café del Centro eso no se nota.

Como sea, hoy los zapatistas también pueden ser considerados mezquinos y neofascistas por oponerse al desarrollo, al progreso, al cambio; sólo hay que recordarle al doctor Mireles y a los admiradores de AMLO que, durante el sexenio pasado, a quienes se opusieron a las reformas estructurales, entre ellos la mayoría morenistas, también se les acusó de negarse al cambio, al desarrollo y progreso del país. Y digo, basta recordar que hace uno meses se tiró por la borda la inversión en un antiguo lago, pero se le dio luz verde a la intervención en uno de los ecosistemas más importantes del país.

Pero además del impacto ambiental, está el impacto cultural y antropológico del proyecto, pues habrá que valorar de qué manera incidirá en las comunidades indígenas, con un arraigo al territorio; cómo van a asumir que el tren pase por lugares que incluso sean considerados sagrados para las comunidades. Es similar al impacto del muro de Trump para las tribus indígenas de la frontera norte y la fauna de la zona.

En fin, mientras son peras o son manzanas la polarización ahí está y AMLO ya dijo que no lo van a cucar, así que seguramente el tren va sí o sí, sin importar los argumentos en contra, sin importar las comunidades por donde pasará, pues si se oponen, hablaremos de indígenas mezquinos, neofascistas y fifís. Es cuánto.