LA CASA DEL JABONERO | Urge la estrategia

El espectro de sangre y muerte está prácticamente en toda la entidad, con sus focos rojos, pero es omnipresente en Michoacán.

Jorge A. Amaral

Seguramente se enteró que el 1 de noviembre por la noche, un grupo de vecinos de Tarecuato, municipio de Tangamandapio, salió a un lugar conocido como Los Hucuares a buscar panales para adornar las tumbas al día siguiente. En total eran 11 personas, todos varones, 6 de ellos eran unos adolescentes. Los criminales los mataron a sangre fría, una ejecución sin sentido ni razón.

PUBLICIDAD

Ellos, los 11 fallecidos, eran gente ajena a los grupos delictivos, en su mayoría se dedicaban al corte de aguacate. Todo esto lo dijeron las mismas autoridades, quienes admitieron que ese municipio es un foco rojo debido a los altos índices de violencia por las pugnas entre cárteles.

Ya el jueves, luego de que la gente del pueblo cerró la carretera y advirtió con alzarse en armas, fue que las autoridades entraron. Eso está muy bien, ojalá así lo hicieran en todo el estado, pero sabemos que eso no es posible, al menos no por ahora.

Entre toda esta polémica hubo algo que llamó mi atención: primero, que las autoridades aceptaran que se trató de víctimas inocentes. Ya no fue como en tiempos del entonces secretario Godoy Castro, para quien todas las víctimas de homicidio eran criminales, o como en tiempos de Silvano Aureoles, en que los muertos en realidad eran criminales de Jalisco que venían a matar o morir al estado. Ahora sí se admitió que eran personas inocentes, que fueron víctimas, y ya se mandó un despliegue operativo para garantizar la seguridad en el poblado.

PUBLICIDAD

Por otro lado, por primera vez un gobierno estatal de Michoacán admite el desmadre que hay entre grupos delictivos, que tienen secuestrada a la sociedad. El fiscal fue muy claro: estas personas estaban buscando panales en un lugar por donde suelen transitar los mañosos. No vamos a preguntar por qué, viendo que no estaban armados ni representaban una amenaza, los criminales decidieron matarlos. A estas alturas nada sorprende de los miembros de la delincuencia organizada, sabemos que son capaces hasta de comerse a su madre si así conviene al cártel o si se les ordena. Y es que hay dos factores que impiden asombrarse por este hecho: según testimonios de sicarios que han sido entrevistados para distintos medios, suelen andar drogados, y por otro lado, es de tomar en cuenta el entrenamiento de insensibilización a que muchos son sometidos, al grado del canibalismo. Ante ello es lógico que les iba a valer cacahuate matar o dejar con vida a 11 inocentes.

El 6 de octubre, en Tlalpujahua, mientras se realizaba una feria del libro, un grupo armado atacó la base de Policía. En el hecho murieron oficiales, entre ellos una mujer, y un taxista ajeno a los hechos. Eso sólo fue parte de la violencia que azota al Oriente de Michoacán, pues en Zitácuaro se han vuelto más frecuentes los ajustes de cuentas y las ejecuciones, como parte de las disputas que hay entre el CJNG y los delincuentes locales. Por otro lado, la crisis de seguridad en Tierra Caliente y la Sierra Costa no se ha superado, ya que los fogonazos se siguen dando y aún hay familias desplazadas por la violencia. Uruapan fue durante octubre el tercer municipio más violento del estado. Ahí te pueden matar hasta para quitarte un celular. En Morelia tampoco venden piñas, y sabemos que también hay disputas entre cárteles, lo que también potencia delitos como el homicidio y el robo de vehículo. Pero también, y Tarecuato lo confirma, la región que va de Los Reyes a Tangancícuaro está bajo fuego desde hace mucho, por eso es que Zamora es el municipio más violento de Michoacán.

A grandes rasgos ese es el mapa, y vemos que el espectro de sangre y muerte está prácticamente en toda la entidad, con sus focos rojos, pero es omnipresente en Michoacán. Por eso hace falta que el gobernador ya defina una estrategia, porque si se va a esperar a 2022, cuando haya presupuesto para echar a andar su planeada “Guardia Estatal”, más gente inocente seguirá muriendo sólo por estar en territorios que los criminales consideran suyos.

Lo que me da desconfianza es que, durante el arranque del despliegue operativo en Uruapan, el titular de Seguridad Pública, José Alfredo Ortega, dijo que buscan la confianza de la gente, que vean que es un operativo “amigable” y que se quiere abatir delitos como el de violencia intrafamiliar, pues de ahí viene todo. Está perfecto, recordemos que Uruapan es uno de los 14 municipios michoacanos con Alerta por Violencia de Género, pero no es lo único por hacer ahí. Es uno de los municipios donde más homicidios se cometen, un punto crucial para el crimen organizado debido, primero, a su ubicación estratégica, y en segunda, por la importancia económica del sector aguacatero. Entonces, aunque es necesario e importante, el operativo no puede quedar sólo en detener a maridos golpeadores, porque en la calle también matan gente constantemente.

Creo que lo que se debe hacer (y seguramente el general Ortega lo sabe, no es ningún improvisado, y Ramírez Bedolla no es como su antecesor (espero)) es depurar a la SSP antes de proceder a convertirla en Guardia Estatal. De nada servirá el cambio de nombre y uniforme si la corrupción sigue, si sigue habiendo agentes al servicio del crimen organizado. Luego de la depuración, o purga si es necesaria, deberá dotarse de equipamiento, armas, unidades y facultades, porque si se va a emular en todo a la “estrategia federal”, en verdad os digo: vamos a valer madre junto con la Guardia Estatal. Recuerde que la Guardia Nacional siempre está atada de manos para proceder, sólo son invitados en los operativos, y hasta una horda de salvajes puede noquear a golpes a uno de sus agentes en la frontera sur sin que se haga imperar la ley, como sucedió esta semana en Chiapas, en que miembros de una caravana dejaron inconsciente a un elemento y hasta le robaron sus cosas.

Si se va a reformar a la Policía Michoacán, deber hacerse bien y en todos sus niveles y que los municipios se sumen a una estrategia integral a nivel estatal. Sólo así, porque con cambio de color y nombre no se va a resolver esta crisis en la que a diario matan personas inocentes. Y hasta las que no son propiamente inocentes, quienes sí tienen nexos delictivos y caen como los peones que son en esta guerra, tampoco deberían aparecer ejecutados, descuartizados; tampoco deberían desaparecer sin dejar rastro. Si tienen cuentas, deberían ser detenidos, juzgados y sentenciados, no ser un muerto sin nombre más en las cifras mensuales. Cualquiera dirá que si son criminales, qué tiene, que se lo buscan, pero en realidad, cualquiera que haya visto las escenas que circulan en miles de videos que hay en la red, hay que tener una severa desviación mental para celebrarlo, porque, créame, el narco implementa formas de morir que de verdad no se le desean a nadie.

En fin, Ramírez Bedolla tiene mucho trabajo para los próximos 6 años, Michoacán está urgido de tener seguridad y tranquilidad.

Víctimas sin nombre

Por ley, en las notas periodísticas se debe preservar la identidad de presuntos delincuentes y de las víctimas, sobre todo al tratarse de menores de edad. Pero la cantidad tan frecuente de muertos ha insensibilizado a la población. Si antes un homicidio era comentado durante semanas, ahora ya no sorprende a nadie un ejecutado más. Si a eso le sumamos que los muertos que corren con la suerte de ser identificados ya no tienen apellido, sólo iniciales, se invisibiliza aún más la violencia.

Por eso, desde que hice la nota de Tarecuato puse los nombres completos de las víctimas, porque en su pueblo duele, y mucho. Para esas familias enteras llorando y clamando justicia, ellos tienen nombre y apellido. José Macario Custodio Arias, José Custodio Meza, Martín Matías Apolinar, Óscar Matías Apolinar, Juan Carlos Hernández Mateo, Carlos Rodrigo Custodio Navarro, José Brayan Custodio Navarro, Juan Fernando Gregorio Govea, José Luis Manzo Amezcua, Rodrigo Govea Melchor y Víctor Salvador Mateo Valencia no son 11 casos más que se agregan al conteo mensual de homicidios, son 11 personas inocentes muertas a manos de delincuentes, son 11 nuevas deudas que se suman a las que el Estado tiene no sólo con sus familias, sino con toda la sociedad. Es cuánto.

Posdata circense

La comparecencia del viernes pasado de Lorenzo Córdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, ante la Cámara de Diputados, fue, muy a la actual usanza legislativa, un circo de pésima calidad.

Por ejemplo, Óscar Cantón Zetina, de Morena, no sólo le negó el saludo al titular del INE, sino que además lo reprendió: “¡No me toques!, ¿qué te crees, igualado?”. Y lo regañó por el alto sueldo del funcionario, sueldo que, hay que decirlo, está estipulado en la Ley de Remuneraciones, que pasó por la aprobación de los legisladores.

Por otro lado, Fernández Noroña se sumó al espectáculo y también soltó insultos contra Córdova al revivir el episodio de la llamada filtrada en la que se burlaba de un líder indígena. Y además le reprochó haber tumbado de la candidatura al presunto violador Félix Salgado Macedonio, en Guerrero, aunque no se quejó por el hecho de que se haya aprobado la candidatura de la hija del político guerrerense, hoy gobernadora.

En fin, ahora fueron los de la 4T contra el titular del INE, pero el mismo circo han dado los de oposición cuando han comparecido los secretarios de Estado.

Esa patética exhibición en la Cámara de Diputados, y otras, como las que ha encabezado Lilly Téllez, sólo ponen sobre la mesa la ruindad y la pobreza de la clase política mexicana.

Sólo me queda una pregunta: ¿así pretenden los de la 4T transformar a México?, ¿así pretende la oposición, sobre todo el PAN y los escombros del PRD, hacer contrapeso político? No mamen. Es cuánto.