Leo Zuckermann Al momento de escribir esta columna, el dirigente nacional del PRI, Alejandro Alito Moreno, ha anunciado que el PRI apoyará a Xóchitl Gálvez como candidata a la Presidencia de la República. En un discurso lleno de adjetivos hiperbólicos para Beatriz Paredes, le dio las gracias por todo a la aspirante de su propio partido. Vamos a ver qué dice ella de lo ocurrido. A fin de cuentas, es la única que puede declinar y retirarse formalmente de la contienda. Si no lo hace, corre el riesgo de quedar en ridículo en la consulta del domingo ya que los priistas tendrán la instrucción de salir a votar por Xóchitl. Creo que la tlaxcalteca lo entenderá y anunciará el abandono de la contienda. Ergo, no habrá necesidad de la consulta. Gálvez se quedará con la candidatura opositora. Lo cual nos lleva a preguntarnos por qué el Frente Amplio por México decidió no llevar hasta el final su proceso de selección con una consulta a los ciudadanos que se inscribieron en su plataforma (más de dos millones). No es una pregunta ociosa. El hecho de haber terminado así la contienda interna de la oposición le da credibilidad a la narrativa de Morena y, en particular, del presidente López Obrador, es decir, que la candidatura de Xóchilt ya estaba decidida por la “mafia del poder” y todo lo que hicieron fue pura faramalla. Claudio X. González, a nombre de los traidores de la Patria que quieren regresar por sus privilegios, habría instruido a las cúpulas partidistas para lanzar a Gálvez. Tan pronto como hoy escucharemos esta cantaleta hasta el cansancio. Como del otro lado oiremos que la inminente elección de Claudia Sheinbaum como la candidata presidencial oficialista fue producto de un dedazo del Presidente y la supuesta competencia de seis aspirantes y las encuestas fue pura faramalla. Regreso a la pregunta de por qué el frente opositor bajó a Beatriz y canceló la consulta (cosa que está por verse, pero creo muy probable). Sigo pensando que lo más conveniente para Xóchitl y la oposición, como argumenté ayer, era que el proceso terminara tal y como se diseñó, la perdedora le levantara la mano y Gálvez quedara cien por ciento legitimada como producto de un proceso democrático innovador. Sin embargo, los frentistas decidieron que sea la candidata con solo uno de los dos mecanismos contemplados, es decir, las encuestas, que tenían un peso de 50 por ciento en la determinación. Ayer se dieron a conocer los resultados tanto de una telefónica como otra de viviendas donde Xóchitl aventajaba a Beatriz. Ya ponderadas, Gálvez tuvo la predilección del 57.58 por ciento de la población y Paredes el 42.42 por ciento, una buena diferencia de 15.16 puntos porcentuales. Con estos resultados, ¿convenía suspender el otro mecanismo, la consulta, con el 50 por ciento del peso restante en la decisión? Como dije arriba, yo pienso que no. Lo más conveniente era llegar al final. Pero esa decisión la tuvieron que tomar los líderes partidistas y de la sociedad civil. La pregunta es por qué. Ojalá algún día lo sepamos. Lo único cierto es que no quisieron arriesgarse a llevar a cabo la consulta. ¿Qué vieron los de dentro que no vimos los de afuera? Quizá aplicaron el acuerdo del que se habló cuando las elecciones de gobernador del año pasado. Los priistas pondrían a los candidatos en Coahuila y Estado de México y los panistas los apoyarían. A cambio, el PAN pondría al candidato presidencial del 2024 y al de jefe de gobierno de la Ciudad de México. Alito Moreno habría honrado tal acuerdo. Quizá hubo un nuevo acuerdo entre los líderes del PAN y del PRI que, al final, se levantarían las encuestas y el perdedor declinaría por el ganador y ahí se cerraba el asunto. No me resulta creíble porque, de ser así, era tan sencillo como haberle dado el 100 por ciento del peso de la decisión a las encuestas, tal y como ocurrió. Quizá le tuvieron miedo a la consulta. Estábamos a cinco días que se llevara a cabo y ni siquiera se sabía dónde estarían las tres mil casillas en mil quinientos centros de votación. Se corría el riesgo que la consulta acabara siendo un desastre: sin funcionarios de casilla, sin representantes de las candidatas, con la posibilidad que piquetes morenistas las asaltaran, con una bajísima participación ciudadana. Vaya usted a saber. El hecho es que “le sacaron” a la consulta y Xóchitl será la candidata. La semana que entra le tocará a Claudia. Movimiento Ciudadano tendrá que decidir si explícita o implícitamente apoya a una u otra. Y México tendrá a su primera presidenta, lo cual celebro porque ya llegó la hora de bajarle la testosterona a la política nacional. X: @leozuckermann