¿Qué es Morena y cómo lo controlará Claudia?

Tal y como sucedía en los “gloriosos” años del autoritarismo priista. No es que hubiera un partido único, sino que los opositores eran testimoniales.

Tal y como sucedía en los “gloriosos” años del autoritarismo priista. No es que hubiera un partido único, sino que los opositores eran testimoniales.

JUEGOS DE PODER

Leo Zuckermann

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Después de las elecciones del dos de junio, la oposición quedó en ruinas. Tomará muchos años para que aparezca en México una nueva fuerza opositora con potencia. Creo que nadie previó la magnitud de una derrota que cierra el ciclo de la transición a la democracia y abre otro de una nueva hegemonía política.

Dentro de Morena se hará toda la política mexicana. Fuera de ella, nada.

Tal y como sucedía en los “gloriosos” años del autoritarismo priista. No es que hubiera un partido único, sino que los opositores eran testimoniales. Los que de verdad querían hacer política tenían una sola vía por donde transitar: la del Revolucionario Institucional.

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Pero decir que el PRI era un partido monolítico es una mentira. En él cabían todas las fuerzas que tenían algún tipo de peso e influían en la toma de decisiones gubernamentales. El Presidente, como jefe supremo del tricolor, debía equilibrar las convicciones e intereses de los numerosos grupos y liderazgos que existían dentro del partido. Lo hacía gracias a una serie de reglas escritas y no escritas que todos tenían claras y respetaban en general.

Mi intención, sin embargo, no es volver a analizar un régimen político del que existen bibliotecas enteras que se pueden consultar.

Lo que me interesa es el tema de Morena y de la nueva Presidenta.

Si es verdad que tendremos un partido hegemónico que concentrará y repartirá el poder, la pregunta es qué diablos hay ahí adentro. Se trata de un cuestionamiento tan simple como complejo: ¿qué es Morena?

Creo que nadie lo ha descrito a cabalidad. Que yo sepa (y puedo equivocarme) no hay todavía un estudio académico que detalle el mapa morenista: los múltiples grupos y liderazgos que conforman este magma político.

Sospecho que ahí adentro hay de todos los sabores y colores. Lo que sabemos es que su cemento ha sido el indiscutible liderazgo de Andrés Manuel López Obrador y el poder que ha venido acumulando este partido porque, como el dinero, el poder llama al poder.

Hay grupos y gente de la vieja izquierda comunista, priistas de la antigua ideología del nacionalismo revolucionario, panistas conversos, sindicatos de trabajadores de distintas actividades económicas, empresarios oportunistas, poderes fácticos legales y hasta de dudosa procedencia, en fin, un tutifruti de un movimiento que ni siquiera ha hecho su transición formal a partido con reglas bien definidas.

Nadie se ha dado a la tarea, creo, de mapear a Morena.

En los próximos meses, emprenderé una serie de entrevistas off the record con actores y conocedores del tema para entenderlo. Como politólogo y analista político, este asunto me parece fundamental e interesantísimo.

Y es el punto de partida para entender cómo podrá gobernar Claudia Sheinbaum a Morena.

Con López Obrador no era un problema porque él era el pegamento del movimiento/partido. Todos los grupos y liderazgos se disciplinaban frente al líder histórico quien gozaba de una indiscutible autoridad moral. Nadie desafiaba sus decisiones.

La gran pregunta sigue siendo si AMLO efectivamente se retirará de la política o seguirá siendo la fuerza que aglutine a Morena. Si es así, pues Claudia será una Presidenta que tendrá que recurrir a él frecuentemente para apaciguar los conflictos internos.

De lo contrario, si AMLO efectivamente se retira o lo retira la nueva Presidenta, como hizo Lázaro Cárdenas con Plutarco Elías Calles, la pregunta es qué instrumentos utilizará Sheinbaum para gobernar la mezcla de intereses y convicciones que integran a Morena. Porque, siendo la fuerza hegemónica, la oposición necesariamente se desarrollará ahí adentro.

Los contendientes por la candidatura presidencial de este año, las famosas “corcholatas”, se disciplinaron y aceptaron el dedazo encubierto de AMLO a favor de Sheinbaum. Con toda razón, no quisieron pelearse contra el Presidente y su enorme poder. Tenían mucho que perder y nada que ganar. Si se va AMLO, ¿Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Adán Augusto López aceptarán recibir órdenes de la nueva Presidenta?

Como jefa de gobierno de la capital, Claudia siempre se comportó como subordinada del presidente López Obrador. ¿Será el caso con Clara Brugada?

¿Los demás gobernadores morenistas se cuadrarán frente a las órdenes de Palacio Nacional? ¿Podrá Sheinbaum ordenar a los diputados y senadores que no le cambien ni una coma a sus iniciativas legislativas tal y como hizo AMLO?

¿Qué zanahorias y palos utilizará Claudia para mover a los morenistas?

X: @leozuckermann