Luis Sigfrido Gómez Campos A finales de este mes de agosto se deberán llevar a cabo las encuestas para elegir al Coordinador Nacional de los Comités de la Defensa de la Cuarta Transformación de Morena. Según sondeos de opinión realizados la última semana del mes de julio, el excanciller va encabezando las cifras con más de dos puntos porcentuales sobre su más cercana adversaria. Los otros contrincantes de la fracción morenista se han rezagado y difícilmente conseguirán el puntaje de aceptación requerido para esta contienda interna. El tiempo se agotó, es ahora o nunca. No hay ninguna sorpresa. El único con propuestas claras y propositivas para enfrentar los grandes retos de México es Marcelo. Sin aspavientos, con un lenguaje amable, claro y directo, de frente al pueblo, ha tenido la oportunidad de mostrar que es un político de ideas claras, sensible para entender cuáles son los problemas más sentidos de la población y proponer soluciones innovadoras y realizables. Ha dejado el discurso del “yo fui”, “yo hice”, “yo edifiqué”, por el de explicar que conoce las demandas más sentidas del pueblo y proponer sus soluciones. Marcelo Ebrard es el único aspirante a coordinar los esfuerzos de quienes creen en la cuarta transformación capaz de sumar a su causa a los sectores indecisos que desconfían del político tradicional que promete sin fundamento. Cuando el excanciller advierte y reconoce que falta mucho por hacer en materia de seguridad es porque sabe que, pese a los esfuerzos de las instituciones encargadas de brindar seguridad a la población, los grupos de la criminalidad han corroído las entrañas de grandes porciones del territorio nacional. De ahí que la base fundamental de sus propuestas sea la pacificación del país mediante el plan Ángel, el México más seguro de la historia, un programa innovador que implemente, en las palabras del propio Marcelo: “una de las primeras macro aplicaciones con inteligencia artificial y las tecnologías más avanzadas del mundo que nos permitirán tener entre cinco y diez veces mejores resultados de los que tenemos hoy”. Si bien es cierto que el excanciller ha dejado de refugiarse en el pasado para conseguir a su objetivo inmediato de llegar a ganar la encuesta interna de morena y ser coordinador nacional de los comités de la defensa de la cuarta transformación, no podemos dejar de reconocer que de todos los contendientes a ese cargo, como él lo ha dicho, es el único que se ha subido a una patrulla para combatir a la criminalidad; solamente él ha estado involucrado directamente en un cargo concreto de pacificación y combate al crimen. Lo hizo bien cuando López Obrador le dio la confianza de ser el Secretario de Seguridad Pública en la Capital de la República. Ellos dos fueron quienes sentaron las bases para bajar los índices de criminalidad en la capital del país. Todo está documentado. Los otros dos ejes principales del debate público que el excanciller ha expuesto en su recorrido por el suelo patrio son el de la salud y el de la economía. Marcelo Ebrard expuso en el Foro Nacional de Salud que se llevó a cabo en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) hacia un México más sano, que la prioridad es que 37 millones de mexicanos sin acceso a los servicios de salud gocen de manera permanente de este servicio. El excanciller detalló en cinco puntos fundamentales lo que sería este ambicioso “plan de Salud para Todos”. Sólo a modo de ejemplo me permito transcribir el quinto punto de su propósito: “Atención prioritaria a quienes más lo necesitan, que lleve a consolidar más y mejores servicios para los sectores de adultos mayores, con todas las niñas y niños vacunados y un enfoque en la salud mental y reproductiva”. No cabe la menor duda que tiene una idea muy clara de los avances y principales retos en materia de salud. El otro punto estratégico de su interés es el de la economía. El canciller Marcelo Ebrard tiene muy claro que la estrategia de programas los sociales implementados por el presidente López Obrador ha aminorado la brecha de desigualdad y la marginación en México; y tiene también muy claro que darle prioridad a la política de “primero los pobres” de AMLO ha sido uno de los mayores aciertos de la 4T; que el proceso inflacionario ha sido controlado y que nuestra moneda ha recobrado valor en el mercado intercambiario. Su experiencia internacionalista le hace tener una visión integral del importante papel que corresponde a México en sus relaciones comerciales con el mundo y en particular con nuestro mayor socio comercial: los Estados Unidos de Norteamérica. Nadie más preparado que él para enfrentar los grandes retos de nuestro futuro inmediato en materia económica. Marcelo Ebrard, por ser un hombre de ideas, tiene un discurso lejos de la diatriba y los golpes bajos; le gusta debatir y confrontar ideas, pero en un ámbito de altura pues confía en su formación profesional y en su experiencia. También opta por someterse a los lineamientos del partido y a la normatividad electoral; por eso realiza recorridos por el suelo patrio sin derroches ni aspavientos; confía en que la gente, en la próxima encuesta, le permita encabezar esta coordinación de la cuarta transformación de México. luissigfrido@hotmail.com
La Voz de Michoacán
