PUNTO NEURÁLGICO Luis Sigfrido Gómez Campos El viernes iniciaron las campañas para las elecciones presidenciales 2018. Los cuatro candidatos aprobados por el Instituto Nacional Electoral (INE), cada cual a su estilo y en el sitio que creyó más adecuado,movilizaron sus huestes para mostrar al pueblo de México sus proyectos a travésde discursos que pronunciaron en distintos puntos de la geografía nacional. Con una supuesta ventaja que oscila entre los 15 y 20 puntos porcentuales sobre su máscercano rival, un poco confiado por llevar la delantera, Andrés Manuel López Obrador se muestra seguro de sí y ha hecho alianzas con todos los que han querido subirse al carro de la fortuna. Se nota que aprendió bien que de lo que se trata es de sumar. Las restas deben dejarse para los inexpertos que no han aprendido el efecto multiplicador de las alianzas estratégicas. Sí, Andrés Manuel va de puntero y eso le ha dado seguridad deser arriesgado y pronunciarse muy fuerte en contra de algunas acciones del gobierno federal que considera incorrectas, como las reformas estructurales y, dentro de ellas, principalmente la energética y la educativa, así como la construcción del nuevo aeropuerto de la ciudad de México, el cual considera que es una obra suntuosa, fangosa y riesgosa. Está bien, de eso se trata, de mostrar abiertamente su proyecto de nación y de proponer las acciones que considera correctas si el soberano le concede la oportunidad de sentarse en la silla más importante de México. Pero mostrar todas sus cartas al inicio de la partida tiene sus riesgos. El sector empresarial y la clase media alta ven con recelo cualquier acción que tienda a derruir lo ya iniciado. Plantear como promesa de campaña acabar con la reforma educativa le traerá muchos votos del sector magisterial, no cabe duda; pero explicar en términos convincentes a los demás grupos de la población, en sólo tres meses, que los profesores de la CoordinadoraNacional de Trabajadores de la Educación CNTE han tenido siempre la razón en sus demandas con sus paros y movilizaciones sociales, está por verse. Evidentemente Andrés Manuel sabe lo que hace, no se trata de una de las supuestas “ocurrencias” que dicen que de repente se le vienen a la cabeza, según sus detractores. Si ha decidido expresar su rechazo a esta reforma es porque es un asunto ampliamente revisado y aprobado por su equipo de campaña, y ha optado por jugársela pensando que políticamente tiene más arrastre decirlo que callarlo. Igual pasa con el rechazo a la reforma energética, no es una simple ocurrencia, es una visión distinta.Andres Manuel y su equipo han hecho cálculos tanto electorales como macroeconómicos paraechar abajo dicha reforma. Lo malo de esta propuesta es saber si su equipo económico hizo bien las cuentas, no nos vayan a salir el día de mañana con que esta medida tuvo efectos negativos e irreversibles para la economía nacional. A lo mejor, electoralmente sí le acarrea muchos votos por eso de los altos precios de la gasolina, pero algunos sectores de la población tienen miedo de estas osadas propuestas. En el mismo tenor están sus declaraciones en contra de la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, pocos estaríamos en contra de que se revisaraminuciosamente cada peso invertido; pero un gran sector de la población también le preocupa las consecuencias económicas de echar abajo un proyecto de esa magnitud. En fin, AMLO llega proponiendo otro modelo de país fincado sobre bases muy distintas al andamiaje en que está sustentado el actual sistema socioeconómico mexicano. Nadie puede negar que sus propuestas han caído en tierra fértil y representan una opción muy distinta que pone a temblar a un gran sector de la población. Los otros tres candidatos nos ofrecen caminar por una senda, no necesariamente más segura, pero sí más conocida. José Antonio Meade representa la linea más confiable de continuidad. El camino más conocido aunque desgastado por la desconfianza de gran parte de la población en los últimos años. El candidato del PRI ofrece cierto grado de certeza en el modelo socioeconómico neoliberal donde nos encontramos inmersos en esta etapa de economía globalizada. Pero el gobernar desgasta y políticamente carga con el peso de los hierros achacados al actual régimen. Anaya está también en la línea neoliberal, con mucha enjundia, con buen discurso, pero con tres grandes problemas: el desprestigio por la fama de haberle metido la mano al cajón; el haberle ido a besar la mano al diablo; y el haber desdibujado ideológicamente dos partidos que antes tenían bien definidos sus perfiles y que ahora generan gran confusión en sus militantes que ya no saben si son de izquierda o de derecha. Y Margarita, quien prefirió caminar sola que mal acompañada, andará recorriendo el país tratando de crearse una imagen de independiente, pero todos sabemos que no lo logrará porque anda y andará siempre bajo la sombra de Felipe. Ya lo dije en otra columna y lo repito. La bronca de AMLO no es meter más goles sino conservar el marcador. luissigfrido@hotmail.com