Luis Sigfrido Gómez Campos Con cámara en mano llegó el funcionario de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) a un puesto de enchiladas que se encuentra en la plaza chica de Pátzcuaro, uniformado con chaleco oficial, a interrogar a una comerciante de alimentos sobre las reglas a observar en materia de precios en su puesto de enchiladas. Se trataba de todo un operativo montado para desenmascarar el precio excesivo de esas enchiladas a un usuario que se había quejado en las redes sociales de que le habían cobrado 810 pesos por cuatro platos de enchiladas y tres refrescos. El funcionario de la Profeco, en un arrebato de eficiencia, dijo, ahora es cuando, me llevo al chalán que filme mi llegada, sorprendo a esos comerciantes abusivos que se la pasan violando los reglamentos, los exhibo en las redes sociales al cabo que ellos no pertenecen a la Cámara de Comercio o algún organismo que los defienda, y chance consiga un ascenso, al cabo que mis jefes también son bien racistas y verán con agrado que exhiba en las redes sociales a estos nativos abusivos. No, para qué hago mi trabajo con discreción, eso no sirve de nada, hay que cacaraquear el huevo, para eso se hicieron las redes sociales. Y entonces montó su teatro. El video subido a YouTube se intitula: “Cayó Profeco a las enchiladas de Pátzcuaro Michoacán, las más caras de su historia, suscríbete”. El video llevaba hasta el día de ayer 313 mil 445 vistas. Inicia con las palabras de un supuesto reportero que oportunamente se encontraba realizando su trabajo ahí, precisamente en el puesto de enchiladas, mientras la imagen vespertina enfoca un anafre en plena ebullición una empleada mueve un soplador en la parte inferior del brasero: “…pues esto suscitó que la autoridad de Profeco estuviera presente y sobre todo en este portal”, dice el reportero, mientras se ve llegar al funcionario público acompañado por un séquito de funcionarios entre los que iban, según manifestó el propio servidor público, “las personas de reglamentos, los inspectores… el licenciado Sánchez es el verificador de esta zona”; es decir, le echaron montón a la pobre vendedora de enchiladas. “¿En cuánto tiene la orden?”, pregunta el funcionario, “120”, responde la vendedora, “Okey, ¿de qué consta la orden?”, interroga el de la Profeco, “de una pieza de pollo, seis enchiladas, papas y ensalada”, responde la cocinera tradicional. Este diálogo se establece sin que la comerciante deje de trabajar, con su cubrebocas puesto, interrogada con micrófono en mano y enfocada por la cámara que no deja de filmar. La escena culmina con las indicaciones del funcionario diciendo que instalarán unos “preciadores” para que se especifiquen lo precios e invitando a la señora a cumplir con la normativa de la Profeco. El 99 por ciento de los comentarios de los que se hicieron a ese video de YouTube fueron para elogiar la eficiencia del funcionario y su oportuna intervención para exhibir la voracidad de los vendedores de enchiladas en la hermosa ciudad Pátzcuaro. Los cibernautas simplemente dieron crédito a la versión de la persona que subió a las redes sociales el precio de las enchiladas. Todo el escándalo se suscitó porque a un profesor que venía de turista de la ciudad de Toluca con su familia, se le hizo excesivo lo que le cobraban por lo consumido y decidió ventilar en las redes sociales su enojo. El periódico el Universal le dio difusión al video del profesor con el siguiente título “Le cobran 810 pesos por enchiladas en Pátzcuaro y el internet se llena de memes”, dicha publicación había sido vista por 524 mil 055 cibernautas hasta el día de ayer. Todos estamos de acuerdo en que las autoridades cumplan con su función; además, resulta plausible que lo hagan con la celeridad debida. Lo que resulta repudiable, en todo caso, es que se tomen la atribución de realizar su trabajo exhibiendo de cuerpo completo al presunto responsable de una supuesta violación administrativa, además anónima, sin tomarse la molestia de realizar una visita de verificación para indagar y apercibir, o sancionar, en su caso, supuestas violaciones. ¿Qué señal están mandando a la población las autoridades?: realizar tu denuncia por las redes sociales es el medio más eficaz para lograr la rápida acción de la alta burocracia. Haz un escándalo, llama la atención de las masas y activarás las acciones de la autoridad. El gobierno ya no tratará de perfeccionar los mecanismos administrativos para hacer más ágil la atención a los ciudadanos, esperará a que los escandalosos suban a las redes sociales sus quejas sin que importe la veracidad de los hechos que denuncian. En el caso de las enchiladas de 810 pesos hubo otro reportero de la ciudad de Morelia que se tomó la molestia de verificar la información de los hechos tomándose la molestia de conocer la versión de los comerciantes de enchiladas en la plaza chica de Pátzcuaro, la joven “enchiladera” tuvo oportunidad de dar su versión de los hechos aduciendo que el profesor y su familia que venían de Toluca consumieron más platillos de los que manifestaron en las redes sociales y se enojaron porque no estuvieron de acuerdo con el costo. Mostraron a la cámara su lista de precios; el reportero entrevistó a unos comensales que se dijeron satisfechos y después el propio reportero se comió unas ricas enchiladas sin que le cobraran de más. En ese momento llegaron los de la Profeco. luissigfrido@hotmail.com