Después del ‘Otis II’ de la votación

Debemos asumir la realidad como es, las grandes interrogantes que el mundo nos plantea hoy y los grandes retos que parecen ahogarnos como el cambio climático. debemos asumir la lucha hasta el fin.

PROYECTO SECRETO

Mateo Calvillo Paz

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Después del huracán de los acontecimientos del 2 de junio, es necesario, despertar, volver a la realidad y ubicarnos y seguir la marcha...

Este servidor es creyente en Dios y, delante de él, de la realidad con tristeza, atención y preocupación y una lucidez, serenidad y claridad que le viene de lo alto. Después del huracán tenemos que ubicarnos y continuar haciendo historia que no se ha terminado.

Uno se siente un ser humano, animal racional después de una zarandeada así. Contemplo la devastación del huracán, la asumo. Estoy en pleno uso de mis facultades y me pongo a reflexionar lo que va a seguir. Fue sólo la entrada a la lucha y la historia del país, igualmente zarandéalo, continúa.

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En este vendaval, que nos pone a prueba, el pueblo debe permanecer de pie y agarrarse de su fe en Dios, de los grandes cimientos, columnas de la vida humana, su concepción del mundo, creencias, valores universales como Dios, la verdad su concepción del mundo y del país. Es como un despertar, hay que retomar el contacto   con la realidad, tomar fuerzas y continuar la marcha.

Debemos asumir la verdad del hombre y de la nación, la verdad objetiva y no los “otros datos” que sólo distraen.

Debemos asumir la realidad como es, las grandes interrogantes que el mundo nos plantea hoy y los grandes retos que parecen ahogarnos como el cambio climático. debemos asumir la lucha hasta el fin.

a veces es necesario sufrir y darlo todo hasta la vida. La fe cristiana muestra que el hombre se redime con la sangre de los mártires inocentes.

Incontables mexicanos, mayorías de la impresión de no vivir su marcha histórica y la gestión del país con toda madurez y en plenitud. Por una parte, los gobiernos no han fomentado la cultura ciudadana y la participación. Es preferible mantenerlos pasivos, sumisos, manipulables para dejarse gobernar.

No hay que domar su fuerza creadora con promesas y regalitos. Hay que invitarlos a la lucha por transformar el país, a la marcha hacia adelante, a los desafíos, el trabajo abnegado de criador para hacer un pueblo de héroes y campeones con una gran fuerza de transformación para hacer en los hechos, no en la narrativa, un gran país.

Debemos estar en la lucha, despierta la conciencia y con sentido crítico, para aceptar la labor subsidiaria del gobierno y lanzarnos para vencer tantos obstáculos y aprovechar la increíble riqueza de la naturaleza y del hombre, asumir una realidad crítica para avanzar hacia un mayor progreso en la paz.

La luz de Dios

Dios es la realidad única y conduce la historia. “Hasta la caída del pájaro está arreglada por la Providencia (Shakespeare en Hamlet cita el Evangelio). El hombre, imagen de Dios es el responsable y señor de la creación, el administrador, el constructor de México, tierra de inaudita riqueza, de su naturaleza y de su gente. El hombre es inteligente y libre. Inteligente construye sobre la verdad, libre construye sobre el bien moral. los valores universales y los principios inmutables.

En la vida personal, política y nacional debemos ser generosos y dar ánimos. No podemos estar esperando regalitos, se necesita un trabajo inteligente y creativo para levantar el país y sanarlo y proyectarlo hacia metas más exigentes, ricas y gloriosas. Podemos hacer de México un país de primer mundo, llevarlo a niveles de los grandes, pero eso requiere lo mejor de nosotros mismos: genio, dinamismo, pasión, fe en el triunfo, el progreso y la gloria.

Necesitamos ser menos pachangueros, buscadores de diversión, placer. Necesitamos dar el enorme esfuerzo que requiere la transformación de México, uno de los países de mayores riquezas naturales en el mundo.

 Reflexivo, el mexicano atento y lucido contempla la realidad y la asume con el sueño de transformarla para disfrutarla en grande y llevar a México a mayores alturas.

Somos vigías de México, debemos estar atentos para defender, más que las dádivas de los programas oficiales la grandeza de una nación de ciudadanos estudiados, capacitados entregados en un trabajo de campeones para liberar al país de tantas miserias espirituales y materiales y llevarlo a su grandeza más allá de lo que sueña la narrativa oficial.

Quieren cambiar nuestra civilización, sistema de verdades, creencias, Dios, la Constitución. debemos estar vigilantes y sólo aceptar cambios a mayores niveles de democracia, del estado de derecho, del servicio a la persona humana, el ciudadano que es el soberano en democracia.

Estoy vapuleado y no entiendo. Yo siento la mezquindad e ignorancia y la falta de objetividad, de verdad, el vacío de amor por México. Pero ellos dicen que han hecho el mejor país del mundo, que su proyecto va a seguir.

¿Será que se aman a sí mismos, el gran jefe y sus tribus y las multitudes que reciben dinero (de nuestros impuestos) sin trabajar enajenados en sus ideologías, proyectos-insignia?

El país se desangra en la impunidad, no se cumple el primer artículo de la Constitución: asegurar la vida y derechos de los mexicanos.

El país sufre en el desempleo y empleo informal, porque muere sin atención médica, los crímenes se multiplican en la impunidad, el desamparo, el duelo, la orfandad, rumiando odio e impotencia.

Que el país está feliz feliz feliz, y que han construido, el mejor país del mundo es sólo narrativa.

Ah, si la magnífica, brillante y hábil narrativa sea verdad… Estaremos aplaudiendo a los triunfadores radiantes de felicidad.

En cambio, creemos en Dios y nosotros mismos, en México.