MATEO CALVILLO PAZ Estamos sufriendo la sequía más larga y terrible de la historia, nunca habíamos sentido un mes de julio tan seco y caluroso. El cambio climático, con calores nunca vistos ensombrecen nuestro cielo. El fuego de las armas y los truenos también ensombrecen el cielo. Los carteles incendian autos y hacen balaceras contra los grupos rivales. Zinapécuaro y otros poblados han vivido este día horas de angustia por la guerra entre cárteles. Los gobiernos siguen en sus banales asuntos, en la carrera al poder, de espalda a los problemas vitales y trascendentes. Hay grave preocupación en quienes si piensan, el final del mundo y de la especie amenaza. Las noticias y muchos comentarios son anuncios apocalípticos. Ante el problema climático, las mayorías parecen no ser conscientes o no medir bien la magnitud del problema y las consecuencias trágicas con alcance universal y catastrófico. Frente a las tragedias naturales y sociales, se siente descuido, despreocupación e irresponsabilidad en la clase dirigente, el poder político y el poder del dinero con sus enormes intereses, son como un niño sentado sobre un montón de pólvora. Con todo, Marta Bárcena defiende los intereses de los países latinoamericanos en la reunión cumbre latinoamericana y europea, en la EU-LAC BUSSINES ROUND TABLE: “para nuestra región no es viable ni aceptable que seamos una cantera de recursos naturales condenada al lex perspectivismo y la provisión de mano de obra de baja calificación”. Hay una nueva forma de explotación heredada de la Colonia. Desafortunadamente hay un trato injusto de parte de los países desarrollados que extraen las riquezas y se llevan las ganancias. El mal es endémico. Muchos países de África están en la miseria y se declaran en default para pagar sus deudas. Es una sombra más sobre el planeta. Los ricos quieren hacer mucho dinero, sin importarles en serio la vida digna de los latinoamericanos ni la amenaza planetaria que se cierne sobre el mundo sobre todos, empezando por los más pobres. Aunque también morirán los grandes acaudalados como sus fabulosos capitales. Los países de África y América latina han sido explotados y devastados y sumidos en el caos climático por los países ricos. Los grupos ecologistas son numerosos y dinámicos para defenderse del cambio climático, pero parecen impotentes al lado de los empresarios, grandes capitalistas. Frente a la tecnología, el ser humano ha perdido dominio, la obra de sus manos domina sobre el. hay graves necesidades de ecología. Ante las crisis sociales y morales el hombre esta impotente. En Zinapécuaro es la confusión y el desorden y no aparecen las fuerzas del orden. La luz de Dios El sentimiento de impotencia y de rabia larvada entristece a los ecologistas que sienten la gravedad y la inminencia del holocausto. Hay una sensación de desamparo porque hay asesinatos y robos y enfermos sin atención y no pasa nada, nadie pone orden y mañana seguirá el fuego de la violencia, el dolor y el caos. En las personas que reflexionan en los acontecimientos y buscan leer los signos de los tiempos hay una gravísima preocupación. Quienes tienen la gestión de la cosa pública no enfrenten la realidad, buscan la evasión en la burbuja de su ideología, sus ambiciones aislados en la burbuja sus sueños. “¿Qué es esta realidad? ¿Qué es lo real? ¿Son realidad sólo los bienes materiales (el dinero repartido gratuitamente, la gloria y la gente que aplaude, un México ideal que no existe), los problemas sociales económicos y políticos? Aquí está precisamente el gran error de las tendencias dominantes en el último siglo, error destructivo, como demuestran los resultados tanto de los sistemas marxistas (dictatoriales, de izquierda), incluso los capitalistas. Falsifican el concepto de realidad con la amputación de la realidad fundante y por eso decisiva es Dios. Quien excluya Dios de sus horizontes falsifica el concepto de realidad y en consecuencia sólo puede terminar en caminos equivocados y con recetas desastrosas.” Mensaje inaugural de Benedicto XVI, en La aparecida … Falsifican el concepto de realidad (mensaje inaugural de Benedicto XVI en Aparecida, tienen tres”. La creación tiene un origen divino y la lucha por defenderla contra los demonios tiene una dimensión ético-religiosa. Un sentimiento de angustia y rebeldía asaltada a algunos. Los que no se apoyan en el Creador experimentan el vértigo del vacío. Los creyentes tenemos razones poderosas para defender la creación, la obra perfecta, aunque perfectible del Creador. En la tormenta y el vértigo, en el vacío y el poder de las tinieblas que amenaza con arrastrarlo todo, en la tormenta furiosa que ataca la barquita tenemos una presencia enorme y protectora, Dios. La biblia la llama roca, baluarte. El es fundamental para poner orden en el caos y silenciar el viento del odio y los discursos incendiarios. Así entendemos la creación, la casa grande que el Creador puso en nuestras manos y bajo nuestra tutela. El Papa Francisco, ha hecho pública su preocupación. La Carta Encíclica Laudato Si, (palabras iniciales en italiano del Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís), hace una reflexión grave del problema ecológico de la creación. Hay que leerla. La Iglesia de Cristo manifiesta su preocupación en otro documento de suma importancia el Directorio para la Catequesis. Este documento se va a las causas: “Un exceso antropocéntrico es (la causa) de la crisis ecológica, crisis que toca cuestiones…: “Contaminación, cambio climático, uso de los recursos primarios y pérdida de la biodiversidad… Deterioro en la calidad de vida humana y degradación social”. Se plantean grandes tareas: repensar la relación entre economía, salvaguarda de lo creado, justicia social y principios políticos. Es necesario además escuchar el clamor de la tierra que está íntimamente conectado con el clamor de los pobres… Donde resuena el gemido de la creación (Romanos 8. 22).