Mateo Calvillo Paz Se prevé el desempeño triste de nuestros atletas olímpicos. Fracasos en todo, hay sabor de decepción. Una gran delegación de atletas mexicanos para la derrota, no nos hace soñar, porque no da resultados. Da contadas medallas, a veces ninguna de oro. de las Olimpiadas de Atlanta trajeron una medalla de bronce, la medalla milagrosa. ¿A qué van, a pasearse, a lucirse en el desfile? Al menos inconscientemente, han renunciado al triunfo verdadero, la medalla de oro. Es endémica la falta de autoconfianza, el complejo de inferioridad, de los ratones verdes que saltaban en las canchas de fútbol. Se consuelan y se sienten grandes con aproximaciones. Es endémica la mentalidad del “ya mérito”. Hacen un ruido exagerado por una medalla de bronce como si fuera una de oro, hasta el presidente la celebra. Esta mediocridad la encontramos en todos los órdenes de la actividad nacional. Fuera del ámbito deportivo tenemos situaciones críticas en todas las actividades de los mexicanos. El gobierno no tiene una actuación firme y eficaz en la lucha contra el crimen organizado. No sigue a los grandes capos y los pone tras las rejas. Los grandes criminales están tras de las rejas por la acción de la policía de los Estados Unidos: ahora el Mayo Zambada. La policía mexicana no da resultados. No se siente la fuerza pública, no hay estado de derecho, ¿dónde están las autoridades mexicanas? Muchos nos ven como un narco Estado. Un dictador se adjudica el triunfo en las elecciones de Venezuela, Maduro quiere golpe de Estado en las urnas, la oposición presenta otros datos. Los dictadores en el mundo aplauden, la mayoría de los países desconocen y condenan, un país no tiene el arrojo para definir su posición en contra de una dictadura. Es triste, no sabemos qué espera para definirse contra el despojo de la victoria democrática de un pueblo. Los mercenarios del Misterio de Iniquidad, siguiendo línea pretenden reformar la constitución para desaparecer los organismos independientes tan necesarias en democracia. Habitantes de Chiapas se refugian en Guatemala, no hay estado de derecho en el lado mexicano, huyen de la muerte. La luz de lo alto Somos un pueblo tan dotado como los más grandes pueblos de la tierra: Japón, China, Australia… ¿Qué nos falla que en todo nos chispotea? Hay que ir a las causas, a fondo. Hacer un diagnóstico profundo. Es triste la imagen que proyectamos los mexicanos, es dolorosa. A mí me atormenta la frase que solía repetir Juan José Arreola, el habla de “el alma vacilante del mestizo”, y pienso en los países mestizos, latinos de las Américas. La historia de muchísimos países del planeta ha sido muy triste, recuerdo a Polonia cuando se la repartieron sus potentes vecinos. ¿Una historia de guerras y derrotas, de esclavitud está al origen del alma vacilante, de quien no se tiene confianza ante la prueba y se siente inferior a los demás? ¿Una historia de dominación, de esclavitud, de postración y opresión explica el alma apocada de estas tierras? ¿Nace el mexicano en terrible pobreza material, en un pueblo oprimido y humillado que no ha aprendido a levantar la cabeza? Parece creer que los demás somos grandes y que estamos abocados a la derrota en todas las lides. Algunos hemos incursionado en Europa y hemos demostrado que somos capaces de ganar los primeros lugares. Debemos romper una secuencia de derrotismo, fatalismo, resignación para ver que triunfan los demás y resignarnos a quedarnos en la zaga de estas tierras de dominación, de la inseguridad. Debemos hacer el diagnóstico de esta terrible situación de las realizaciones de los mexicanos, de la gestión de la cosa pública y de la crisis el reporte como de todas las actividades de la nación. En una dinámica de una gestión irresponsable y desorganizada debemos poner orden en todos los ámbitos. Debemos salir de la gestión y actuación de todos irresponsable, necia, desorganizada y caótica. Concretamente, en el deporte debemos acabar con el caos la desestructuración y la desorganización en el deporte se necesita programas integrales que abarquen toda la vida. Se atiende a los niños demasiado tarde y no se les educan y entrena a todos para cultivar campeones. Sólo los superdotados excepcionales sobresalen, no se descubren talentos ni se les entrena desde pronto, ordenada y progresivamente. Debemos encontrar el secreto para superar la falta de fe en sí mismo los primeros el mundo como que el marchista Carlos mercenario, medalla de oro en Los Ángeles, como la selección de fútbol, campeones en las Olimpiadas de Londres. Necesitamos ver con claridad el síndrome complejo del deporte mexicano y de todas sus actividades para empezar a plantar desde el principio una actitud nueva en el deporte y en todas las luchas y desafíos de nuestra nación. Hacer un diagnóstico profundo y universal y barrer con aparatos de gobierno anquilosados, caros e inútiles. Necesitamos correr a los funcionarios que buscan el dinero y salir en la foto, sacar a todos los que quieren hacer del reporte un negocio. Necesitamos un aparato nuevo del deporte para empezar una historia nueva y dejar atrás a los acomplejados y vacíos de autoconfianza y sueño de gloria.