Una visión política diferente

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

MIGUEL ÁNGEL MARTÍNEZ RUIZ

Para comprender la política actual resulta indispensable conocer los antecedentes de la sociedad contemporánea, entre los cuales  se pueden citar los siguientes: 1. El siglo XIX; 2. La “paz armada” (1870-1914); 3. La Guerra Mundial I; 4. La revolución rusa; 5.  El largo armisticio (1919-1939); 6. La Guerra Mundial II: 7. La situación actual. Respecto al siglo XIX se puede indicar que se tenía una actitud positiva hacia el progreso en todos sentidos, lo cual influyó para la formación de los estados nacionales. Las libertades individuales predominaron en las constituciones particulares de cada una entidad política. Hubo un auge sin precedente en el desarrollo agropecuario e industrial. Surge como consecuencia del mismo el proletariado y con él las ideas revolucionarias de Carlos Marx y Federico Engels. La obra fundamental del primero, que lleva por título El capital, explica los fundamentos del capitalismo y la posibilidad de avanzar hacia una más equitativa repartición de la riqueza mediante la instauración del socialismo. A partir de 1870 se inicia una devaluación del sistema político y económico prevaleciente que desemboca en la Primera Guerra Mundial. Las divisiones territoriales se modifican en Europa y en otros lugares del orbe. Las grandes potencias económicas –Inglaterra, Francia, Alemania, Bélgica, Estados Unidos- sustituyen el liberalismo político por el militarismo y el nacionalismo. La Guerra Mundial I trajo como consecuencia grandes avances: surgieron las grandes fábricas, creció la aeronáutica, la medicina dio grandes pasos y en general la ciencia recibió un gran impulso. También una de sus consecuencias fue la Revolución Rusa. En 1917, se gestan disturbios como manifestación de la inconformidad de las grandes masas de campesinos y una cantidad mínima de obreros. La Duna o Parlamento toma el poder, pero simultáneamente se integra el Soviet (Consejo). Así se inicia un nuevo periodo encabezado por Lenin que habrá de tener grandes repercusiones en el mundo. De 1919 a 1939 se disfruta de un periodo de paz, pero las ambiciones de Hitler pronto cristalizan en la formación del Partido Nacional Socialista, al igual que el fascismo de Mussolini y la aspiración desmesurada del Japón por lograr un espacio más amplio para su nación. Previamente la guerra civil española que impuso al general Franco en el poder y la salida de los hombres más eminentes de la península hacia las tierras de América. Después de la invasión de Normandía y la llegada del ejército ruso se logra la derrota de Alemania e Italia, además de los trágicos hechos al arrojar sendas bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki por parte de los Estados Unidos. En ese contexto, la política mexicana se repliega en un nacionalismo saludable que mantiene al Partido de la Revolución Mexicana en el poder público.  Décadas después se habrían de tener lugar otros movimientos de signo socialista: Cuba en 1959 y la Revolución Cultural de China en 1966.

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Dentro de este contexto internacional, se inicia un desarrollo que aspira a la justicia social. Surgen otros partidos políticos y la democracia mexicana parece afianzarse.

Hoy vivimos una realidad muy complicada, pues nadie puede negar la nefasta influencia de Donald Tromp, quien desde la Casa Blanca se obstina en el insano propósito de instaurar un régimen de discriminación y desprecio hacia todas las naciones que no estén de acuerdo con sus decisiones unilaterales, además de absurdas. Este escenario ha dado lugar al surgimiento de políticos que anhelan reafirmar la independencia económica de México mediante la estructuración de una industria propia.

A esta época, posterior a los hechos mencionados, pertenece el licenciado Víctor Manuel Silva Tejeda, quien se ha distinguido por ser un político de rasgos muy personales.

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Su trayectoria se puede sintetizar en el siguiente cuadro:  ESCOLARIDAD: • Licenciatura en Economía 1973 – 1977. • Diplomado en  Presupuesto  Base Cero, 1984. • Diplomado en Desarrollo Regional, 1985.TRAYECTORIA POLÍTICA EN EL PRI: • Presidente de la sección 4, Tancitaro, 1985. • Presidente del Comité Directivo Estatal Michoacán,  1994 – 1995. • Delegado General del Comité Ejecutivo Nacional en 7 estados 1998 – 2005.  • Secretario de la Zona Centro del Comité Ejecutivo Nacional,  2000.  • Consejero Político Nacional del Comité Ejecutivo Nacional. Varios periodos. • Presidente del Comité Directivo Estatal en Michoacán 2016 a la fecha.

EXPERIENCIA LEGISLATIVA: • Diputado Federal Suplente, LV Legislatura 1991 – 1994. • Diputado Local Propietario, LXVI Legislatura 1992 – 1994. • Diputado Federal Propietario, LVI Legislatura 1994 – 1997. • Diputado Local Propietario, LXXII Legislatura 2011 – 2013. • Actualmente, diputado Federal Propietario. Presidente de la Comisión de Desarrollo Social. Integrante de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación. Integrante de la Comisión Especial que da seguimiento al caso de Iguala, Guerrero en la LXIII LEGISLATURA 2015-2018. ADMINISTRACIÓN PÚBLICA FEDERAL: • Subdirector de Finanzas en Secretaría de Comercio y Fomento Industrial, 1982 – 1984. • Administrador de las Delegaciones Federales de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial, 1984 – 1986.  • Director General de Operaciones de las Delegaciones Federales de la Secretaría de Comercio Fomento Industrial, 1986 – 1988.  • Secretario Particular del Oficial Mayor de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, 1988.  • Delegado Federal en Michoacán de la Secretaría de Pesca, 1990 – 1991.   • Coordinador de Asesores. Secretaría de Gobernación, 1997 – 1998.   • Delegado Federal en Michoacán de la  Secretaría de Desarrollo Social, 2013 – 2015.   ADMINISTRACIÓN PÚBLICA LOCAL: • Subsecretario de Gobierno en el Gobierno de Michoacán, 1992.  • Oficial Mayor de Gobierno en el Gobierno de Michoacán, 1993 – 1994. • Secretario Particular del Gobernador en el Gobierno de Michoacán, 1993.

En el licenciado Silva Tejeda concurren las cualidades más relevantes del buen líder. Al respecto, desde la antigüedad clásica, algunos grandes filósofos se ocuparon de este tema. Por ejemplo, el gran Arístocles, más conocido como Platón, afirma: “A no ser que los filósofos sean los reyes en los Estados o los que actualmente llamados reyes y soberanos sean filósofos en verdad y con suficiencia, y no se vea unidad una cosa a otra, el poder político y la filosofía, y a no ser que una ley rigurosa aleje de los asuntos públicos a esa multitud de individuos a los que sus talentos les llevan exclusivamente a una u otra, no habrá remedio, querido Glaucón, ni para los males que devastan los estados ni incluso, creo yo, para los del género humano.” (La República, Necesidad de un Rey Filósofo). Este pensador consideraba que en la “Politeia” (lo concerniente al Estado) deben ejercerse tres conceptos clave: Poder Político, Filosofía y Funcionamiento del Estado. En la misma dirección, Aristóteles, discípulo de Platón, sostenía que “El hombre de Estado tiene que reunir tres cualidades: amor al régimen, competencia en lo que atañe a su cargo y virtud y justicia adecuadas al régimen. Como no es fácil que estas tres cualidades confluyan en una misma persona, debe mirarse la cualidad del cargo.” En sentido estricto, el licenciado Silva Tejeda no es un filósofo, pero si se toma el término en su acepción más amplia, resulta incuestionable que él posee una concepción propia del mundo y de la vida. Los estudios realizados por sociólogos, politólogos, psicólogos, juristas  y de otras especialidades científicas señalan como  principales cualidades que debe tener un líder son: I) Facilitador del cambio; II) Orientando sus esfuerzos hacia los buenos resultados; III) Capaz de identificar y solucionar los problemas; IV) Saber determinar objetivos precisos; V) Poseer excelencia técnica; VI) Tener conciencia nacional; VII) Ser un verdadero inspirador de proyectos de beneficio social.

Se podrían agregar otras como la capacidad para tomar decisiones acertadas y congruentes, tener una clara idea del presente y visión del futuro, saber observar y ser sumamente analítico sobre la realidad de su entorno físico y humano, imaginar diferentes escenarios, cuyo fin sea mejorar siempre las condiciones de las personas a quienes dirige.

Algunos  autores consideran que el buen líder, así como el  gobernante valioso, debe reunir las siguientes cualidades: Tener carácter, ya que es necesario ser un auténtico líder, entendiendo el liderazgo como el talento  y voluntad de conducir a hombres y mujeres hacia el mejoramiento en todos los órdenes de la vida e inspirar confianza. Ser carismático (de la palabra griega χάρισμα [járisma], de χαρίζεσθαι ), que consiste en la capacidad  para motivar y suscitar la admiración de sus seguidores gracias a una supuesta cualidad de "magnetismo personal",o sea, la habilidad de atraer a la gente. Y como el carácter se desarrolla, también el carisma se puede cultivar a través de una educación política, filosófica, ética, sociológica, económica, etc. Compromiso, lo que separa a los hacedores de los soñadores: La gente no sigue a líderes no comprometidos. El compromiso puede mostrarse en un amplio rango de aspectos que incluyen las horas de trabajo con dedicación de tiempo completo, cómo trabaja para mejorar sus capacidades y como dedica su tiempo para atender a otros en forma expedita, cordial, incluso afectuosa. Comunicación, la cual es  el desarrollo de excelentes habilidades para expresarse por escrito y de manera verbal, pues sin este aspecto esencial el liderazgo no puede ser efectivo. El líder tiene que ser capaz de compartir conocimientos e ideas para transmitir un sentido de urgencia y entusiasmo a los demás. Si no puede hacer comprender un mensaje claramente con la finalidad de convencer para emprender acciones positivas, entonces ese mensaje carece de valor. Capacidad intelectiva que se da en procesos mentales rápidos, lúcidos e incluso geniales, esto va más allá de las palabras. Es la habilidad del dirigente para planear, decidir y hacer su trabajo, de tal forma que otros sepan que él conoce   cómo hacerlo. Discernimiento que se  puede describir como la habilidad de encontrar las causas y consecuencias de los problemas, y descansa en la intuición además del pensamiento racional. Generosidad, pues nadie recibe honra por lo que le dan. El mérito es la recompensa para el que da. Iniciativa, la cual está vinculada la acción. Los seres humanos exitosos son muy activos. Cometen errores, pero no se rinden. Saber escuchar, ya que el oído del gobernante tiene que vibrar al ritmo de las exigencias del pueblo. Un buen líder estimula a los demás a que le manifiesten sus necesidades y preocupaciones. Quien no aprende a escuchar, no puede gobernar con atingencia. Escuchar es un principio en la comunicación interpersonal. Pasión es un deseo ardiente, no un deseo a medias o frívolo. Pasión es fuego que quema anhelando hacer aquello que el gobernante ha soñado hacer o ser. Un gobernante  efectivo no encaja en moldes estereotipados. Los políticos deben indagar qué hace a las personas felices dentro de lo posible y ahí radica el quid de todo un programa. El buen gobernante tiene que vivir intensamente sus anhelos y debe dormir, comer, respirar aquello que tiene planeado llevar a cabo.  Acerca de esta pasión, el gran psicólogo William James la resume aludiendo a la actitud positiva: “El descubrimiento más grande de mi generación es que los seres humanos pueden cambiar sus vidas al cambiar su actitud mental.” Un político de éxito es aquel que puede construir una base firme con los ladrillos que otros le han arrojado. El éxito no descansa sobre las arenas movedizas del negativismo, sino sobre la roca de una actitud positiva. Solución de problemas, lo que demuestra la verdadera inteligencia, el buen gobernante se mide por la forma de abordar los problemas para resolverlos. Los buenos líderes y gobernantes siempre tienen grandes retos.