SECRETO A VOCES Rafael Alfaro Izarraraz El 9 de febrero de 1985 apareció muerto Enrique Camarena, agente de la Administración para el control de Drogas de Estados Unidos (la DEA, por sus siglas en inglés). Su cuerpo fue encontrado en un municipio de Michoacán, el de La Angostura, que colinda con el territorio de Jalisco. La muerte de “Kike” Camarena ocurrió luego de haber descubierto un plantío de droga en Sinaloa que era parte de las actividades del narcotraficante Rafael Caro Quintero. Este último, fue capturado por ese y otros delitos. Puesto en libertad en 2013 y finalmente vuelto a detener. Caro Quintero, fue el fundador, entre otros, de la dinastía de narcos de Badiraguato y fundador del Cartel de Guadalajara. Un 22 de abril de 1992, los habitantes del barrio de Analco, uno de los barrios tradicionales de la capital jalisciense, vivieron una de las tragedias que todavía al día de hoy, en cuanto a sus causas, permanece en “investigación”. Nueve explosiones del drenaje por el que circulaba gasolina abonaron a una de las tragedias vividas por los jaliscienses: ocho kilómetros de calles dañadas (22 calles, Gante y 20 de noviembre principalmente), mil 142 viviendas afectadas, 450 comercios impactados, cien centros escolares dañados, 600 vehículos siniestrados, pero lo más lamentable las 210 personas fallecidas, 69 desaparecidos y mil 400 o mil 800 fueron heridas (ver: Juan Labrosa Fuentes y Jalisco Noticias). El ahora exgobernador priista Guillermo Cosío Vidaurri (falleció en 2019), renunció en 1992 al cargo de gobernador por la tragedia de las explosiones, suceso que marca un cambio en la vida política de la entidad, aunque hasta el momento los dos únicos esbozos de cambio han terminado en fracaso y frustración para los habitantes de la entidad, como lo fueron las administraciones panistas y de Movimiento Ciudadano. Durante 18 años gobernaron los panistas: Alberto Cárdenas Jiménez, Francisco Ramírez Acuña y Emilio González Márquez. Gerardo Octavio Solís Gómez, durante 2007 ocupó interinamente el cargo de Gobernador. La gestión de 18 años del panismo terminó con un halo de corrupción, endeudamiento de la entidad, nulo crecimiento económico, se cayó la inversión extranjera, el turismo, la Auditoria de la Federación detectó 109 millones de pesos por “irregularidades” en las obras para albergar los juegos panamericanos, en 2011. Ocurrió un suceso que fue parte de las políticas neoliberales federales aplicadas por el PRI, PAN: se consolidó el crimen organizado en la entidad. Como resultado, ocupó el lugar 22 en cuanto a hogares que cuentan con una víctima del crimen (Guillermo Ruiz y Guadalupe Ponce: El proceso electoral de Jalisco: una sorpresa esperada). De entre esa crisis político-partidista surge la figura Enrique Alfaro y Movimiento Ciudadano (MC). Pero antes que él, en el inter y como parte del “nuevo PRI” de Peña Nieto, llegó a gobernar Aristóteles Sandoval. Al concluir su gestión, en diciembre de 2018, Sandoval fue asesinado en Puerto Vallarta, por integrantes del Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) de acuerdo a la fiscalía local. Enrique Alfaro, fue militante del PRI y en el año 2000 se separó del PRI y compitió por el PRD por un lugar en la legislatura local que ganó, luego sería alcalde de Tlajomulco y de Guadalajara. Como aspirante a la gubernatura fue apoyado por el PT, aunque en aquel ambiente logró arrastrar el apoyo de priistas, panistas, del verde y perredistas. El gobierno de Enrique Alfaro no cumplió con las expectativas. El contexto nacional le fue desfavorable porque quiso competir en materia de programas sociales con el gobierno federal, pero como copia, en apoyos gubernamentales, salud y educación. En Jalisco y Guadalajara, el capital inmobiliario es el organizador del territorio, no el gobierno. Junto a panistas, los emecistas, han sido denunciados como el promotor de carteles inmobiliarios. En materia de justicia, Alfaro, hizo lo que los gobiernos tradicionales, usó al poder local y lo sometió a sus intereses gubernamentales, distribuyendo los puestos entre afines. Casi el 80 por ciento de la población jalisciense considera que la violencia e inseguridad es el principal problema que existe en la entidad, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) del INEGI. No hubo un cambio con respecto a los gobiernos del PAN y del PRI. Alfaro que controla la prensa local y nacional, consideró dejar de hablar de la violencia y del CJNG. Lemus no era el candidato de Alfaro a la gobernatura, es el candidato de Dante Delgado, administrador de la franquicia MC. Lemus empezó su carrera como pequeño empresario, estuvo en la radio, dirigió agrupaciones financieras, hasta que llegó a presidir la COPARMEX, Jalisco, y de ahí brincó a la política como alcalde de Zapopan en dos ocasiones y luego de la ciudad de Guadalajara, por MC. Los empresarios no tienen ideales sino intereses. Y esos intereses no se puede separar a la hora de gobernar. De acuerdo con Animal Político, Lemus hizo un depósito de 300 millones de pesos de dinero público a un servicio financiero que tenía alerta de quiebra, cuando era alcalde de Zapopan. En la capital se ve basura por cualquier lado. A la empresa (Caabsa Eagle, encargada de su recolección desde 1994) le amplió el contrato hasta 2039. Se negó a revocar la venta de terrenos a inmobiliaria, proyecto conocido como Iconia, porque la empresa no cumplió con acuerdos desde 2008, fecha en que el gobierno le vendió el terreno. No hubo transparencia en el proyecto “Guadalajara Capital Mundial del Libro”, cuya inversión fue de cien millones de pesos. La frescura del proyecto que representó Alfaro y MC, en Jalisco, se extravió entre intereses personales, políticos y empresariales.