Rafael Alfaro Izarraraz Cuando un aficionado besa la camiseta del equipo de “sus amores” le conviene guardar distancia entre la camiseta que besa, su escudo, sus colores y quiénes son los propietarios en turno del equipo al que ama. En el futbol actual la manera en que la afición se representa a su equipo se deriva en gran medida de propaganda mediática que ha sido creada por el negocio de miles de millones de dólares que representa el deporte de masas en el mundo y en nuestro país. Cientos de comentaristas deportivos, no todos por supuesto, le dan vida a una narrativa que en el fondo busca la manipulación de los sentires de quienes por alguna razón, que no es objeto por el momento de este espacio, aman a su equipo. Durante todo el periodo neoliberal se puso fin a las cooperativas o asociaciones como proyecto deportivo profesional. El campo del deporte profesional fue privatizado. La mayoría de los equipos son ahora manejados por casi monopolios empresariales que eslabonan sus valores e intereses por encima de los sentimientos de sus aficionados. Para hacerse de la propiedad de varios equipos a los que convirtieron en franquicias, les endulzaron los oídos con ideas como que “vamos a convertir al equipo en el mejor del mundo”; tendremos a los “mejores mexicanos”; vendrá el mejor técnico del mundo”; conseguiremos “varios campeonatos” y así por el estilo. Como en las cooperativas prevalecía cierta corrupción, los accionistas vendieron al ver el dinero frente a ellos, como ocurrió en Guadalajara. Dicen que hasta Alfaro está enojado, el Gobernador… La Liga de futbol profesional se netoliberalizó. Está muy corrompida, la mayoría de sus miembros no pagaban y algunos de ellos no pagan impuestos todavía. Pero el problema no son solamente los impuestos. Todos los enemigos de la 4t están concentrados en el manejo de la Liga MX. El deporte, más allá del deporte en sí mismo, es un escenario en donde las fuerzas políticas que se disputan la conducción de la Nación tienen interés en hegemonizarlo, por el vínculo que lo conecta con el “pueblo”. Actualmente, su dirigente, Mikel Arriola, es un militante del Revolucionario Institucional, el partido de “Alito” Moreno. En la liga, está el equipo Monterrey, propiedad del “Diablo” Fernández, uno de los adversarios del presidente más empeñados en destituirlo. Dijo que el pagaría y de hecho creo que lo hace, paga fortunas millonarias para que la derecha se mueva. Los empresarios regios creyeron que era su momento, incluida la parte deportiva. Quisieron hacer del “triunfo”, asociado a lo empresarial del modelo neoliberal, un dispositivo para manipular a la gente. Un símbolo, el “triunfo” aunque los Oxxo no pagaban la luz a la CFE. Los Pumas de la UNAM son manejados por un Patronato que ha sido hegemonizado por empresarios privados y del que forman parte personajes enemigos de la 4t como Joaquín López Dóriga. El Patronato universitario que maneja al equipo, en el pasado reciente, estuvo dirigido por el yerno de Slim, puro “Tiburón”, el señor Elías Ayub. Nada más imagínense el simbolismo que estos personajes representan para los estudiantes de la universidad. Empresas privadas de la educación promovían la idea de que ellos se comían a los peces más pequeños. Los tiburones empresariales comiéndose a la UNAM. El término “cruzazuleada” está enraizado en prácticas de corrupción increíbles y en un daño a la afición que no lo merece. Las empresas cementeras más importantes del país, como la de Tigres e Hidalgo, Cementos Cruz Azul. Se ha denunciado públicamente, cooperativistas o ex cooperativaistas, el pagó durante décadas millones de dólares en seguros para “garantizar” un ingreso en caso de que el Cruz Azul no fuera campeón. Todo indica que eso convenía a sus administradores, aunque no a los aficionados. “Billy” dejó la cooperativa y el equipo consiguió un nuevo campeonato. Están las televisoras, acérrimas enemigas de la 4t. Salinas Pliego cuando hubo cambio de gobierno en Michoacán como castigo a la afición, que no necesariamente es morenista, se llevó el equipo de la ciudad de Morelia a Mazatlán, Sinaloa, cambiándole de nombre. Es un acto político de castigo y el uso del deporte como poder político. Televisa, ahora apuesta a la invasión deportiva de la Liga de EU, la MLS. Más dinero en dólares, el desarrollo de este deporte no está en su lógica. El uso político del deporte como lo ocurrido en el Estadio La Corregidora es muy parecido al “incendio” del país ocurrido hace unos días en Jalisco, Guanajuato, Ciudad Juárez, Tijuana, etcétera. Habrá debate sobre el futbol por primera vez en el país, pero ya no como un juego ajeno a nuestro entorno cultural y político, como algo “independiente”, “sin intereses”. La empresa privada que domina el deporte de masas, el futbol, no es madre de la caridad. Esperemos la mañanera.