Samuel Herrera Delgado En el deporte amateur de la colonial Morelia han destacado deportista que han dejado huella imborrable en el pasado y sirven de inspiración en el presente, como es el caso de Leónides Luviano Frutis quien a la edad de 14 años empezó a practicar Judo en el Club Rebullones, ubicado en el Bosque Cuauhtémoc, en el Club del maestro Carlos Magaña Martínez, allá por los años 70’s. Leónides Luviano apoyado por sus familiares, pagó la inscripción y las mensualidades por un año y a partir del segundo año logró que el maestro Lic. Carlos Magaña Martínez, le permitiera hacer el aseo del gimnasio a cambio de su colegiatura a falta de dinero para pagarlas, y poder así seguir practicado el deporte que tanto le apasionaba, fue graduándose en cada examen que había en los diferentes grados de esta disciplina oriental, guiándose por los principios del fundador del Judo Jigoro Kano basados en el “Bienestar y ayuda mutua para todos”, “el que cae, jamás se humilla, si no aprende”, “usando el principio de la resistencia”, así mismo nos hace saber quelo más importante en el judo es saber cómo usar la fuerza. Nos pone como ejemplo que: “si alguien tira de mí debo emplear la fuerza necesaria para contrarrestar ese tirón, empujando yo mismo. Si alguien, por el contrario, me empuja con fuerza, debo tirar yo con la misma fuerza y en la misma dirección para anular ese empujón, de esta forma no gastamos energía inútil haciendo lo mismo que el adversario, pero en sentido contrario”. M. en A. de E. Leónides Luviano Frutis. Foto, archivo de Samuel Herrera Delgado. Su dedicación a esta disciplina lo llevó a obtener el primer lugar nacional en la categoría de 50 kilos en Jalapa, Veracruz; siendo este primer lugar el único que obtuvo el representativo de Michoacán en la contienda deportiva. Dos años después logró el segundo lugar en el Campeonato Internacional celebrado en Tampico, Tamaulipas, a partir de esas experiencias deportivas logró su grado de Primer Dan Cinta Negra en la ciudad de México, una prueba muy difícil, ya que tuvo que competir con maestros que buscaban graduarse para para el primer y segundo grado de cinta negra, algunos de ellos pesaban hasta 115 kilos. En los años posteriores tuvo la oportunidad de abrir el Gimnasio en Santa Clara del Cobre, Michoacán, para que practicaran el Judo los jóvenes de ese lugar, posteriormente abrió el gimnasio en Zacapu, Michoacán con la familia Ciprés, lugar donde acudían infinidad de jóvenes a practicar el judo, además se daba tiempo para ayudar a su profesor con las clases que se impartían a grupos en el gimnasio del Club Rebullones, así participó en la capacitación del grupo de los judiciales de Michoacán y al grupo de policías en el cuartel de San Juan, donde hoy es la plaza comercial San Juan ubicada en la calle Revolución y calle 20 de noviembre, a los cuales les instruía en técnicas de defensa personal, con las técnicas de Judo, Aikido (según el fundador, es una disciplina basada en las leyes de la naturaleza y en el orden del universo que, con la voluntad y la correcta actitud, ayuda a fortalecer el carácter, a aumentar el respeto hacia uno mismo y hacia los demás; enseña a transformar nuestra agresividad y nuestras dificultades diarias), así como Karate Do. Nuestro entrevistado nació el 8 de agosto de 1954 en el rancho el Limón de Papatzindán, municipio de Tiquicheo, Michoacán. Se retiró de este deporte una vez que terminó su profesión como Licenciado en Administración y Maestro en Administración, para ejercer su actividad de consultor de empresas. Ex integrantes del “Club Rebullones” de esta ciudad, rindieron un homenaje al Lic. Carlos Magaña Martínez el 8 de agosto de 2014, para reconocer su trayectoria en el deporte del Judo. Al centro de la foto esta el Lic. Carlos Magaña Martínez y en la fila de abajo en primer lugar Leónides Luviano Frutis. Foto, archivo de Samuel Herrera Delgado.